3 cosas que debemos tener en cuenta si hablamos de pena de muerte para violadores
Laura Grados
@lauletrasAyer en el programa Agenda Política de Canal N, le preguntaron al ministro de Justicia, Enrique Mendoza, cuál era su posición sobre la pena de muerte para violadores de menores. Su respuesta ha desatado un debate nacional sobre la aplicación de esta medida.
Enrique Mendoza: «Yo sí creo en la pena de muerte» ► https://t.co/aTOyCkS9jI pic.twitter.com/JZvwBWK1N6
— Canal N (@canalN_) 30 de octubre de 2017
Ni la pregunta formulada ni las declaraciones del ministro eran gratuitas. Como Mendoza, varios fujimoristas han deslizado la misma idea, en una coyuntura donde la noticia que ha ocupado gran parte de la agenda nacional ha sido la violación de una bebé de dos meses de nacida.
Violar a una niña de dos meses, maldito hijo de puta. Ojalá y te pudras en la cárcel desgraciado. #PenaDeMuerte
— Leyla Chihuan (@LeylaChihuan) 26 de octubre de 2017
La congresista Úrsula Letona se ha mostrado a favor de la pena de muerte para violadores de menores de 5 años.
[LO ÚLTIMO] Letona: Estoy a favor de que se revise la pena de muerte para violadores de menores de 5 años ► https://t.co/Yp74gn7xKX pic.twitter.com/r3HJCDCSeE
— Canal N (@canalN_) 30 de octubre de 2017
Trasladan a niña violada de 2 MESES! Ya no más! Pena de muerte a violadores de niños! Trabajaré fuerte por sacar adelante esta iniciativa!
— Karla Schaefer (@KarlaSchaefer) 26 de octubre de 2017
La violencia indigna y no pocas personas en el país están de acuerdo con esta medida. Sin embargo, una decisión de esa magnitud debe ser estudiada y debatida con rigor de cirujano. Se trata de atribuirnos el poder de decidir sobre la vida de otra persona, vulnerando así un derecho inherente al ser humano: v i v i r.
¡¡Pero los violadores no pensaron en la vida de su víctima!!!11
Los fujimoristas siempre tan consecuentes. «Pena de muerte para violadores de niños!». Ah, pero cuando son los pederastas del Sodalicio: pic.twitter.com/GAVcQpWq76
— Josefina M (@Josefina_28) 30 de octubre de 2017
Sí, pero la ley del talión no se aplica desde la Edad Media y, para los católicos, es propia del Antiguo Testamento de la Biblia, Jesucristo no estaba de acuerdo con esta. Hablar de pena de muerte, en general, implica romper con los tratados internacionales sobre derechos humanos y a la vez afrontar las consecuencias de esta decisión. Con ayuda de nuestro amigo, el politólogo y periodista, José Alejandro Godoy, iremos por partes para que la ira no venza a la razón.
Les es más fácil proponer pena de muerte que educar sobre género y respeto a las mujeres.
— D (@Dayannnna_3) 30 de octubre de 2017
1. ¿Ya tenemos pena de muerte?
En nuestro país ya existe la pena de muerte, pero solo para dos casos excepcionales:
- Traición a la patria en situación de guerra.
- Terrorismo: (desde 1993). Aunque nunca se ha aplicado este extremo de la norma.
Para matar a alguien por delitos distintos a estos dos, el Perú debe retirarse del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Para esto, debe d e n u n c i a r el pacto de San José.
ESTO NO TIENE NADA QUE VER CON LOS TURRONES, ¿OKI?
El Pacto de San José es el chaplín que se le puso a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, suscrita en 1969 y aplicada desde 1978. Nuestro país forma parte de este pacto, el cual reconoce toda una lista de derechos fundamentales y, lo más importante, prohíbe ampliar las causales para aplicar la pena de muerte en los países miembros. O sea, si tú ya tienes pena de muerte por los dos motivos anteriormente expuestos, no puedes ir por la vida aprobando penas para matar gente por los delitos que te den la gana.
La solución no es la pena de muerte. No hay recetas mágicas que nos den atajos. Necesitamos educación en libertad y respeto a las mujeres.
— Marisa Glave (@MarisaGlave) 29 de octubre de 2017
Es por la suscripción de nuestro país en ese acuerdo, que hablar de pena de muerte requiere necesariamente:
2. Un cambio en la Constitución
Ya hemos tenido varias veces este debate. pic.twitter.com/KqVj2z9dB0
— Alberto de Belaunde (@AlbertoBelaunde) 29 de octubre de 2017
¿Por qué la Constitución? Porque el máximo documento que rige la legalidad en nuestro país indica que los derechos fundamentales se deben interpretar de acuerdo con lo que dice la misma Constitución, el Tribunal Constitucional y también lo que estipulen los tratados internacionales sobre derechos humanos.
O sea, que para tener pena de muerte, debemos hacer una modificación en la Constitución.
¿Y quién está en capacidad de hacer esa vaina?
El Congreso de la República.
(Esta es tu reacción cuando te dicen que el Congreso con mayoría fujimorista va a decidir algo tan importante en la historia de nuestro país).
Como ya sabemos que están más asustados que cuando ven cojear a Paolo Guerrero, la buena noticia es que para hacer un cambio constitucional se requieren las dos terceras partes del total de parlamentarios y en dos legislaturas consecutivas. O sea: 87 votos o más a favor y dos veces seguidas. Es decir, al fujimorismo solito no le alcanza.
Pena de muerte
claro q es popular y confieso q da ganas
Pero ya Alan la planteó a Congreso q él controlaba y ahí quedó
Imposible jurídico!— Carlos Basombrio (@CarlosBasombrio) 30 de octubre de 2017
Entonces, si se trata casi de un imposible jurídico aplicar la pena de muerte…
3. ¿Qué debemos hacer contra los violadores?
Ya lo dijo el congresista naranja, Miguel Torres, primero debemos analizar qué está funcionando de manera indebida en la sociedad y en nuestro sistema judicial para que exista tanta impunidad para los agresores sexuales.
Hablar sobre la pena de muerte como método de solución frente a un delito terrible y recurrente no es más que un facilismo. Una declaración para la tribuna. En síntesis: populismo penal o populismo punitivo. El presidente de la República, Pedro Pablo Kuzcynski, la tiene clara en ese sentido y ya se ha mostrado en contra de ese intento de propuesta.
Frenar las agresiones sexuales contra mujeres y niñas no halla solución matando a los acusados, sino que implica algo que la sociedad todavía tiene pendiente de enfrentar:
B A J A R S E T O D O E L S I S T E M A
Para detener las agresiones sexuales, físicas y psicológicas cometidas a diario contra las mujeres en nuestro país y en el mundo necesitamos un cambio en el sistema y esto es tan transversal que toca desde las fibras más robustas del poder económico, hasta el último rincón donde se ara la tierra. La violencia indigna y subleva, pero no miremos el dedo cuando tenemos en frente el problema.