noticias , politica , sociedad Miércoles, 15 marzo 2017

MEGAPOST: Les cuento cómo encontré los plagios de Cipriani

En la última edición de Hildebrandt en sus trece, Phillip Butters fue entrevistado y, de entre tantos temas, habló sobre los plagios del cardenal Juan Luis Cipriani. Son dos preguntas -y respuestas- las que queremos resaltar de toda la entrevista.

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Según Butters, el cardenal «utilizó palabras del Papa». Ah, y no fuimos nosotros quienes descubrieron los plagios. Fue una actuación en conjunto con El Comercio (¿?). Fuente: HEST

Ante estos evidentes errores, me siento en la obligación de contar la verdad sobre los plagios del cardenal Cipriani. Y es que por más que, de un momento a otro, muchos piensen que su opinión importa y que por lo mismo se vuelven un hecho real, lo dicho por Butters no llega siquiera a la orilla de la verdad. 

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Antes de continuar quisiera aclararlo: no escribo estas líneas con el afán de discutir. No hay nada que discutir. Siendo el autor del hallazgo, solo existe una verdad sobre lo que ocurrió.

1. Tres gatos uterinos

Todo empieza el lunes 10 de agosto del 2015No jueves, ni viernes ni sábado. El autor de este artículo llevaba poco más de un mes en el trabajo y, como solía -y suelo- hacer todos los lunes, empecé la mañana revisando algunas columnas de opinión, algunos rezagos de las tendencias del día anterior y dándole un vistazo a los dominicales. La intención, como siempre, fue encontrar pedazos de rompecabezas que puedan armar un bonito paisaje informativo o un buen memazo. Fue entonces que, de todas las columnas de El Comercio, La República y Gestión, hubo una que llamó mi atención. 

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Tremendo momo, papu. Imagen: Útero.pe

Sentido primaveral de nuestra historia era (sí, era, porque ya no se encuentra disponible en la red aunque si utilizas ‘wayback machine’ la podrás leer de nuevo) una columna de opinión de nuestro cardenal Cipriani. La pluma de nuestro cardenal nos contaba, con lujo de adjetivos y metáforas, que la religión tiene como principal objetivo el de erradicar la irracionalidad, la importancia de la existencia humana y otras cosas que jamás diría en persona. El uso del lenguaje, la riqueza del texto y la inusual condescendencia de Cipriani encendieron un pequeño cohetecillo en mi cabeza. El texto era demasiado friendly para alguien que pensaba -y decía a voz en cuello- que los derechos humanos eran una cojudez.

Fue entonces, como decía, que se encendió el cohetecillo en mi cabeza. Una especie de chispita mariposa iluminó mi mente llena de memes y gifs de gatos holgazanes y decidí googlear un poco de la columna para ver si existía la posibilidad de que algunos, solo algunos, párrafos hayan sido tomados prestados. El primer párrafo arrojó un resultado que jamás imaginé: el texto coincidía muchísimo con Communio, el libro de Joseph Ratzinger.

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Revisé el resto de párrafos y muchos me conducían de vuelta al mismo libro. Era una vía repetitiva: Cipriani y Ratzinger, Ratzinger y Cipriani. El resto es historia. Nosotros no publicamos «Parece que el cardenal ha plagiado», nosotros publicamos «ROCHE: Cipriani plagia a Ratzinger en su columna de El Comercio«. Nada de condicionales.

2. Réplicas y ataques

Al día siguiente de la publicación original empezó otro movimiento. Docenas, cientos y miles de ciudadanos empezaron a buscar por su cuenta más coincidencias en otras publicaciones del cardenal Cipriani. El hallazgo nuevamente fue increíble: otros plagios empezaron a salir a la luzRatzinger no fue el único, Pablo VI también había sido «copypasteado».

Días después también apareció un usuario en la sección de blogs libres de lamula.pe, identificado como «Vult». Esta cuenta, con nombre inventado y sin imagen de perfil, se encargó de crear una historia falsa, acusándome de mentiroso y embustero, encajando su falta de comprensión con inventos y, por si fuera poco, llegando a una conclusión: yo no había descubierto nada, todo había sido un engaño. Esta teoría, sin pies ni cabeza, fue fuertemente difundida.

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Curiosamente, la cuenta que aparece en la imagen solo se ha dedicado a publicar defensas del Cardenal. Nada más. Fuente: Captura lamula.pe

¿Cuáles eran sus pruebas? Una fotocaptura burlona de un viejo video mío y una captura del post en el que, con la finalidad de corroborar el contenido, googleo parte del Communio para cerciorarme de que todo fuera correcto. El no haber mostrado primero la búsqueda del párrafo de Cipriani (algo que, obviamente, hice) demostraba que todo había sido una historia más Armani que la de las vírgenes que lloran. Es comprensible que el nivel de argumentación haya sido tan ínfimo: había que defender lo indefendible. 

