«Lamentable declaración del congresista Renzo Reggiardo, al momento de hacer pública su renuncia a su candidatura presidencial»
Uno menos. Imagen: Captura web RPP
Escribe Fernando Tuesta Soldevilla
Lamentable declaración del congresista Renzo Reggiardo, al momento de hacer pública su renuncia a su candidatura presidencial, con la excusa que el proceso electoral está contaminado, criticando a los organismos electorales de parcializados. Quienes no conocen, su partido Cambio 90, fundado por Alberto Fujimori y otros dirigentes, entre ellos su padre, convertido luego en Perú Patria Segura, sobrevivió gracias a que a lo largo de casi dos décadas sus fundadores lo abandonaron y luego, gracias a que ingresó a diversas alianzas electorales, mantuvo la inscripción de su partido político.
Lo cierto es que su candidatura tenía poquísimo porcentaje de intención de voto y con pocas posibilidades de crecer, lo que lo llevaba directamente a desaparecer como partido inscrito. Pero, un artículo modificado de la Ley de Organizaciones Políticas, le ha enviado un salvavidas, al señalar que un partido político no pierde su inscripción si no participa en un proceso general. Por eso renunció hace algunos días Felipe Castillo, encabezando Siempre Unidos.
Esto quiere decir que para las elecciones Regionales y Municipales del 2018 bastará que se presente (o preste tu partido) en algunas pocas circunscripciones electorales y mantendrá su inscripción, llegando a las elecciones presidenciales del 2021 con un partido inscrito y seguramente con la esperanza de ingresar a una alianza electoral. El actual congresista y su partido creyeron que lo podía hacer solos, sin alianzas y fracasaron.
Pero ese fracaso lo convierte en irresponsable cuando quiere enlodar un proceso electoral del que se puede discutir varios temas, pero de ninguna manera como lo afirma el líder de PPS. Estoy plenamente seguro, que las diversas misiones de observación electoral nacional e internacional, así lo reconocerán. Si hay candidatos que quieren seguir al señor Reggiardo, como él ha invocado, que lo hagan, pero no lo sigan en su reprobable actitud de manchar el proceso electoral.
