corrupción , denuncia , discriminación , libertades , noticias , politica , redes sociales , sociedad , violencia Jueves, 12 abril 2018

El Poder Judicial de Ayacucho se viste de Adriano Pozo y vuelve a arrastrar a Arlette Contreras

La administración de justicia siempre será imperfecta en un país como el nuestro. Pero hay hechos que equiparan el ejercicio de administrar justicia en algo parecido a todo lo contrario. Lo que está haciendo el Poder Judicial en Ayacucho es administrar injusticia.

¿Qué está pasando?

En julio del 2015, el Perú fue testigo de un hecho tan aterrador que se convirtió luego en el ícono más representativo de la lucha contra violencia hacia las mujeres. Un sujeto llamado Adriano Pozo, hijo de un regidor ayacuchano, fue captado por las cámaras de seguridad de un hostal maltratando hasta arrastrarla de los cabellos a la abogada Arlette Contreras.

Después de dos años de batalla legal y a pesar de las pruebas en su contra (flagrancia), Adriano Pozo fue increíblemente absuelto por la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, gracias a los votos de los magistrados Karina Vargas Bejar Rubén Zegarra Huayhua. El otro integrante, Alfredo Barrientos Espilco, votó en contra de que se absolviera a Pozo.

Semanas después de que el agresor de mujeres haya sido absuelto, el Poder Judicial ayacuchano decidió abrir investigación pero esta vez contra la víctima, Arlette Contreras, por el delito de falsedad en agravio del gobierno regional de Ayacucho. La acusación es tan absurda que todo indica que:

La justicia vuelve a maltratar a Arlette

Otra vez. Caricatura de Andrés Edery para El Comercio

Otra vez.
Caricatura de Andrés Edery para El Comercio

Durante el proceso judicial seguido contra Adriano Pozo, las partes (demandante y denunciante) deben presentar documentos que acrediten varios aspectos de su vida. En el caso de Arlette, declaró que trabajó como asesora legal externa para una oficina del gobierno regional de Ayacucho.

El documento que presentó fue una constancia de trabajo firmada por Lenin Romero Pastor, exdirector del Programa Sectorial 2 de la Oficina Regional de Estudios e Investigaciones del gobierno regional. Sin embargo, había un problema. La carta fue firmada el 10 de setiembre del 2015, pero Romero había dejado la dirección el 1 de setiembre de ese año.

Ante el error, se retiró dicho documento y se continuó con el caso. A pesar de haber subsanado algo que solo parecía un contratiempo, en julio del año pasado la Fiscalía le abrió un proceso a la víctima de agresión y a quien firmó el papel. Ambos fueron acusados por los delitos de falsedad (Arlette) y por «usurpación de funciones» (Lenin Romero) en grado de tentativa.

¿Grado de tentativa?

Si vamos a hablar de tentativa, preguntémonos qué le hubiese sucedido a Arlette Contreras si Pozo lograba encerrarla en la habitación de hotel. Imagen vía: Correo

Si vamos a hablar de tentativa, preguntémonos qué le hubiese sucedido a Arlette Contreras si nadie le ayudaba y si Pozo lograba encerrarla en la habitación de hotel. Parece que eso es justo lo que no se han preguntado los jueces que lo absolvieron.
Imagen vía: Correo

Para determinar el grado de tentativa de un delito debe probarse que el móvil de los acusados es sacar algún tipo de provecho al cometerlo. Y que además se demuestre que hubo una premeditación y preparación del acto delictivo.

Ayer, el Poder Judicial de Ayacucho empezó el juicio oral contra Arlette Contreras, un proceso en el que la Fiscalía ha solicitado tres años de prisión para la acusada. 

Útero.Pe se comunicó con Liz Meléndez, abogada de la ONG Flora Tristán, que es una de las que ejerce asesoría para la defensa legal de Arelette Contreras no en este caso sino en la demanda interpuesta contra Adriano Pozo. Para Meléndez, esta es una forma de hostigamiento hacia la víctima.

«Preocupa porque genera mucho más estrés en la denunciante. Pasa de víctima a acusada. Está en un proceso judicial con un montón de consecuencias que impiden que Arlette se desenvuelva con normalidad. Se ha quedado desprotegida. Este caso debe ser archivado».

 

 

En síntesis:

El Poder Judicial que absolvió a un flagrante maltratador de mujeres, es el mismo que ahora está procesando a la misma víctima por un papel erróneo presentado durante el proceso.

¿En serio administran «justicia»?