Mira la coincidencia 100tífika de un «especialista» homofóbico y el papa Progre
Andy Livise
Pienso, luego me achoro. @ElcholacoLa semana empieza con dos casos 100tífikos sobre la homosexualidad. Dos casos que le deben encantar a Keiko, la lideresa que dice que «es muy prematuro introducir temas de ideología de género en los textos escolares”.
El fin de semana se dictó una clase en el Colegio de Psicólogos del Perú (CPSP). Al finalizar una de las ponencias, dos hombres ingresaron a una de sus aulas para promocionar un curso comparable solo con el Manual del Pendejo. Se llamaba Desarrollo de la heterosexualidad y era dictado por el ‘especialista’ mexicano Everardo Martínez.
#INDIGNANTE
Mi novio está llevando un curso de colegiatura en el Colegio de Psicólogos del Perú. Y terminando un ponencia, entran a promocionar un taller de «CÓMO CORREGIR LAS CONDUCTAS HOMOSEXUALES».En qué año estamos? Qué clase de psicológos avalan esto?
Por favor compartir. pic.twitter.com/z9DuzOGqHU
— Fa (@FaFraguelaH) August 26, 2018
El taller, que se publicitaba cual agua bendita embotellada, era una capacitación homofóbica que consistía en una «enseñanza teórico-práctica en psicoterapia para sanar las causas psicológicas en pacientes que sienten atracción homosexual».
«La homosexualidad es un sentimiento que tiene causas psicológicas (…) Problemas con el padre, la madre». Y para colmo mencionan (¡cómo no!) a Agustín Laje. Qué palta. Esto pasó hoy en el Colegio de Psicólogos de Lima: completamente antiético y antiprofesional. Vergüenza. pic.twitter.com/k3GNzGWzuO
— Matheus Calderón, tu modesto amigo (@andoenpando) August 26, 2018
El curso iba a costar S/ 1,500 y se iba a desarrollar durante nueve meses, según todo indica, en instalaciones del CPSP. El curso incluía tratamientos con «casos reales de pacientes (sic) que sienten atracción homosexual».
La institución, sin embargo, respondió que cuando Martínez solicitó permiso para marketear su curso, mintió sobre el tema que promocionaría. Además deslindó con todo el discurso homofóbico de Martínez y se disculpó con la comunidad LGTBiq+ (lesbianas, gays, transexuales, bisesuales, intersexuales, queer y más).
Y como la homofobia es igual aquí en la tierra como en el cielo, el papa Francisco repitió hoy exactamente el mismo discurso que patologizaba la homosexualidad. En el avión que lo trasladaba de Irlanda a Roma, declaró lo siguiente a un periodista que le preguntó qué le diría a los padres que conozcan la orientación homosexual de su hijo:
«Les diría, en primer lugar, que recen, que no condenen, que dialoguen, entiendan, que den espacio al hijo o a la hija. (…) Cuando eso se manifiesta desde la infancia, hay muchas cosas por hacer por medio de la psiquiatría… o para ver cómo son las cosas. Otra cosa es cuando eso se manifiesta después de los 20 años».
Composición: Útero.Pe
Es común que la iglesia católica reconozca los avances científicos con cientos de años de demora: aceptaron la teoría de la evolución recién en 1996. Lo mismo pasa con la homosexualidad, que dejó de ser considerada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud desde 1990, pero que para el catecismo católico sigue siendo un PECADO:
«Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves , la Tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados'».
La ciencia también le ha hecho el pare a las «curaciones» de la homosexualidad, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó hace seis años del peligro que estas representan:
«Ya que la homosexualidad no es un trastorno o enfermedad, no requiere cura. En consecuencia, no existe indicación médica para el cambio de orientación sexual», observó la directora de la OPS, Mirta Roses Periago. Añadió que las prácticas conocidas como ‘terapias reparativas’ o ‘de reconversión’, representan ‘una grave amenaza para la salud y el bienestar, inclusive la vida, de las personas afectadas'».
La OPS hasta recomienda denunciar penalmente estas prácticas, un consejo que el Colegio de Psicólogos del Perú debería seguir.
Más procrastinación
