corrupción , noticias , politica , sociedad Miércoles, 22 mayo 2019

ENDGAME: 3 actos para ponerte al día de la última broncaza entre Vizcarra y el Kongreso

Cuenta la no-leyenda que cuando Keiko estaba a punto de ingresar a Canadá, los keikistas rogaban por una tregua. Tras haber atropellado al gobierno de PPK con la Mototaxi, intentaron hacer lo mismo con Vizcarra. No les chuntó y se pusieron más mansos que tramposo de Badabún. Esta historia —como acostumbran hacer— ha sido borrada de sus recuerdos y ahora han vuelto cual Thanos para enfrentar a Vizcarra. Esta vez —parece— a muerte.

END GAME

Ya sabemos que la escena es de Infinity War, pero era una de las pocas que se prestaba para el chongo, ¿ocs? Intervención: Útero.Pe

Primer round: keikismo recargado

Las últimas semanas del fujimorismo han sido tan pacíficas como Lourdes Alcorta. De la mano de su siamés político, el Apra, la bancada de Keiko volvió a las andadas:

El golpe que —en teoría— acabó con la paciencia de Vizcarra fue el archivamiento del proyecto de ‘eliminación’ de la inmunidad parlamentaria, que ni siquiera era una eliminación, pues el proyecto planteaba que los congresistas continuarían con ese privilegio, solo que ahora no se lo levantaría el propio Congreso, sino la Corte Suprema del Poder Judicial. Igual mandaron al tacho la iniciativa vizcarrista. Pero como dice la tercera ley de Newton: toda acción tiene una reacción igual y opuesta.

Segundo round: Vizcarra se hartó

Cansado de que lo maltraten peor que al payaso Chupetín, Vizcarra fue al Congreso solo para decir, básicamente, que no prestará a sus ministros para el show de la comisión de Constitución, a donde los funcionarios debían ir para explicar los 12 proyectos de reforma. 

El presidente sintió que no hay condiciones para el debate en esa comisión (que es la misma que archivó el proyecto de inmunidad parlamentaria) y que lo han estado paseando, pues no se apuraron ni siquiera porque los voceros de las bancadas se habían reunido con él anteriormente.

Imagen: Útero.Pe

Sorry por insistir con la metáfora Vizcarra-Ironman, pero es que el presidente estaba igual que Tony: no quería pelear. Imagen: Útero.Pe

Damas y caballeros, aprovechamos que hablamos de la reforma política para ofrecerte este rico post redactado por Ricky Tosso de útero Diego Pereira, en el que encontrarás todos los puntos de la reforma por la que ahora Vizcarra quiere bronca. Cuando leas de qué tratan, entenderás por qué la han estado haciendo más larga que One Piece:

  • No podrán postular los condenados por el Poder Judicial en primera instancia.
  • Candidatos con mínimo un año de militancia en sus partidos políticos,
  • Paridad de género (lista de candidatos deben tener igual número de hombres y mujeres),
  • Elecciones internas abiertas (o sea, todos participamos de la selección de candidatos de partidos y movimientos regionales como en Estados Unidos),
  • Penar los aportes ilícitos a partidos políticos,
  • La Corte Suprema tendrá la potestad de levantar la inmunidad parlamentaria,
  • Las elecciones de congresistas serán en la segunda vuelta presidencial
  • Y aumentar el financiamiento público para partidos políticos.

 Tercer round: el Congreso se hace la vístima

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Bastó esa acción de Vizcarra para que el Kongreso se hiciera la víssstima (cocodrilo) y sacara el cuco del «quiebre del diálogo». Desde distintos flancos filofujimoristas han empezado a disparar contra este gobierno «confrontacional», pero de manera dialogante, ah. No te equivoques:

  • Congresistas de Fuerza Popular, el Apra, Alianza para el Progreso, Acción Popular y Cambio 21 (kenjistas) publican una foto para expresar su «defensa de la democracia».
  • Daniel Salaverry (exaprista, exkeikista y ahora exaliado de Vizcarra) le pide al presidente que se sincere «si está preparando el terreno para un posible cierre del Congreso».
Y a pesar de todo lo que siguen haciendo aseguran que el Ejecutivo es el que confronta.

Y a pesar de todo lo que siguen haciendo aseguran que el Ejecutivo es el que confronta.

Eduardo Dargent nos baja de nuestra nube Marvel y cree que esta nueva mecha será «una pelea improductiva pero de baja intensidad, que termine destrabando ciertos temas de la reforma pero no el conjunto de la misma». Y aunque desde el gobierno ya hablen de «la cuestión de confianza», no olvidemos que hasta hace poco Vizcarra estaba en modo hippie. Por el momento ha aclarado que sí quiere trabajar las reformas con el Congreso, pero «sin trampas». ¿Podrán luchar contra la genética política de sus vecinos?