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A 50 años de la Marcha LGTBi, recordamos el primer plantón marica en el Perú

Esta nota ha sido elaborada y revisada por personas LGTB que forman parte de la redacción de Útero.Pe.

 

Imagen: Mhol Perú

Imagen: Mhol Perú

La foto que encabeza este post tiene una historia de resistencia que merece ser contada. Fue el primer plantón de la comunidad LGTBi (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales) en Perú. Ocurrió durante una tarde de julio de 1995, en el parque Kennedy de Miraflores. Y aunque lo primero que salta a la vista es la valentía de sus mensajes y sus arengas, hubo mucho miedo.

Las personas de la imagen, de izquierda a derecha, son Carloandré Céspedes Reyes (55), Manuel Forno (65) y Lucía Ueda (fallecida). A la cuarta persona no pudimos identificar. No fueron los únicos, claro. Hubo alrededor de 26 manifestantes, una cantidad que es igual de pequeña que cuatro. Varios estaban con antifaces por temor a ser reconocidos por sus familiares o a la reacción de la gente y las autoridades. De hecho, eligieron Miraflores porque era el único distrito donde las tanquetas policiales no los iban a poder aplastar.

Imagen: Mhol

Imagen: Mhol

«Por el lado del cine Pacífico, frente a nosotras, había chicos y chicas de nuestra comunidad, pero estaban ocultas, solo mirando», recuerda a este útero Ángela Benavides (45), activista lesbiana que también participó en ese evento cuando tenía alrededor de 20 años. Su memoria aún revive que hubo burlas, señalamientos y miradas de desprecio. Manuel Forno, fundador del Mhol Perú, es más específico:

«Dos o tres que pasaron con carro nos gritaron: ‘¡Maricones de mierda!’ Otros miraban como diciendo: ‘Se salieron los enfermos'».

Imagen: Manuel Forno

Imagen: Mhol Perú

La protesta duró tres horas. La Policía se hizo presente, y no precisamente para resguardarlos. «Intentaron detenernos pero no pudieron porque teníamos permiso de la Municipalidad de Miraflores», nos escribe desde España Carloandré, quien por entonces tenía 37 años de edad. A diferencia de sus compañeros, él dice no haber tenido miedo. «Siempre tuve el apoyo de mi familia. Siempre fui y soy una persona decidida en lo que quería y quiero». Hoy es voluntario de una Fundación para Personas Mayores LGTBi en España, donde acaba de ocurrir uno de los últimos ataques de odio que ha dado la vuelta al mundo.

Imagen: Mhol Perú

Imagen: Mhol Perú

El Stonewall peruano

Pero Carloandré era una excepción. El miedo generalizado que la comunidad LGTBi sentía por esos años estaba justificado. Por ejemplo, Ángela relata una injusticia conocida solo entre activistas. En 1987, la Policía ingresó a un bar de lesbianas llamado ‘La Ferretería’ (Breña). El pretexto siempre era el mismo: «intervenciones a gente de mal vivir». Las autoridades las detuvieron y les quitaron las casacas con las que tapaban sus rostros. Para coronar el abuso, las cámaras de Frecuencia Latina (canal que los activistas recuerdan como el que siempre estaba en las redadas policiales) sacaban del clóset a patadas a las lesbianas, a nivel nacional.

El suceso no es poca cosa. Las lesbianas han padecido dobles injusticias por su condición de mujer y de lesbiana. Ángela detalla:

«Si tu familia se enteraba que eras lesbiana, te botaban de la casa, te llevaban al psiquiatra o te encerraban en una clínica. De eso hemos tenido varias historias en el Mhol. Otras historias más duras fueron que en los barrios se enteraban de que eran lesbianas y las violaban. La familia encima les decía: ‘¿Ya ves? Por eso (por ser lesbiana) te violaron, entonces jódete’. Eso aún lo pasan muchas lesbianas». 

Además de las matanzas cometidas por Sendero Luminoso y el MRTA contra personas LGTBi, las detenciones eran el pan de cada día, sin que nadie dijera nada. Hasta que se hartaron, como cuenta Manuel Forno:

«Se tomó la decisión de salir a hacer este plantón porque había intervenciones de la Policía en las discotecas. Eso fue recurrente durante el gobierno de Fujimori y antes. Tú estabas en la discoteca y en eso, pum: se prendían las luces. Empezaba a bajar el fiscal, que todos ya sabíamos que estaba coludido con la Policía, y nos pedían formar filas. Ahí la Policía empezaba a discriminar. Te detenían por cuán maricona podías ser o si pensaban que tú podías tener plata, para luego chantajearte».

A la comunidad LGTBi peruana de entonces le pasaba lo mismo que a sus pares de Estados Unidos de los 60: los detenían por ser gays o lesbianas cuando acudían a los bares y  discotecas. En EE.UU. dijeron ‘basta’ un 28 de junio de 1969 (hace 50 años), con la revuelta de Stonewall, aquí, con ese plantón del parque Kennedy.

Valió la pena

«(El plantón en el parque Kennedy) fue el primer llamado de atención para decir que nosotros existíamos», dice Manuel, quien acaba de ser reconocido como ‘icono LGTBi’ en el festival de cine, Otutfest Perú. Las intervenciones a las discotecas pararon, aunque eso fue, asegura Manuel, tras una queja que le realizaron personalmente a la entonces fiscal del fujimontesinismo, Blanca Nélida Colán.

Composición: Utero.pe

Composición: Utero.pe

Las siguientes concentraciones se desarrollaron en la plaza Francia (centro de Lima). Hubo policías en tanquetas y hasta en un helicóptero, pero también hubo más asistencia y más apoyo de artistas como Susy Díaz. «Como congresista, Susy apoyó bastante. Llevaba a sus amigas. Ellas apoyaban. Hombres de la farándula, no tantos. Incluso Susy presentó proyectos interesantes, como el de reconocimiento a las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans. Hay cosas que la gente olvida», reflexiona Ángela.

La gente fue rompiendo las puertas de sus clósets y se fue sumando. Cada año se quebraba más el miedo y finalmente tuvieron la primera marcha del Orgullo LGTBi en el 2002. Este sábado 29 de junio volverán a marchar. No por gusto ni por moda, sino porque las personas LGTBi aún tienen limitado el acceso al trabajo, la salud, la identidad y a ciertos derechos civiles como el matrimonio igualitario y todo lo que esto conlleva.

George R.R. Martin escribió que el único momento en el que se puede ser valiente es cuando se tiene miedo. Así que antes de utilizar la palabra «maricón» como sinónimo de «cobarde», recuerda el plantón de 1995.

Aquí puedes ver el documental completo del Mhol en el que puedes conocer más sobre la historia de la comunidad LGTBi en el Perú.