noticias , politica Lunes, 19 agosto 2019

5 columnas que debes leer para entender cómo se cocina el golpe contra Vizcarra (y la única salida que le queda)

Como ya hemos visto, el adelanto de elecciones propuesto por Vizcarra ha acelerado la búsqueda de la vacancia presidencial bajo cualquier excusa.

Se lo quieren bajar

Shitposting del bueno. Intervención: Utero.pe

Shitposting del bueno. Intervención: Útero.Pe

Raúl Tola pinta la cancha en su columna Tambores de golpe señalando que el ppkausismo —es decir, toda esa gente que entró al gobierno con Kuczynski— está unido por babas:

Vizcarra y Aráoz no comparten la misma idea de país, tienen interpretaciones opuestas de la crisis que atravesamos y es evidente que desconfían uno del otro. ¿Cómo se explica que dos personas tan diferentes integraran la misma plancha presidencial?

¿Y qué tanto le juega en contra esto a Vizcarra? Pues considerando que su bancada está compuesta por gente que no tiene un proyecto común sino una serie de intereses personales, la cosa no se ve bien. Escribe así Tola:

Queda ver si estos desafectos sumarán sus votos a una eventual moción de vacancia contra Martín Vizcarra, un proyecto que en este mismo momento parece contar con los números pero carece de sustento jurídico. O lo que es lo mismo: constituiría un golpe de Estado en toda regla, pensado para interrumpir los avances de la lucha contra la corrupción y permitir la supervivencia de los putrefactos de nuestra política.

Así es casero, leyó bien: golpe de Estado.

El fujimorismo no puede ser gobierno

Por su parte, Juan Carlos Tafur escribe también sobre la fragilidad del partido oficialista ante una renuncia presidencial (el peor escenario posible), puesto que nos pone en manos de los conservas:

No puede olvidarse que lo que está en juego es si se permite o no que una ultraderecha autoritaria, mercantilista y reaccionaria haga de las suyas en el Perú.

(…)

Dos años de un cogobierno entre la expectante Mercedes Aráoz y el ala dura del keikismo serían fatales políticamente hablando para el Perú. No solo por lo espúreo de su eventual origen sino porque claramente no representa ningún sentir mayoritario del país y embalsaría aún más la furia ciudadana respecto del statu quo.

Tafur explica que lo que Vizcarra debe entender, asimilar y empezar a aplicar es que aquí solo cabe la confrontación.

Sin embargo, apunta Claudia Cisneros, a Vizcarra ya le tembló la mano cuando anunció el adelanto de elecciones:

pero le falló el cálculo; no con la calle, que aplaudió la decisión de que se vayan quienes no los representan, sino con el Congreso. Porque dejar en manos de este congreso su propia autodisolución un año antes –con lo que en términos económicos y de palancas de poder significa para los corruptos congresistas ese recorte– ha sido una pésima idea.

Cisneros señala que fue el error de PPK creer que hay una lógica política detrás de las acciones del fujimorismo, cuando durante todo este tiempo vienen demostrando que solo buscan la confrontación con ánimos revanchistas.

Se pintó en una esquina

YOU READY? Imagen: Útero.Pe

YOU READY? I’M READY.
Imagen: Útero.Pe

En esta entrevista hecha por Enrique Patriau, el politólogo Steve Levitsky, remarca que Vizcarra podrá ser populista pero no tiene ni autoritarismo ni audacia:

Cuando no tienes aliados institucionales, tienes a todo el establishment y a la clase política en contra y solo tienes a tu favor al pueblo, estás en una situación como Perón o Fujimori. Sin embargo, creo que Vizcarra no tiene ese componente autoritario y audaz de muchos populistas. Quiero decir, no creo que movilice a las masas de manera agresiva.

Levistky precisa que en la democracia a veces se hace necesario el populismo. Después de todo, en esta guerra política no tiene organización, ni aliados ni apoyo parlamentario. Solo le queda la calle.

Con la calle, sin partido

Remarca Claudia Cisneros que la reforma política no es negociable y que el Congreso debe aprobarla:

Y si el presidente no reconfigura un nuevo pedido de confianza y el cierre de este Congreso ya, él y el país seguirán sumidos en el caos que el keikismo tiene por toda consigna.

Pero, ¿basta el apoyo de la calle cuando la ausencia de una bancada, de un partido sólido, hace aún más precaria su posición política? En este artículo, Marco Sifuentes explica que Vizcarra se ha topado con que la popularidad era suficiente y no lo es:

El adelanto de elecciones era —sigue siendo— la salida racional. Pero era obvio que los principales afectados por ello no se irían sin pelear. La única compañía que le queda a Vizcarra será la calle. Si la calle no lo acompaña, la calle será su destino.

La pregunta es: ¿Vizcarra se animará a no dejarse matar?

Diego Pereira

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