denuncia , discriminación , internacionales , libertades , noticias , politica , sociedad , violencia Jueves, 10 mayo 2018

ROCHE INTERNACIONAL: un prestigioso medio gringo acaba de reportar cómo en el Perú se maltrata a las mujeres que denuncian violencia

El prestigioso diario estadounidense, The New York Times, publicó un artículo que, desde el titular, ya es una advertencia de su contenido. Y es una vergüenza para la justicia en nuestro país:

En el Perú, la justicia en casos de agresiones sexuales es «causa perdida»

Así nos ven. Imagen: Útero.Pe

Así nos ven.
Imagen: Útero.Pe

El informe habla de cuatro casos emblemáticos de violencia contra la mujer que han sido mediatizados y en todos hay un halo de maltrato e injusticia contra aquellas que deciden denunciar los hechos ante la justicia de nuestro país.

A pesar de las pruebas (de ADN), su caso ya lleva 3 años esperando que se haga justicia. Es más, según recoge el NYT, cuando la modelo denunció, los que debían investigar el caso le hicieron sentir culpable «porque había aceptado voluntariamente un vaso de whisky que, sin su conocimiento, contenía un relajante muscular».

«La Sra. Bonelli es solo uno de los varios ejemplos prominentes de casos de agresión sexual en Perú que indignan a las víctimas y a sus defensores».

El segundo caso que reporta el NYT es el reciente ataque contra Eivy Ágreda, la joven a la que quemaron en un bus de transporte público. Su ex compañero de trabajo, Carlos Hualpa, la siguió durante varios días antes de perpetrar su crimen.

«El abogado del Sr. Hualpa dijo a los periodistas que su cliente se había encaprichado con la Sra. Ágreda, pero ‘ella no le estaba prestando atención’.

Como muchos otros países en América Latina, Perú tiene un estatuto penal por «feminicidio», el delito de matar a una mujer o niña por su género. Pero puede ser difícil de probar. El Sr. Hualpa está siendo investigado por intento de feminicidio».

Sin justicia y eternamente maltratadas

Marca Perú. Imagen: Facebook Álvaro Portales

Marca Perú.
Imagen: Facebook Álvaro Portales

Y si se habla de violencia contra la mujer en el Perú, la imagen que regresa a nuestra memoria y nos perturba es la de Adriano Pozo arrastrando de los cabellos a la abogada Arlette Contreras en el lobby de un hotel en Ayacucho. Y en el NYT pasa lo mismo.

«Uno de los casos más notorios de violencia sexual en los últimos años fue en 2015 cuando se registró a Adriano Pozo atacando a su novia en ese momento, Arlette Contreras, en un hotel después de una fiesta de cumpleaños.

El diario estadounidense dedica un párrafo entero a un hecho poco recordado y que anuncia impunidad:

«Cuando el Sr. Pozo, hijo de un miembro del Concejo Municipal en la ciudad andina de Ayacucho, donde ocurrió el ataque, fue arrestado, fue grabado en un video que le decía a la policía: ‘¿Sabes quién es mi padre?'».

A pesar de las evidencias, de la indignación, Adriano fue absuelto de los cargos imputados. El NYT reporta lo que en este Útero también publicamos hace unos días: Arlette Contreras ha pasado de víctima a acusada. La Fiscalía ahora quiere encarcelarla tres años por «falsear» información durante el proceso de acusación contra Pozo.

La Sra. Contreras ahora enfrenta un problema aún mayor: a instancias de los abogados del Sr. Pozo, los fiscales en Ayacucho han pedido que la Sra. Contreras sea encarcelada durante tres años por presuntamente proporcionar un documento fraudulento con respecto a su situación laboral.

Dos organizaciones de defensa de las mujeres dijeron que el enjuiciamiento de la Sra. Contreras fue un intento de represalias.

«La impunidad en Perú para los casos de violencia de género es de conocimiento público», dijeron. «Va de víctima a acusada».

De hecho, hace unos días Arlette Contreras publicó un video en su cuenta de Facebook reclamando nuevamente en contra de la violencia hacia las mujeres.

A pesar de las marchas Ni Una Menos que volcaron a centenares de miles de mujeres a las calles reclamando contra la violencia, el NYT reporta que Arlette tuvo que mudarse a Lima por el acoso que sufría en su ciudad natal y se pinta el cabello de colores distintos para no ser reconocida.

Otra de las historias que recoge el medio estadounidense es la vida actual de Jennifer Villena, quien fue voluntaria en el último censo nacional y fue atacada sexualmente por un sujeto llamado Marco Luza, quien fue sentenciado a seis años de cárcel por el delito de violación.

A pesar de haber encontrado un poco de justicia en la vía penal, el NYT reporta que la vida de Villena empeoró desde lo sucedido:

Pero mientras que la Sra. Villena encontró una medida de justicia, su vida empeoró. Su novio la dejó, acusándola de avergonzarlo. Los clientes en su trabajo minorista la rechazaron. Dejó ese empleo y fue desalojada, y ahora vive en un departamento de una habitación con sus cuatro hijos.

Es difícil mirarnos en un espejo y asumir que somos una sociedad profundamente machista y por lo tanto violenta. Al menos que la vergüenza internacional nos haga reaccionar aunque sea un poco.

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