documentos , feis Jueves, 13 diciembre 2018

Una de las profesoras acusadas de ser parte de la «planilla dorada» de la PUCP responde a Wayka

Escribe María Angélica ‘Nani’ Pease:

Estimadas y estimados colegas, alumnos y alumnas y personas interesadas por la PUCP. He enviado esta carta rectificatoria hace unos minutos a Wayka por una nota en la que se me menciona y que no corresponde con la realidad. Les agradezco le den lectura.

Foto: PUCP

Foto: PUCP

A la opinión pública

A raíz de un reportaje en un medio web referido al cobro de bonos por segundas planillas en el cual se me menciona, quiero expresar lo siguiente:

Las justas denuncias de nuestros y nuestras estudiantes por cobro el de moras indebidas, en cuyo apoyo me he pronunciado más de una vez desde canales diversos en los últimos días, han puesto en evidencia que hace falta en la PUCP una reforma administrativa que permita transparentar procesos, que cuestione injusticias y que genere que tanto docentes como estudiantes reciban un trato justo y equitativo.

En la nota del medio digital, se señala falsamente que formo parte de una planilla secreta producto de una situación de privilegio que recibe ingresos de manera arbitraria sin desarrollar trabajo alguno como contraparte y a espaldas de la institucionalidad de la PUCP. Todo ello falta completamente a la verdad, es difamatorio y ofensivo en tanto el contrato que tengo como investigadora con el Vicerrectorado de investigación es de conocimiento público, aparece en la intranet de la PUCP, es reportado en mi plan de trabajo cada año y evaluado al finalizar el mismo, incluyéndose informes de avances y logros. Es además de conocimiento de los jefes que he tenido y aparece en el CV-PUCP. Este corresponde a 2,500 soles recibido como contraparte a entregas de productos de investigación que he ido minuciosamente trabajando. Dichas entregas han sido planificadas, cronogramadas, entregadas y evaluadas. El área de investigación y los productos de la misma corresponden a mi experiencia profesional y académica y han sido productos de elevada calidad.

Una nota como esta no tendría por qué merecer ninguna atención de mi parte en tanto ni siquiera cumplió la mínima regla de verificación para publicar un texto periodístico, como es llamarme para conocer mi versión; sin embargo, dado el clima de elevada tensión que viene atravesando la PUCP y en aras de colaborar con la transparencia que se necesita para reconstruir el prestigio de nuestra universidad, tan dolorosamente dañado en los últimos días, paso a detallar acerca del contrato que tengo como investigadora en el Vicerrectorado de investigación.

Foto: Captura / PUCP

Foto: Captura / PUCP

Desde el 2008 que volví de Nueva York de hacer mi doctorado en Psicología en Columbia University, trabajo de forma ininterrumpida en la PUCP. Entré primero a trabajar en la Dirección de Asuntos Académicos-DAA que forma parte del Vicerrectorado académico, a cargo del Dr. Efraín Gonzales de Olarte. La labor que se me encomendó fue abrir un área de investigación en la DAA que tuviera que ver con cómo son y cómo aprenden los estudiantes universitarios, de modo que se pueda establecer políticas educativas adecuadas para servirlos mejor en la universidad. Desarrollamos numerosos productos con diversas unidades de la PUCP, entre ellos estudios sobre competencias, sobre características de los ingresantes y relación con su rendimiento académico, estudios sobre concepciones vinculadas al nivel académico, entre otras.