Univisión también contó la historia

Dos semanas después de lo ocurrido apareció el famoso pronunciamiento en el que personajes como Raúl Vargas, Luis Iberico (entonces presidente del Congreso), Phillip Butters y Marisol Espinoza expresaban su solidaridad por Cipriani debido a una «innoble campaña que pretendía silenciar su valiente voz». Como ha quedado demostrado en esta publicación: no hay campaña, no hay innobles. No hay nada más que un cardenal que no utilizó las comillas.

3. La dolorosa verdad

Ante los hechos y las pruebas sólidas, cinco días después del hallazgo, El Comercio decidió retirar todas las columnas de CiprianiPese a todo lo que acabo de contar, algunos Ciprianilovers decidieron continuar con la defensa.

Pues bien, seamos claros: las declaraciones de Phillip Butters no son ciertas. Como ha quedado demostrado en esta publicación, no hubo ningún trabajo colaborativo con El Comercio ni mucho menos algún tipo de plan macabro para «callar la valiente voz» de Cipriani. Fue este calichín el que lo halló, guste o no. El mismo día que fue publicada la columna se hallaron los plagios. Las fechas no mienten. 

El segundo error de Phillip Butters es decir que Cipriani «usó palabras del Papa» o «fragmentos del evangelio» para sus columnas y que, bueno, esto lo hacen todos los curas. Eso no es cierto. Luego del primer plagio, y de los posteriores hallazgos, nos tomamos la molestia de hacer una pequeña investigación y recopilamos todas las columnas del cardenal Cipriani en El Comercio. Y lo que hallamos fue…

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¿Listos para la verdad?

En total, desde que empezó en 1990, el cardenal Cipriani publicó 27 columnas de opinión. Cipriani no tenía un espacio fijo, es por ello que las columnas no eran publicadas con una frecuencia exacta. Gracias al apoyo de algunos amigos conocedores del manejo de Turnitin, Plagium y Viper (softwares dedicados a la búsqueda de plagios), hemos podido encontrar hasta siete columnas con algunas coincidencias con otros autores.

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Los DD.HH.: letra y espíritu (25/11/1998). Esta columna posee fragmentos de un discurso de Juan Pablo II. Cipriani se justifica un poco diciendo que le «permitan expresar su pensamiento, que es el de la Iglesia Católica». No existe ningún tipo de citado.

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La ciencia de la cruz (10/04/1998) Cipriani vuelve a «disculparse» en esta columna diciendo «de la mano del pensamiento de Juan pablo II, recogido del libro Umbral de la esperanza (1994)». Sin embargo, posee citas textuales del libro. Estas no fueron citadas correctamente.

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El Papa en la Iglesia (28/06/1996) Un fragmento de esta columna fue copiado del libro «Una mirada a Europa», de Joseph Ratzinger. No existe ningún tipo de citado.

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Paz: verdad y libertad (11/03/1991) Posee fragmentos idénticos al «Discurso por la jornada de la paz de Juan Pablo II» (1981). No existen citas.

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Sentido primaveral de nuestra historia (09/08/2015) El hallazgo que realizamos. Posee fragmentos del «Communio» de Ratzinger. Ni una sola cita.

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Tú tienes la palabra (23/05/2015) Posee párrafos enteros de «Carta encíclica» de Pablo VI. No hay citas.

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Humanismo abierto (31/12/2012) Hartos párrafos y fragmentos de » Mensaje por la jornada mundial de la paz». Ni un solo citado por ninguna parte.

Meses después de este humilde hallazgo, la antropóloga Sandra Rodríguez y Luis Vélez hallarían -también de casualidad- una serie de coincidencias en la tesis de un candidato a la presidencia: César Acuña Peralta. Luego de encontrar coincidencias con Google (y verificarlo con softwares), se tumbaron a un candidato a la presidencia. 

¿Por qué lo hicieron? ¿Trabajaban de la mano con algún partido? ¿Formaban parte de una secta secreta encargada de tumbarse la candidatura de Acuña?

No, lo hicieron porque tuvieron curiosidad de saber qué había en la tesis del candidato de la Universidad Complutense de Madrid. Vamos, citar es sencillísimo: indicas el apellido del autor y el año de la publicación al inicio de la cita, abres comillas, incrustas el fragmento citado, cierras y colocas el número de página. Listo. Hasta un periodista de YouTube sabe cómo hacerlo.