Recordemos la época dorada del narcazo ‘Lunarejo’ y a todos aquellos que chupaban con él o pedían pasajes

Muchos años después, frente a la sala penal que los condenaría, los hermanos Zevallos Gonzales habrían de recordar aquella época en la que sus fiestas eran lo más importante en el mundo de la política y el periodismo peruano. 

Ayer por la tarde, luego de años de investigación, Lupe y Fernando Zevallos fueron condenados a 25 y 27 años de cárcel, respectivamente, por el delito de lavado de activos del narcotráfico. El «Lunarejo», uno de los narcos más grandes de la historia reciente, ya purgaba condena en Piedras Gordas desde el 2005. Su hermana Lupe dijo hoy en el programa de Nicolás Lúcar que se entregará esta tarde. La desgracia los está revolcando.

Nadie quiere recordar esto, ¿no?
Intervención: Útero.Pe

Sin embargo, hubo una época en la que Zevallos no era el apestado narco del que hoy todos deslindan, sino que cierta gente en la política y en la prensa nacional obviaba las investigaciones en su contra desde la década de los 80 y solo consideraban que se trataba de un próspero empresario dedicado a los negocios con su aerolínea AeroContinente, que por cierto, tuvo su tiempo de apogeo durante la década en la que Fujimori era presidente.

Este post no es apto para aquellos que todavía saborean los manjares y vinos y espumantes y tragos que se repartían en las reuniones organizadas por la familia Zevallos Gonzales cuando todo era felicidad, perdón, impunidad.

Un coctelito por Zevallos

En el 2005, cuando las investigaciones del periodista Miguel Ramírez para El Comercio, el trabajo de la policía y fiscalía y de la Procuraduría Antidrogas a cargo de Sonia Medina ya veían sus frutos tras la captura del «Lunarejo»; un reportaje de Carola Miranda para Cuarto Poder nos trajo a la memoria aquellos rostros conocidos que se inclinaron en agradecimiento ante una invitación de Lupe Zevallos para las, vamos a renombrarlas, narcofiestas.

Presten atención:

Y otro reportaje, esta vez de Marco Sifuentes para La ventana indiscreta, presenta imágenes del mismo tono, en el que se celebraba el cumpleaños de Lupe Zevallos, hoy sentenciada por lavado de activos. Aquí también se puede ver a otros personajes.

¿Todos recuerdan que Aerocontinente les daba pasajes a precio rematado a políticos y jueces y gente con un poco de poder, cierto? Bueno, en La República contaron quiénes eran los beneficiados.

Estos son los políticos con acercamiento a los Zevallos:

• En el 2005 el Congreso no era muy distinto del actual. Era parlamentario Alfredo «el gordo» González, exdirigente de Universitario de Deportes siempre metido en problemas, quien admitió a la entonces periodista de Cuarto Poder que era un asistente a las fiestas de Zevallos.

• A partir del minuto 11 del reportaje de Cuarto Poder se puede ver una lista de personajes asistentes a las narcofiestas, entre ellos también figura la excongresista fujimorista y hoy asesora en el Legislativo, Martha Chávez.

• Moisés Tambini, pataza y abogado de Alan García, exjefe de los procuradores durante el segundo gobierno aprista, también asistió al besamanos de Lupe.

• Ruth Monge, exabogada de Aerocontinente, nuera de Tambini y hasta hace poco miembro suplente del desaparecido Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). De hecho, también tiene audios.

• Sobre los Tambini y Aerocontinente (Mónica, la hija de Moisés, fue la notaria favorita de la aerolínea) hemos escrito bastante.

• Jaime Salinas López-Torres, el exregidor municipal que no iba a trabajar por estar de viaje, figura entre los que pedía rebaja en pasajes aéreos.

• David Waisman les pidió descuento para ir a Miami con su esposa e hijo.

• El aprista César Zumaeta también les pidió descuento para la esposa de su asesor. El viaje era a Canadá.

• El otro aprista Luis Alva Castro. Pidió pasaje para su esposa.

• El exministro aprista Remigio Morales Bermúdez, aparece en e-mails reclamando su descuento del 75% y hasta recomendó a un amigo para que lo llamen para piloto de Aerocontinente, según este reportaje de La República.

• El entonces pepecista Xavier Barrón.

• En serio vean las respuestas de los congresistas ampayados pidiendo pasajes con descuento o gratuitos, son bien rochosas.

El periodista Miguel Ramírez publicó hace unos años en su columna del diario Trome sobre la vez en que Aerocontinente donó pasajes y dinero para la campaña de Alejandro Toledo.

Y si hablamos de narcotráfico, siempre debe estar el apellido Fujimori por algún lado. De hecho el abogado de Zevallos, Rómulo Muñoz Arce, visitó el SIN de Montesinos en una ocasión. Y Matilde Pinchi Pinchi contó que Lupe Zevallos también fue recibida una vez en el SIN.

Pucha, y Keiko pues.

Periodismo para volar

Comprendida la importancia de la prensa, según relata el reportaje de Carola Miranda en Cuarto Poder, el dueño de Aerocontinente quiso publicar en el 2004 una revista con periodistas allegados y con aquellos que asistían a sus celebraciones:

• José Mejía, exasesor de Aerocontinente y fundador del periódico «Cambio» de la familia Zevallos.
• Álvaro Maguiña, quien en la actualidad es conductor y director de TV en el Congreso de la República (ingresó a ese puesto cuando el fujimorismo obtuvo la mayoría congresal en el 2016).
• Eloy Jáuregui.

Entre los amigos de la prensa también figuraban:

Álvaro Maguiña, Lupe Zevallos y Jessica Tapia. ¿Ya nadie recordaba esto, no?
Imagen: captura YouTube

• Gonzalo Iwasaki. Hasta hace unos años trabajó en el Ministerio Público. Aparecía siempre ultimando detalles cada vez que el defenestrado exfiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia,  daba una conferencia de prensa en la sede de dicha entidad. Todos los reporteros de esa época (principios de esta década) lo deben recordar.
• Jessica Tapia. Trabaja fuera del Perú, pero desde su cuenta de Twitter es fácilmente identificable en el grupo de conservadores y defensores de personajes cuestionados.
• Genaro Delgado Parker, fallecido exdueño de Panamericana Televisión.
• Enrique Escardó, el fundador de la revista Gente.

Nosotros advertimos que este post iba a amargar a mucha gente. Pero siempre es bueno recordar el pasado para comprender las decisiones (y las posturas) del presente, sobre todo de aquellos que todavía mantienen un poquito de poder.