En el año 2011 el entonces rector de la PUCP, Dr. Marcial Rubio, me expresó su interés en que continuara trabajando en aquello que había venido investigando en Nueva York, el tema del desarrollo adolescente y su vinculación con los hallazgos de las neurociencias, tema poco explorado en ese entonces en el Perú, ya que esto podría significar insumos para la comprensión de nuestros y nuestras estudiantes que se tradujera en mejoras en las maneras de enseñar de las y los docentes. Dicho proyecto no cabía exactamente dentro de las metas ni fines del trabajo que realizaba en la Dirección de Asuntos Académicos. Fui así invitada a una reunión con el entonces rector y los tres vicerrectores donde dialogaron y acordaron que tenía más sentido que el proyecto pase a formar parte del Vicerrectorado de investigación y por lo tanto el presupuesto que éste requería (asistente y logística) saliera del mismo. De este modo, en el año 2011 inicié un contrato para dicho proyecto con el Vicerrectorado de investigación, que implicaba un trabajo por horas y continué, además trabajando en para el Vicerrectorado académico en la Dirección de Asuntos Académicos-DAA. Para dicho proyecto conformé un equipo interdisciplinario e interinstitucional con el que desarrollamos un seminario, el cual culminó con la publicación del libro “Cognición, neurociencia y aprendizaje. El adolescente en la educación superior” (PUCP, Fondo Editorial, 2015). El libro en cuestión tuvo una enorme acogida y fue reimpreso muy rápidamente. Estuvo entre los más vendidos de la feria del libro donde se presentó y por ello, tanto el entonces rector, el Dr. Rubio como la entonces vicerrectora la Dra. Patrón me solicitaron que continuara trabajando temas vinculados a los del libro, haciendo productos de investigación que se desprendieran de él, particularmente sobre el tema de evaluación de los aprendizajes en la educación superior que requería de evidencias para su revisión. Acordamos así que tendría un contrato con el Vicerrectorado de investigación para dicho fin en los mismos términos que éste se había venido llevando hasta el momento, pero sin contar con el equipo de apoyo (asistente, practicante, etc.) que había tenido para el libro, ya que ello no era necesario para esta labor. En el año 2015 fui ganadora del concurso de la plaza de docente a tiempo completo en el departamento de Psicología y por ello cesé mis labores en la Dirección de Asuntos Académicos-DAA. Desde octubre el 2015 continué trabajando con el Vicerrectorado de investigación para la labor antes descrita en los mismos términos y con el mismo monto por dicho trabajo hasta la fecha. Dicho trabajo implicó productos y entregas, fue explicitado en mi plan de trabajo como profesora de la facultad de Psicología, el cual fue revisado y aprobado por las jefaturas de departamento correspondientes. Además, al reportar mi plan de trabajo cada año ante mi departamento, incluí los avances que desarrollé en dichas labores (por ejemplo “Breve informe de actividades del proyecto: “Evaluación de los aprendizajes en la educación superior” en mi reporte de plan de trabajo del 2016). Como parte de mi labor con dicho convenio de trabajo con el Vicerrectorado de investigación he desarrollado estudios tales como “Evaluación de los aprendizajes en la educación superior” el cual desarrollé en coordinación con el Instituto de Docencia Universitaria de la PUCP, presentaciones en diversas instancias y conferencias respecto a aprendizajes en la educación superior sobre la base del libro antes mencionado y a solicitud del Vicerrectorado de investigación o Rectorado. También he desarrollado estados de cuestión sobre temas a solicitud e inicié un proyecto de columnas de opinión sobre temas pedagógicos el mismo que finalmente no se llevó a cabo. En cada uno de los contratos de investigación que he tenido desde que volví a la PUCP he tenido planes de trabajo, productos, entregas y he sido evaluada continuamente desde el 2008. Nunca en mi vida, en ningún trabajo he recibido pagos sin desarrollar una labor. Nunca habría aceptado recibir dinero sin trabajar, pero en mi caso particular, no se me ha ofrecido jamás algo semejante.

El presente año he podido propiciar que se gestione un convenio entre la PUCP y UNICEF para el desarrollo del proyecto “Ser adolescente en el Perú” al que me veré dedicada en el 2019 y 2020. Al ponerse en marcha dicho convenio, tendré una gran carga de trabajo y por ello, dejaré de desarrollar otras labores de investigación como las que se desprenden del contrato que tenía con el Vicerrectorado de investigación.

La ahora exvicerrectora de Investigación, Pepi Patrón, al lado de Marcial Rubio. Foto: PUCP

La ahora exvicerrectora de Investigación, Pepi Patrón, al lado de Marcial Rubio. Foto: PUCP

Desde el año 2014 soy representante de los docentes ante la Asamblea Universitaria. Lo fui por un período y fui reelegida. Mi aspiración al presentarme a la Asamblea fue poder colaborar por lograr el fin del conflicto con la iglesia de una manera que no afecte la integridad y valores de la PUCP. A lo largo de toda mi participación como asambleísta he intentado representar a las y los docentes en general y de psicología en particular con la mayor transparencia posible teniendo en mente siempre además el apoyar los derechos de las y los estudiantes y de las minorías no representadas en nuestra universidad. He votado siempre en concordancia con lo que considero mejor para la PUCP lo cual no ha supuesto estar siempre a favor (ni siempre en contra) de decisiones del equipo rectoral hoy puesto en cuestión. En algunos temas de dominio público como el pre-acuerdo elaborado por el entonces rector Dr. Rubio con la iglesia que luego fue descartado, o más recientemente respecto a la reforma Trans hemos tenido abierta y explícitamente opiniones encontradas sin que ello represente un conflicto alguno ni con el trabajo de investigación o docencia por nuestra universidad ni por el aprecio que pueda tener por cualquier colega en la universidad.

La PUCP atraviesa momentos que requieren de toda la transparencia, veracidad e integridad de sus miembros. Requiere de nuestro compromiso con la ley, la ética y la verdad. Ello implica también no atentar arbitraria y difamatoriamente contra la credibilidad y la reputación de personas que como yo no han hecho en su vida nada más que trabajar limpiamente por la PUCP.