corrupción , noticias , politica Domingo, 9 febrero 2020

3 breves claves sobre lo que está pasando con Lava Jato (sí, todo puede arruinarse)

Después de darnos muchas alegrías (prisiones preventivas para aquellos a los que nunca imaginamos ver tras las rejas), el caso Lava Jato está ingresando a su etapa final y, por lo mismo, la más difícil.

Este es el estado actual del proceso (tomado de este resumen de José Alejandro Godoy) que está en manos del Equipo Especial Lava Jato a cargo de Rafael Vela y José Domingo Pérez:

  • Toledo: en proceso de extradición, con la colaboración de Maiman aprobada y con la información entregada por Odebrecht.
  • Villarán: debe estar lista la acusación en cualquier momento.
  • Castañeda: por definir su situación de prisión preventiva.
  • Humala: en control de acusación para ir a juicio oral.
  • Keiko: investigación preparatoria y prisión preventiva.
  • García: por corroborar lo aportado por Nava y Atala. Y todo indica que se vienen cosas fuertes.

La información propalada esta semana, sobre una demanda de Odebrecht en contra del Perú ante el CIADI, ha provocado una justificada alerta sobre los procesos judiciales en curso y una ola de críticas (no justificadas) dirigidas al trabajo del Ministerio Público. Sin embargo, es necesario dejar atrás las inferencias y concentrarnos en lo que realmente está sucediendo en torno a Lava Jato. Para eso, vamos a colocar tres puntos con el objetivo de esclarecer un poco la avalancha de información.

Acto 0: Barata en la recta final

El 12 de diciembre del año pasado, IDL-Reporteros publicó un informe sobre la información que Odebrecht debía entregarle a la justicia peruana en el transcurso de ocho semanas, es decir, la segunda semana de febrero, ahorita nomás. ¿Qué era lo que estaba en juego?

  • Hay una empresa llamada GR Compliance, que es la encargada de administrar la información de los servidores de Odebrecht, My Web Day y otros, donde se posee todito el archivo de las coimas entregadas durante sus operaciones en Perú.

La información que debe soltarse coincide también con lo último que Barata debe declarar y esta vez tendrá que hablar de lo que ocurrió, todo lo que ocurrió, con su amigo Alan García en Palacio.

Es en medio de esta cuenta regresiva que empezaron a pasar cosas que, viéndolo desde fuera y sobre todo juntas, hacen pensar que tanto el acuerdo firmado entre la empresa y la Fiscalía, y por consiguiente las investigaciones, peligran.

Acto 1: Las disculpas de Graña y Montero no cayeron bien (y no hablamos de los memeros)

Esta semana, la constructora coimera Graña y Montero publicó un spot y otros productos de difusión pidiéndole perdón al país por todos los millones que se robó a punta de coimear autoridades de distintos gobiernos para ganar licitaciones. Su mea culpa incluía el anuncia del cambio de nombre. Por supuesto, la primera reacción de la gente fue memearlos por choros:

F Imagen: Son memes, oe

El Cóndor Mendoza posiblemente merezca más una disculpa que GyM.
Imagen: Son memes, oe

F Imagen: Son memes, oe

Más preciso.
Imagen: Son memes, oe

F Imagen: no sabemos pero donde quiera que estés TKM

Memazo.
Imagen: no sabemos pero donde quiera que estés TKM

Imagen: Última Noticia

La sinceridad ante todo. Imagen: Última Noticia

Desde el pedido público de perdón, GyM experimentó un aumento del valor de sus acciones en las bolsas de valores de Lima y Nueva York y no es solo por decir «lo siento». Aunque los memes están bien merecidos, el cambio de nombre de Graña y Montero y su campaña para el pedido de perdón no solo se trata de una estrategia publicitaria, sino de un conjunto de acciones dentro y fuera de la empresa. Por dentro figura la creación de una oficina interna de transparencia.

Pero hay más, fuentes de Útero.Pe indicaron que la medida más drástica de la empresa, que marca un punto de inflexión en el caso Lava Jato, ha sido la colaboración absoluta con la justicia y la entrega, por consiguiente, de abundante información a la Fiscalía. Esta actitud es una manera de marcarle la cancha a la brasileña Odebrecht y a su representante ante la justicia, Jorge Barata. Es decir, si Graña suelta todo, Odebrecht tendrá que soltarlo todo, así Barata no quiera. Dos días después, la brasileña demandó al Perú ante el CIADI por la cancelación de un proyecto en el que también participaba Graña y Montero.

