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¿La China Tudela es una racista y deberían meter preso a su creador Rafo León por ofender a Keiko Fujimori?

China, te cuento que... estás otra vez en el ojo de la tormenta. Ya cánsate hija. Imagen: Caretas/Castellanos

China, te cuento que… estás otra vez en el ojo de la tormenta. Ya cánsate, hija.
Imagen: Caretas/Castellanos. Composición: Útero.Pe

Después de toda la indignación causada por las frases racistas de Phillip Butters en contra de los futbolistas ecuatorianos, otro caso de presunta discriminación acaparó nuevamente la atención. Sin embargo, esta vez se trata de un periodista reconocido y de amplia trayectoria que ha sido caserito en este útero: Rafo León.

¿Qué pasó con Rafo?

En su columna de la China Tudela, que se publica en la revista Caretas y en la que satiriza la forma de expresarse de una mujer blanca de clase alta llamada Lorena Tudela Loveday, el periodista escribió frases tan polémicas que ni la ficción parece protegerlo.

El texto tiene el título de «Yo aliada de Kenji fallezco» y narra el drama de Lorena, quien está siendo presionada para que apoye a Kenji en su alejamiento de su hermana y así pueda acercarse más a PPK. El párrafo que es motivo de linchamiento público es este:

(Lean las siguientes líneas en la voz de una tía de clase alta antifujimorista y a la que todo le apesta):

«Pero bueno, Morelli está obsesionado con que yo me meta a apoyar a Kenji en su estrategia de tomar distancia de la porcina ojo jalado de la hermana, y así propiciar un acercamiento con PPK, la verdad no sé para qué. Un día lo recibí por media hora en el consultorio y me vino con la monserga de que Kenji representa el lado decente del fujimorismo y que el subnormal ese, en su opinión es poco menos que un Einstein incomprendido. Yo me limité a preguntarle si quería otro café antes de irse, con lo cual la cara de poto que le quedó no se le debe haber borrado hasta hoy».

Lo que más ha ofendido al público en general es que se refiera a la excandidata presidencial Keiko Fujimori como «porcina ojo jalado».

Tú te indignas, yo me indigno, nosotros nos indignamos

Aparte de los tuits de fujimoristas, fujitrolls y aliados, a la polémica también le han dedicado columnas enteras, como en el caso del texto de Enrique Pasquel. En «Por qué defender a Keiko», el subdirector de El Comercio compara lo dicho por un personaje de ficción con las frases ofensivas de Phillip Butters. Y además cuestiona la tibieza con la que el Ministerio de Cultura trata a la China Tudela.

¿Por qué acusa al ministro Pantaleón de tibio?

Porque la cartera que maneja nuestro papi Salvador del Solar emitió un comunicado condenado los adjetivos de Lorena Tudela pero aclarando que se trata de un personaje ficticio. Bueno, mejor léanlo, es cortito.

¡Tibio! Imagen: Ministerio de Cultura

A este comunicado lo trollearon. El que mucho abarca poco aprieta.
Imagen: Ministerio de Cultura

Pero calificar de racista la frase de una columna que satiriza a una señora precisamente racista debe ser al menos puesto en debate. Es por eso que nosotros, para no dejarnos llevar por el aluvión de indignación que provoca a primera impresión la China Tudela, preguntamos un poco sobre la naturaleza de una columna satírica y su aparente racismo y cómo todo esto se relaciona con la libertad de expresión.

Además, y esto es aún más importante, consultamos si es válido que en este tipo de conflictos intervenga el Estado a través de un ministerio (sí, a ti te hablamos, Pantaleón) o de las instancias judiciales (hay loquitos que ya quieren denunciar a Rafo León).

¿Lorena Tudela es Butters y es tan terrible como «La paisana Jacinta» o «El negro mama»?

Para respondernos esta pregunta conversamos con el experto en estos temas, el abogado y caserito Wilfredo Ardito.

  • La China Tudela es un personaje de ficción que satiriza a la clase alta. Se supone que es una mujer blanca, con dinero y profundamente racista y clasista. Además es antifujimorista.
  • Cuando Lorena llama «subnormal» a Kenji o «porcina ojo jalado» a Keiko, el periodista Rafo León no está diciendo que Kenji tenga esa condición o que su hermana sea un porcino, sino que más bien está denotando que incluso en los que no comulgan con el fujimorismo se hace ese tipo de calificación hacia los políticos que no son de su preferencia. Es decir, incluso en los anti-Keiko, que usualmente tratan de proyectar una imagen políticamente correcta, existen este tipo de ofensas que se quedan en la intimidad.

