libertades , noticias , politica , sociedad Lunes, 19 junio 2017

3 milagritos que el Papa Pancho debería cumplirnos cuando llegue al Perú el próximo año

Dios acaba de enviarte un regalo por asistir semanalmente a misa. Sí, a ti que pecas de lunes a sábado y te confiesas los domingos. El mismísimo representante de God en la Tierra, el Papa Francisco, llegará al Perú en enero del 2018.

Este meme no tiene nada que ver, pero igual lo ponemos.

Prepárense para exculpar sus penas calatos en plena Plaza de Armas de Lima. Imagen: Cuantarazón

Como creyentes fervientes del dios nacido de una mujer virgen y cuya existencia corpórea aún sigue en debate, nos tomamos el atrevimiento de pedirle tres milagritos a Pancho. Porque si hasta Juan Pablo II, defensor de curas pederastas, fue hecho Santo, ¿por qué Jorge Bergoglio no?

1. Devuelve al abusador

Mientras los seguidores de Cristo que nunca siguen su ejemplo se preparan para recibir al máximo representante de la Iglesia Católica, otros también se alistan:

Nos referimos al congresista de Peruanos Por el Kambio, Alberto de Belaunde, quien ha iniciado una campaña pública para que el Papa Pancho reciba a las víctimas de los abusos cometidos por integrantes del Sodalicio, congregación laica respalda por la Iglesia Católica.

Imagen: Twitter

Imagen: Twitter

La intención es que el Papa Pancho escuche a las víctimas de los abusos físicos, psicológicos y sexuales para que devuelva al exfundador del Sodalicio y abusador principal, Luis Fernando Figari, a la justicia peruana. El Vaticano fue la organización que determinó que Figari se quedara en Roma «como castigo» por los «actos impuros».

Composición: Útero.Pe

Composición: Útero.Pe

2. Que jubile a Cipriani

Imagen: Andrés

Cara al sol. Imagen: Andrés Edery

Otro de los milagros que la feligresía peruana está esperando es que permita que el Sumo Pontífice acepte la renuncia de Cipriani, la cual se dará en diciembre del 2018. Si no sabías de esta buena noticia, aquí lo detalla José Alejandro Godoy en Desde el Tercer Piso:

«El 28 de diciembre de 2018, Juan Luis Cipriani Thorne deberá presentar al Papa Francisco su carta de renuncia como Arzobispo de Lima. Si bien el pontífice tiene la potestad de aceptarla o no, lo cierto es que el Cardenal peruano juega, en tiempos eclesiales, los minutos finales de su mandato al frente de la Iglesia Católica limeña».

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No es broma de ateo. En el propio artículo 354 del Código de Derecho Canónico se lee que «los padres Cardenales que están al frente de dicasterios u otros institutos permanentes de la Curia Romana y de la Ciudad del Vaticano se les ruega que, al cumplir setenta y cinco años de edad, presenten la renuncia de su oficio al Romano Pontífice». Ciprini cumple 74 recién en diciembre de este año.

Para que Bergoglio nos conceda este milagrito basta con que se haga el loco con la renuncia, no le responda y Cipriani asuma que aceptaron su salida. ¿Total? Nadie lo quiere.

3.Un Estado laico

Para este milagro necesitamos que todos los humanos levanten los brazos como para una Genkidama. Le costará más al Sumo Pontifice, pero como líder mundial del siglo XXI no tendría por qué decirle no a un Estado laico. Un estado laico, amigos, no es un estado ateo, porsiaca. Así lo explica Ricardo Mayta en La República:

«Un estado laico se caracteriza por permitir la diversidad de creencias religiosas y su convivencia. Así como asegurar que el Estado no apoye ni tenga una religión preferida, considerándose en este sentido neutral. La diferencia entre un estado laico y un estado ateo es que el primero no prohíbe profesar credos, mientras que la segunda sí las prohíbe abiertamente».

El Perú podría se un estado laico si se rompe el concordato firmado con el Vaticano en 1980, pero como tenemos un presidente que gobierna para sobrevivir a los embates del fujimorismo, eso sería más difícil que alguien sea uno y tres al mismo tiempo… oh, wait…

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Gracias a gestos como estos, el Perú podría ahorrarse millones de soles en sueldos a curas y monaguillos, no cobrar impuestos (o sí) a las iglesias de todas las religiones, enseñar Filosofía en lugar de Religión en los colegios, aprobar leyes que eviten oposiciones tipo «pero la Biblia dice esto…». Bueno, lo último seguiría ocurriendo, pero no tendría la misma importancia en un debate.

Seguiríamos pidiendo más milagritos al futuro San Panchito, pero ya tenemos que despertar para seguir viviendo la realidad.