Acto 2: Barata, el CIADI y el alboroto en Odebrecht

El CIADI es un organismo internacional al que acudes cuando un país te cancela un contrato y quieres quejarte para que te devuelvan el dinero invertido (en caso hayas invertido algo, claro). Entonces, lo que hizo Odebrecht fue denunciarnos por el Gasoducto del Sur por US$ 1,200 millones de dólares. O sea, un montón de plata.

La primera reacción, promovida por aquellos que siempre estuvieron en contra del acuerdo de colaboración entre la brasileña y la Fiscalía, la podríamos resumir en una frase:

O sea encima que le damos dinero de Chaglla para que colabore y podamos recuperar lo que nos ha robado, nos denuncia.

José Alejandro Godoy explicó en un post bastante didáctico lo siguiente:

  • El acuerdo firmado con la Fiscalía no incluía la prohibición de una demanda ante el CIADI. ¿Por qué? Porque nadie firmaría algo así ni tampoco ningún abogado lo recomendaría ¿Por qué? Porque es como atarte de manos voluntariamente.
  • La empresa se encuentra al borde de la quiebra por los proyectos suspendidos en el Perú y en el mundo tras el destape Lava Jato.
  • Sin dinero, no puede pagarle a GR Compliance ni a sus demás acreedores.
  • «Es entendible que muchos quieran, legítimamente, que Odebrecht no opere nunca más o pague mucho más de reparación. Sobre lo primero, la experiencia comparada sobre colaboración eficaz lleva a que las empresas sigan operando. Lo segundo siempre es ajustable y, de hecho, se contempla».
  • «El Estado peruano tenía dos alternativas frente al caso Odebrecht: o matar a la empresa sin conseguir información o dejarla operar a cambio de contar todo. Ha optado por lo segundo. Una alternativa «intermedia» era inviable, dadas las circunstancias».
  • El objetivo principal de la empresa es el salvataje económico, por eso que no vemos campañas como la de Graña y Montero desde la brasileña.
Son pocos, no les pagan horas extra y encima los chancan por hacer su chamba. El equipo especial Lava Jato. Foto: vía Gestión

Son pocos, no les pagan horas extra y encima los chancan por hacer su chamba. El equipo especial Lava Jato.
Foto: vía Gestión

Hasta ese momento, el temor mayor en la Fiscalía y en aquellas personas interesadas en que los casos de Lava Jato Perú lleguen a buen puerto con dinero recuperado y con corruptos sentenciados, era que Barata patee el tablero. Por otro lado, los fujiapristas se frotaban los labios y enfilaban sus ataques hacia el Equipo Especial Lava Jato. Para muestra:

Mientras todo esto sucedía, la cosa está movida al interior de Odebrecht. Al día siguiente de anunciar la demanda ante el Perú, la empresa retrocedió en su intención ante el CIADI:

Acto 3: Sorry con esquiusmi

Ahora solo le está pidiendo al Estado la devolución de lo invertido en el Gasoducto del Sur para cancelar la demanda internacional, pues la empresa considera que el gobierno de PPK canceló el proyecto solo para que el entonces presidente pueda distanciarse de Odebrecht y de las acusaciones de corrupción en su contra. ¿El monto invertido? Mil doscientos millones de dólares.

Pero la cancelación del proyecto se dio por otras razones y las explicó el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos. En esta nota de René Zubieta para El Comercio lo resaltan:

  • «Lo que ocurrió fue que el consorcio, según ha resaltado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), no logró obtener el financiamiento y acreditar el cierre financiero dentro del plazo previsto, incluso tras dos prórrogas.

    Esta es una causal contemplada en la sexta cláusula, inciso 7, del contrato, que señala: “En caso el Concesionario no acredite el cierre financiero al término de los plazos establecidos previamente, el Concedente queda facultado a declarar la terminación de la concesión por causa imputable al concesionario…”.».

Es decir, ni Odebrecht ni Graña y Montero ni Enagás, empresas que conformaron el consorcio para el Gasoducto, lograron acreditar el financiamiento dejando al Perú en facultad de cancelar el proyecto. 

El retroceso de Odebrecht vino después de que Vicente Zeballos les recuerde ese pequeño detalle que acabamos de colocar. Ahora, si bien tanto la demanda ante el CIADI y la firma del acuerdo entre la Fiscalía y Odebrecht van en cuerdas separadas, dentro de la empresa brasileña existe una correlación entre la sobrevivencia económica y la colaboración con la justicia. Mañana lunes empieza la semana en la que se cumple el plazo para entregar lo que ha guardado durante tantos años de impunidad el sistema My Web Day. Es ahora o nunca.