blogs , historia , violencia Sábado, 7 marzo 2009

Mi memoria no es la tuya

jorobadoblogBlogger invitado: Carlos Meléndez (aka) El Jorobado

Las reacciones del sector “progresista” (lo que algunos llaman “caviar”) en torno a la negativa presidencial por facilitar la creación de un museo de la memoria parte de una premisa falsa: “el pueblo peruano no tiene memoria” y por lo tanto es necesario crear políticas para promoverla. Este es un punto de partida equivocado pues considero lo contrario: los peruanos sí tenemos memoria, pero no de los asuntos que la sociedad civil de izquierda quisiera. En contra de lo que se supone, tenemos vívida imagen de la década del ochenta, y sin ánimo de trivializar la discusión, quiero señalar algunos ejemplos: un peruano promedio (y hasta un “caviar”, espero) recuerda que en las eliminatorias de 1981, le ganamos a los uruguayos en el Centenario 2 a 1 con goles de Julio Cesar Uribe y Guillermo La Rosa, recuerda inclusive que este último quiso rematar a la izquierda del arquero y el tiro le salió hacia el otro lado. Igual, un golazo. Hasta ahora el finado Augusto Ferrando genera los más altos ratings cuando pasan una selección de su ochentero Trampolín a la Fama (…“siempre contigo”). Hasta ahora recordamos su picardía, su “cuándo te he engañado, primito”, su “yo lo descubrí”, sabemos que de ahí salieron desde Melcochita, hasta Fernando Armas, pasando por el Chato Barraza y Chibolin, hasta ahora no hay mueblería más famosa en el Perú que “Muebles América” y Fauccett parecería ser una aerolínea que apenas acaba de cerrar.

Pero no es que en nuestra memoria selectiva, la política esté ausente. No es que los “desmemoriados” peruanos hayamos borrado los recuerdos del terrible primer gobierno de Alan García y que precisamente en el olvido de sus desastres se sustente su re-elección. En un estudio sobre opinión pública que vengo realizando, se halla la evidencia que el peruano promedio (insisto en el término) sí recuerda el funesto primer gobierno aprista; sin embargo no le interesa al momento de decidir su voto. Más le vale prevenir al país de un posible gobernante radical y de izquierda (nuestro “median voter” peruano se encuentra a la derecha del centro, duela a quien le duela), que pasar por alto las faltas del pasado (para dicha de los impunes responsables). El peruano común y corriente procesa su historia política reciente de manera distinta a la que la ideología del progresismo supone. Por ello es que “causas sociales” (¿? –mejor diría “causas-facebook”, no más) como el museo de la memoria (así no mas, en minúsculas) no son populares, no encuentran cabida en la opinión pública de la combi, es sólo motivo de la indignación de una elite izquierdista, y por lo tanto, gobernantes como García pueden darse el lujo de despacharse a sus anchas al respecto. Si fuera una demanda sentida, simplemente no se atrevería a hacerlo.

En una muestra más de su desconexión con la realidad, la izquierda-no-gubernamental supone un peruano que no existe siquiera en su servicio doméstico. Lo cual le lleva a tácticas políticas y de lobby equivocadas, que agudizan aún más su elitismo y terminan generando antipatías en los que no comparten sus atajos ideológicos. Es como si el Perú fuera un patita que acaba de terminar con su novia, que anda medio tristón, pero quiere hacer el “move on” de una vez. Y es como si los “caviares” fuesen esa mancha de “amigos” insoportables que le dicen al susodicho: “chupa compare, emborráchate, llora, sufre”, que le amontonan de recuerdos, le ponen boleros cantineros, le restriegan en la cara fotos-momentos-Kodak de un pasado perfecto, etc., cuando en realidad lo único que el patita quiere es que lo dejen solo. No quiere salir a chupar, ni cortarse las venas. No ahora en todo caso.

Un comisionado de la CVR me dijo una vez que “los tiempos de la memoria son distintos”. Pero creo que los “promotores de la memoria” en este país se olvidan frecuentemente de este axioma. No es que tengan que quedarse callados, pero si cambiar de estrategias, pensar más en el largo plazo, no morirse de ansiedad, esperar. Tener paciencia. No indignarse con la facilidad con la que se para una combi en la Avenida Arequipa, ni ponerse en la pose de “yo tengo memoria, soy más ciudadano que tú”. Yo trabajé en la CVR los dos años que duró y me gustaría que esa chamba sea más útil y tenga un impacto inmediato. Pero antes que eso, reconozco la idiosincrasia del peruano promedio, del patita que no quiere chupar por su ex (por lo menos, no ahora). Llegará el día, el momento, la generación, en que las introspecciones al pasado sean más enriquecedoras. Ahora, todavía no. Respetemos nuestro pasado, nuestra memoria, pero sobre todo, respetemos nuestro presente, nuestra realidad. La “memoria” del peruano, no es la tuya, amigo “caviar”. (Y tener “memoria”, no te hace mejor persona…no lo olvides).

Carlos Meléndez (aka) El Jorobado

Ps. Algunos “analistas de blogs” (¿meta-bloggers?) parten también de la premisa falsa (quizás producto de su mellada autoestima) que lo que un blogger quiere es fama, subir en rankings, aumentar sus visitas; cuando hay algunos que solo les interesa comunicar, así sea a través de su propio blog o de “rebotes”. Yo que tuve un blog me ubicó en este último grupo. Me interesan más difundir ideas que pelearme por rankings absurdos. Creo que el blog de Ocram es propicio para lo primero. Por eso, le “regalo” este post porque puedo prescindir de mi blog para comunicar. Ahora solo cabe la pregunta: ¿un “regalo” también es “plagio”?

Link: El Perú no necesita museos (Mario Vargas Llosa)
Link: Melcochita y Business Track en el Museo de la Memoria (Perú 2.1)
Link: La visión de Carlín
Blog: Crónicas desde un avispero