noticias , politica Lunes, 6 octubre 2014

Intentado responder la pregunta sobre la Vida, el Universo y Todo lo demás: WHY SUSY WHY

Era la primera pregunta, la pregunta pretérita, oculta a simple vista desde el inicio de su gestión (vean la fecha del tuit):

Empezamos una serie de posts de evaluación de la campaña 2014 despidiendo a la gran derrotada: nuestra tía Susy. Una persona honesta, de convicciones inclusivas y que siempre se declaró interesada en construir algo que, clamorosamente, necesita este país: un proyecto político institucionalizado. ¿Suena bonito, no? Lástima que su final (y el de la izquierda caviar/urbana/oenegera) haya sido la traición de todo eso. Si no quieren leer lo que queda, aquí se los resumimos en un tuit:

Primero lo primero: recuento de bajas

You Only Win Once.

You Only Win Once.

  • Villarán es el primer alcalde de Lima que intenta la primera reelección y no sólo fracasa, sino que ni siquiera alcanza el segundo puesto.
  • Comparen: fuera de Barrantes, que tampoco fue reelecto, el otro peor antecedente es el de Andrade, que perdió recién su segunda reelección. Aún así, quedó en segundo puesto, con el 29.8%. Villarán está en 10.6%
  • Su partido, Fuerza Social, no existe. Desapareció en las presidenciales del 2011 cuando no se alió con Perú Posible. No tiene ningún congresista que pueda defenderla (y las acusaciones de corrupción no tardarán; más sobre esto, líneas abajo).
  • La implosión del Frente Amplio de Izquierda. El sueño de la enésima reedición de la izquierda unida se terminó de romper cuando se alió con Perú Posible (todo es cuestión de timing). Así Villarán, perdió a la izquierda «real» y sólo se quedó con la caviar/urbana/oenegera.
  • Su vientre de alquiler, Diálogo Vecinal, llegó a su fecha de expiración. No sirvió para colocar ni un sólo alcalde distrital. Ni uno. Cero.
  • ¿Seis? ¿Cinco regidores? De ellos, los más interesantes son Yomar Meléndez, experimentado cuadro de izquierda, y Augusto Rey, que tendrá que evitar que su chapa de Popy joven se vuelva profecía. Ellos son el único legado de Villarán.
  • No, aguanten, hay otro: Pilar Freitas. Sí, la misma contra la cual marcharon y protestaron el grueso de votantes de Villarán.
  • No, hay uno más. El peor: Castañeda ha vuelto a ser el alcalde de Lima.

Lo que nunca deja de ser irónico es que el mayor respaldo a Villarán sea el de los sectores A/B (23% de ese sector votó por ella, según GFK) y que sus mayores porcentajes los haya obtenido en distritos como Miraflores (16.39% en votos válidos, según la ONPE, al 87,5% de votos escrutados).

Peor aún: distritos que fueron sus bastiones en las elecciones del 2010, como El Agustino (41.5%) o Independencia (43.7%), son aquellos en las que sus porcentajes son más bajos (7.56% y 6.76%, respectivamente). Se sintieron traicionados. No son los únicos.

 

¿Qué carajos pasó?

susana_reeleccion
Es de mal gusto autocitarse, pero miren lo que escribimos en este mismo blog hace, exactamente, cuatro años. Lean:

  • Lo que ha ganado la izquierda no es una elección, sino una oportunidad. Lo que este país necesita a gritos desde la caida de Fujimori son una derecha liberal y una izquierda democrática. Derecha liberal tenemos pero no existe ningún partido que enarbole esa bandera, encarnada más bien en determinadas  voces esparcidas en ciertos medios de comunicación. Izquierda democrática tenemos pero hasta hace un par de meses sólo el 0.5% de peruanos sabía siquiera que existía. Ahora la cosa ha cambiado.
  • La izquierda democrática tiene que demostrar varias cosas, principalmente: 1. Que no es ningún cuco y 2. Que es eficiente. El reto es doble: lidiar con una ciudad caótica, en el apogeo de su crisis de crecimiento, y luchar contra el previsible boicot permanente de la derecha conservadora. A esta derecha, hegemónica y poderosa, no le conviene que exista el proyecto político de Fuerza Social (para ellos les es mucho más fácil ganarle a la izquierda antisistema).
  • Ojalá Villarán sepa distinguir la paja del trigo y entienda que hay una prensa que la va a boicotear porque obedece a la agenda conservadora y otra prensa que criticará su gestión porque eso es lo que hacemos los periodistas. Pésimas señales: dejar plantada anoche a Rosa María. Empezamos mal.
  • Fuerza Social tiene que aprender a construir lazos. No tiene ninguna alcaldía distrital. Quizás, a nivel provincial, pueda articular con Somos Perú y Siempre Unidos. Y, para las presidenciales, debería pensar bien si es que quiere ir por su cuenta y, así, quitarle votos al bloque antifujimorista.
  • Ir por su cuenta tiene otro riesgo: Si el próximo año no consiguen congresistas que los apuntalen en la Municipalidad, la van a pasar muy mal. Como es cada vez más evidente (la “confluencia” con el MNI, su pésimo aparato de prensa, el desastre del debate, el plantón de ayer ante el JNE), Fuerza Social no sabe calcular políticamente. Van a tener que aprender (o los verdaderos lobos se los van a comer).

