Tenemos un ganador del premio al exabrupto más machista de esta semana

Marco Sifuentes
tú lee nomásEn verdad hubiera preferido no hacer este post, sobre todo después de haber comentado, hace tan poco, extensamente la última aparición del querido Osito Santillana en Buenos Días, Perú. Pero es que la última columna de Miguel Santillana en el Diario Exitosa es, cómo decirlo, material para una maestría de Estudios de Género.
Por un momento pensé en poner algo tipo «troglodita» o «retrógrada» porque la palabra «machista» enciende las alarmas de muchos (hombres) que genuinamente creen que en este país, en esta época, no existen prejuicios que juegan en contra del libre albedrío y las oportunidades de las mujeres. Pero no, justamente por esas personas el título del post se queda como está y estos extractos de la columna le darán la razón al calificativo:
El hombre goza más con la comida, no tiene peros al momento de ordenar. Las carnes (no solo la humana) son su debilidad. Las mujeres están preocupadas por cuidarse, cuentan las calorías y van por las ensaladas, el pescado, la pechuga a la plancha.
Para los hombres, no solo importa lo que comemos pero también cuánto comemos. “Bien taipá” es la consigna. Para las mujeres hay que hacer un lienzo con lechugas y betarragas que cubra la nada del plato.
(…)
Para la mujer, la alimentación debe ser lo suficiente para no enfermarse, cumplir su rol de madre, esposa, profesional; y seguir siendo bellas para su pareja.
También dice que “la mujer nos ‘espera en la cueva’ criando a nuestros hijos” porque eso está en «el cableado» de hombres y mujeres. ¿La evidencia científica? No hay. Pero sí encontramos esto:
@VaniiaBlludau te vez bellisima. Me impresiono el abrir este mensaje
— Miguel Enrique Santi (@ososantillana2) June 9, 2015
Si quieren leer un muy interesante artículo sobre el tema, vayan a The Guardian (lo malo es que está en inglés pero, spoilers, habla del evidente condicionamiento cultural que viene con el género). Ahora, si nos disculpan, los machos de este blog nos vamos a comer una ensalada.
Más procrastinación
