cine Martes, 17 febrero 2009

Otro peruano ganó en Berlín

Me entero leyendo el blog del pastrulo:

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No es uno, sino también dos, y en Alemania no se contaba con la astucia peruana. La película Ander, cinta vasca del director español Roberto Castón, ganó el premio de la Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo, CICAE, uno de los jurados independientes de la Berlinale, destacando en ese filme un compatriota, Cristhian Esquivel (coprotagonista), quien ha ido escalando en su carrera cinematográfica mismo alpinista loco.

Así como La Teta Asustada fue la primera cinta peruana en presentarse en el Berlinale, Ander es la primera película filmada en el orgulloso idioma euskera que se ha proyectado en el festival alemán. Trata sobre un campesino vasco gay, Ander, a quien le resulta imposible salir del clóset (ya saben, pueblo chico…), hasta que llega José (o sea, Christian Esquivel) un inmigrante peruano que le da vuelta a su mundo.

Aquí una entrevista con Esquivel:


El diariovasco.com publica una nota sobre el tema, llamado Orgullo inca en Berlín, que tiene un inicio de lujo:

En la rueda de prensa de Ander, la película vasca con director gallego hablada en un bilingüismo tan rico como lógico e inteligente, alguien, una de esas criaturas que se quieren políticamente correctas a cualquier precio, le preguntó al actor peruano Christian Esquivel si no se había sentido molesto cuando en el filme, el personaje de Peio, un gran cabrón en general, se dirige a él llamándole indio. Esquivel, nada nuevo en el oficio sino joven veterano que ha sido el soldado boliviano Mario Terán en el magno Che de Soderbergh, respondió que cuando así le llamaban, mucho orgullo sentía. Porque ser indio implica ser descendiente de los incas imperiales. Acabó su defensa de la palabra añadiendo que ya le gustaría a más de uno poder ser indígena, poder ser inca.

Jeje. Aquí lo tienen junto a Claudia Llosa:
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Ya. Ahora critíquenlo, no sé, por lo que sea, por hacer de gay o de inmigrante o por dejar que le digan indio o por tomarse fotos al lado de una pituca, qué horror.