¿Qué es lo que sucedió? La izquierda desaprovechó su oportunidad, no demostró ser eficiente, no pudo capear el previsible boicot de la derecha, perdió aliados, se enfrentó a la prensa, a los otros partidos y también, cómo no, internamente. No aprendieron a calcular políticamente. Pretendieron prolongar ad nauseam su narrativa de los «puros» y «decentes» versus los «corruptos» (y, ahora último, «el electarado«). Creyeron, erróneamente, que ese discurso los salvó en la revocatoria y pretendieron usarlo, ooootra vez, en este elección. No se dieron cuenta que esta vez el parteaguas no sería Castañeda, sino la gestión de Villarán.

O, para parafrasear a Adrianzén, hubo más tontódromo que Realpolitik. Pero, ojo, no es que su fracaso se pueda atribuir a un idealismo impoluto (Pilar Freitas o José Miguel Castro son dos largas sombras de las que Villarán no se desprenderá tan fácilmente). Tampoco es que haya faltado comunicación (si algo sobraba en la Municipalidad eran comunicadores). Lo que faltó fue algo obvio y está descrito líneas arriba: política.

 

Pero ¿traición a su electorado?

Lo peor es que este dibujo de Andrés Edery podría haber sido publicado en cualquiera de los 4 años de gestión.

Lo peor es que este dibujo de Andrés Edery podría haber sido publicado en cualquiera de los 4 años de gestión.

Cuando cuestionamos que Villarán se haya lanzado a la reelección, saltaron nuestros amigos Susykausas. Cuando Tafur propuso que la única manera de detener a Castañeda sería que renuncie Villarán, fue peor.

Ahora Tafur explica la magnitud de la derrota:

La catástrofe es de tal magnitud que debiera obligarla a tomarse un paréntesis hasta después del 2016. No solo llevó a cabo una gestión con serios cuestionamientos de eficiencia sino una campaña electoral lamen­table, que corrobora que la política sigue siendo un hueco negro para un sector de la izquierda (sigue acercándose a ella con psicología de con­sultoría o de ONG). Mea culpa se impone para rescatar una opción centrada de la izquierda que empiece por no despreciar al pueblo atribuyéndole alguna disfuncionalidad ética (debe recordar que buena parte de los que esta vez la rechazaron, el 2010 votaron por ella). Con un poco de humildad se habría percatado que Lima era y es una plaza derechista y que la izquierda tenía por ello una sobreexigencia que atender si quería asentarse.

Es imposible mantener la humildad si, al mismo tiempo, te promocionas como el último bastión de la decencia. Y si te has elevado por los cielos no puedes pisar tierra.

En eso consiste, finalmente, la traición al proyecto del 2010. Sí, al final, fue una traición a la honestidad, a la inclusión y a la institucionalidad. No una traición voluntaria, claro. Susana es una persona honesta, inclusiva y que, estoy seguro, sinceramente cree en la construcción de un proyecto político de izquierda. Pero la torpeza política de su entorno nos ha dejado una Lima en la que ninguno de esos tres valores importará. Finalmente, jugó para sus enemigos. Con toda la honestidad, la inclusión y las manos blancas del mundo, pero solo con eso. Se creyeron su propio cuento: ellos eran los buenos y tenían que luchar contra toooodos los demás: los malos, los perversos, los que sólo tenían las peores intenciones.

De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno, decían las abuelitas. Adivinen qué. Llegamos al final del camino.