metaperiodismo , Salud , tv Lunes, 27 abril 2015

Andrea Llosa responde a las acusaciones de secuestro de discapacitados en el programa Nunca Más

Nunca Más es el programa que suele líderar el rating de los domingos. Lo conduce con mucho éxito, y mucha calle, la periodista Andrea Llosa, caracterizada por presentar casos sociales extremos. La emisión de hace una semana no fue una excepción, aquí está:


Dejaremos que la Clínica Jurídica en Discapacidad y Derechos Humanos de la PUCP describa lo sucedido:

…un reportaje en el que se mostraba cómo un doctor y un grupo de paramédicos medicaban a una mujer con discapacidad psicosocial en contra de su voluntad y, de la misma manera, la trasladaron al hospital Víctor Larco Herrera.

El caso era claramente dramático: «Luisa» es una mujer con lo que podemos llamar discapacidad psicosocial. Sufre de esquizofrenia. Ella botó a «Ismael», su expareja, de la casa y se encerró junto a su hijo de 14 años, a quien ni siquiera dejaba ir al colegio.

La polémica salta cuando Andrea interna, contra su voluntad, a Andrea. La Clínica Jurídica en Discapacidad de la PUCP explica:

El internamiento involuntario es una práctica contraria a los derechos de las personas con discapacidad. Salvo situaciones de crisis, resulta ilegal internar a una persona contra su voluntad de acuerdo con el artículo 11 de la Ley General de Salud. Al respecto, es importante señalar que dichos comportamientos podrían ser calificados como delitos de coacción y secuestro, previstos en los artículos 151° y 152° del Código Penal respectivamente.

Ufff. Coacción y secuestro son palabras mayores. Además, los especialistas señalan:

…se considera que la mujer involucrada en el reportaje está enferma y por tanto, su presencia supone una amenaza para el bienestar de su hijo. Este análisis parte de evidencias puramente subjetivas y posiblemente sesgadas con el fin de presentar a la persona involucrada en el reportaje como la antagonista del denunciante, su expareja.

Después de publicado este comunicado, la Clínica y Andrea se enfrascaron en una polémica tuitera un poco inútil, la verdad. Este tipo de temas tan delicados en 140 caracteres.

Para tener el otro punto de vista, le escribí a la conductora de Nunca Más. Aquí va un resumen de lo que nos escribió Andrea Llosa:

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Para ellos, los de la PUCP, los esquizofrénicos en crisis (es decir los que deambulan en la calle, desnudos, fuera de la realidad y en general) deben decidir si quieren ser internados o no. Me parece una locura. La comodidad del escritorio aguanta todo.

La ley dice en caso de emergencia sí se puede decidir. Para ellos eso no es emergencia que esté encerrada con un menor y que se le incendie la casa. Se cierran en que tienen derechos. Derecho a seguir viviendo en esa miserable vida.

Tengo 5 casos anteriores de gente que encontramos desnudos, viviendo aislados, consumidos y en los que la familia nos pidió internarlos. Obvio que lo hicimos en contra de su voluntad. Meses después salieron del hospital, los volvimos a entrevistar. Tienen otro tipo de vida. Recuerdan como estaban y agradecen a su familia (madre, hermanos, tíos) el haber tomado esa decisión.

El mensaje en mi programa es: mira, una persona esquizofrénica puede mejorar si recibe tratamiento. Gracias a estos casos mucha gente entendió que estas personas merecen tener una vida digna.

Para los de la PUCP simplemente es: no se puede internar en contra de su voluntad. No debe salir en televisión. Me pregunto si ellos van a ir a darle sus medicinas mañana, tarde y noche a su casa. Hablamos de gente muy humilde, cuyos parientes más cercanos son primos o hermanos que ya tienen su propia familia, algunos viven lejos.

No hay centros de ayuda. Entrevisté en mi programa a un siquiatra del Ministerio de Salud. Habló del tema y dijo que recién van a inaugurar 20 centros siquiatricos pues no hay camas. En Loreto hay 3 siquiatras.

En este caso, nosotros fuimos con el jefe de siquiatría del hospital María Auxiliadora, él recomendó al hermano internarla. El hermano, que vive en Huacho, aceptó. La señora ya había incendiado su casa. Tenía orden de captura. Vivía con su hijo menor al que tenía aislado. No iba al colegio. Era agresiva, golpeaba a su hijo. El padre tenía la tenencia y el Poder Judicial no hizo nada.

Para los de la PUCP yo debí llevarme al niño y dejar a la señora que estaba completamente fuera de la realidad. Es decir, la firma del hermano no sirvió de nada. El siquiatra que recomendó tampoco ni el Larco Herrera, que la recibió y que obviamente le dará el alta apenas se recupere.

¿Cómo voy a dejarla ahí sola, sin su hijo? ¿Te imaginas? Especialmente si el hermano quiere que la ayudemos. Para nosotros lo más importante era el niño pero, ¿acaso debía dejarla ahí? No pues.

Además, luego de hablar con el Ministerio de Educación, hoy el niño ya está en el colegio. Y obviamente seguimos hablando con el hermano. No abandonamos los casos.

Si no interveníamos, nadie sabe en qué hubiese terminado esta historia. Seguro en una desgracia. Y seguro ellos, quienes critican, ni se hubiesen enterado.

La realidad es que no hay política en salud mental. Y lo que ellos no quieren es que estas historias salgan en televisión. No les gusta mi programa y listo. Eso lo puedo entender. Lo que no entiendo ni entenderé es que me digan que un esquizofrénico en crisis (léase los que caminan en la calle, aislados, agresivos y fuera de la realidad) tengan que  ser internados voluntariamente. ¿Crees que pueden ellos decidir? Eso no es real y me parece una actitud cómoda y hasta cruel.

***

Puedes estar de acuerdo o no con Andrea Llosa y puede gustarte o no su programa, pero su punto de vista es muy valioso porque es una persona que lidia, en el terreno, con este tipo de casos de una manera regular. Y, también, de hecho, la sola existencia de la Clínica de Jurídica en Discapacidad de la PUCP –con quien también puedes estar de acuerdo o no– ya es un gran avance.

El problema de la salud mental en el Perú es la última prioridad en cualquier lineamiento político pero, como cualquier persona que tenga acceso a redes sociales sabe, está alcanzando picos dramáticos. El 26% de limeños ha sufrido un trastorno mental, según el Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. Y, ojo, el 18% de suicidas peruanos son niños y adolescentes. La mayoría no recibe un diagnóstico ni el tratamiento debido. Y aún no sabemos cómo lidiar con estos problemas.

Ojalá este debate sirva para abrir la discusión.