Además, no es comparable con El negro mama o con La paisana Jacinta por las siguientes razones explicadas en palabras de Ardito:

  • «Creo que la columna satiriza a un personaje racista. No es el mismo caso del Negro Mama o La Paisana Jacinta. Esos personajes se burlan de personas por su color y sus rasgos».
  • «La China Tudela se burla de una élite y a veces de algunos políticos. Pero al mencionar de forma ofensiva a Keiko, muestra que hay también racismo en los antikeikos».

Ya pero igual es ofensivo, ¡¡HAY K METER PREZO A RAFO LEÓN ESE VIEJO FACHO!!1!1

Sí. Puede ser ofensivo pero no para todos nosotros, sino para Keiko, para Kenji e incluso para PPK a quien llama «Papá Noel en huelga de hambre» en esa misma columna. Con respecto a este punto que traspasa el ámbito del linchamiento público para llevarlo al delicado mundo de los tribunales judiciales, es que conversamos con otro experto y amigo de este útero, el abogado Roberto Pereira*.

¿Denunciamos o no denunciamos a la Lorena Tudela/Rafo León?

Rebobinando:

  • La China es un personaje ficticio. Una sátira de una señora racista.
La China Tudela nació en 1979 en la revista Caretas. Foto: Caretas

Rafo León y la China Tudela. La caricatura nació en la revista Caretas en 1979.
Foto: Caretas

Según el abogado Pereira, la columna no puede ser calificada de racista pero sí puede ser ofensiva.

«Acá se trata de un personaje no solamente ficticio, sino de una columna evidentemente satírica. Lo que se transmite son segundos textos, segundas lecturas. Esta es una forma legítima y válida de ejercer la crítica política a funcionarios públicos sobre asuntos sociales. Tiene protección el recurso de la sátira».

Entonces:

  • ¿Puede sentirse ofendido Kenji? Sí.
  • ¿Puede sentirse ofendida Keiko? Sí.
  • ¿Puede sentirse ofendido PPK? Sí.

Sin embargo, la ofensa es absolutamente subjetiva por lo tanto:

«Si es o no una frase ofensiva también estas tienen nivel de protección. tratándose de un personaje público, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dice que los funcionarios públicos tienen un menor nivel de protección. Eso supone que pueden recibir críticas y frases ofensivas en una sátira, etc.».

Como la ofensa tiene una valoración subjetiva no puede ser llevado al ámbito judicial, de lo contrario cualquier persona que se ofenda impondría una demanda. Tendríamos millones de juicios de políticos contra periodistas, caricaturistas y contra la gente que chambea en este portal, etc. La subjetividad contraviene a la libertad de expresión. No se puede juzgar sobre la moral.

El abogado aclara que la columna puede ser polémica y sometida a debate, pero debe quedarse en ese ámbito. El Estado no debe intervenir de ninguna manera y mucho menos a través de sus aparatos de justicia:

«La columna puede ser sometida al escrutinio público, pero no con intervención del Estado. Si bien es cierto son polémicas, causan fastidio, desagrado, la persona puede sentirse afectada, esta debe quedar en el ámbito de la crítica social pero no materia de juzgamiento penal».

Esta, por supuesto, no es una defensa a lo escrito por la China Tudela, cuya vigencia a más de 35 años desde su creación y con el mundo tan distinto a los años 80 es tema de otro post. Esta es solo una aclaración acerca de la libertad de expresión porque, sorry, pero hay algo que todos sabemos y que es pertinente recordarlo:

No hay delito de opinión

Y ya para hacer un rebobinado rápido, es importante señalar que el Estado, con ninguna de las instituciones y así los fujitrolls y fujis que parecen trolls lo griten en redes sociales:

Mejor es que el Estado no se meta (sí, tú tampoco Pantaleón).

Porque si vamos a tener al Ministerio de Cultura opinando por todas las ofensas, o se ocupa de todas por igual o mejor de ninguna y así se evita trolleos intensos. En fin, nosotros nos vamos por un chancho a la caja china tudela que ya nos acaba de provocar.

 

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Disclaimer: Roberto Pereira fue abogado defensor de Rafo León en un juicio impuesto por Martha Meier Miró Quesada