libertades , noticias , politica , sociedad Martes, 4 octubre 2016

José Carlos Yrigoyen: «En el Perú, nuestro fascismo es el fujimorismo» [ENTREVISTA]

José Carlos Yrigoyen Miró Quesada es escritor, columnista, coordinador del área de Comunicación en el Colegio de la Inmaculada, crítico literario, padre de familia y caserito en este útero. Su más reciente publicación, «Orgullosamente solos», cuenta la historia de su abuelo periodista, escritor y representante del fascismo en el Perú al que jamás conoció: Carlos Miró Quesada Laos.

«Hace algún tiempo coincidí Mirko Lauer en una reunión. De un momento a otro comenzamos a hablar sobre mi apellido y me dijo que de seguro era nieto de un tal Pajarito Miró Quesada, al que había visto hace poco. Yo le dije que era imposible ya que mi abuelo había muerto en Bruselas en 1969. Cuando le dije esto, le cambió la cara por completo y me dijo: «Ah, tu abuelo era el facho».

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-En tu novela anterior, Pequeña novela con cenizas, cuentas que escribes sobre Pier Paolo Passolini porque caíste en depresión. ¿Qué te llevó a escribir Orgullosamente solos?

Son motivaciones muy distintas, aunque el libro tiene conexiones entre sí. Me interesaba mucho la necesidad de buscar ciertas verdades sobre mi identidad, mis orígenes y mis antepasados. En este caso había algo muy interesante porque mi abuelo era, o sigue siendo, un importante personaje para mí. A mi abuelo me lo habían pintado, desde que era muy chico, como un político, un periodista reconocido, un escritor y un embajador de países importantes. Pasaron los años y luego me entero que también había sido el principal representante de la propaganda fascista alemana e italiana en el Perú y que había sido fiel a las ideas de Mussolini y Hitler con un intenso activismo por estos líderes.

-Si te enteraste del fascismo de tu abuelo hace muchos años en la universidad, ¿por qué escribir el libro hoy?

Porque no estaba preparado para escribir la historia. Tenía que asumirla, que pensar mucho en ella, que sacar conclusiones, que investigar. Ya la idea la tenía hace unos diez años, quizá un poco antes. La motivación que tuve fue encontrar unos papeles sobre mi abuelo de casualidad en una caja; había fotos suyas que no conocía y algunos escritos. Eso me motivó a releer sus libros que no leía hace muchos años y de pronto me di cuenta de que había una historia que contar. Y también había una historia secreta que contar. El interés de este libro es demostrarle a la gente que todas nuestras familias tienen una historia oficial y que somos los primeros obligados a desmontarla para conocernos a nosotros mismos. Para saber quiénes somos.

-En todo el libro llamas a Carlos Miró Quesada y a Beatriz Eguren por sus nombres completos. ¿Esto fue intencional? 

Sí, claro.

-Esta forma particular de llamarlos demuestra más respeto que cariño. ¿Qué sientes por tu abuelo? ¿Cariño o respeto?

Esa forma puede representar una lejanía con el personaje, pero es una lejanía que, cuando lees el libro, te das cuenta que no es tal porque en muchas partes digo que hay una identificación clara con él. Hay cosas que nos unen y yo no las niego, pero he intentado no caer en la historia del «abuelo y la abuela» porque no quería presentarla así, como una historia de amor familiar o una nueva historia oficial que combate la historia oficial. Intento tener lejanía con las cosas que cuento y cuando considero que es necesario, me acerco a los personajes. No quise estar pegado a él de una manera afectuosa todo el tiempo porque, para empezar, no lo conocí. Mi abuelo muere en 1969, siete años antes de que yo naciera. A mi abuela le tengo un gran cariño, ella se quejó porque en el libro la llamo Beatriz Eguren todo el tiempo. Creo que para contar las cosas con sinceridad debes tener una distancia, debes imponer una buena distancia para contar las cosas como son o como crees que son. Hay una frase en el libro que creo que es cierta: muchas veces, la verdad no se consigue en el afecto o en el amor, se consiguen en el rencor y en el odio.

-José Carlos Yrigoyen antes del libro y José Carlos Yrigoyen después del libro. ¿Hay alguna diferencia entre ellos?

Creo que después de escribir el libro puedo entender muchas cosas más de mi abuelo. Puedo evaluarlo, no juzgarlo, de una manera más completa. La pregunta frente a él era que si después de escribir todo esto y ser consciente de todos sus errores, la relación había cambiado. Definitivamente ya no es la misma, pero también siento que muchos de esos errores estaban motivados por el crimen que el Apra cometió contra mis bisabuelos. Perder a tus padres el mismo día y en manos de enemigos políticos puede ocasionar que tomes decisiones radicales.

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Foto: Caretas

-El fascismo de antes y de hoy, ¿cuál es peor?

Estamos ante una irrupción de un fascismo no necesariamente más edulcorado o menos evidente. Ese 7% que tienen los nazis en Grecia con Amanecer Dorado, ese 25% que tiene el Frente Nacional en Francia -que puede haberse moderado pero sigue teniendo evidentes características del fascismo-, el arraigo de la nueva alternativa en Alemania con Frauke Petry y Donal Trump son cosas que demuestran que esta renaciendo una tendencia fascista y en algunos casos extremadamente fascista. En el Perú, nuestro fascismo es el fujimorismo. Responde a las mismas ideas y puntos de vista que tenía la Unión Revolucionaria en 1930 y que después tuvo Manuel Odría. El fujimorismo es la estación de turno de un movimiento totalitario y populista que está enraizado en nuestro país.

-¿Carlos Miró Quesada votaba por Trump o por Keiko?

Carlos Miró Quesada pertenece a un fascismo ilustrado, algo que ya no existe en el Perú. Aunque no, ahí me equivoco, sí hay fachos ilustrados como Fernán Altuve, Francisco Tudela, Rafael Rey o Alex Kouri que, por cierto, admira mucho a Carlos Miró Quesada. ¿Por quién hubiera votado mi abuelo? No lo sé, en el caso de tener que elegir entre un comunista y un fujimorista hubiera elegido al fujimorismo.

-Tu libro, aparte de tener información muy detallada de tu familia, aporta mucho a la historia política del país. ¿El Apra sabrá todo esto sobre su historia?

El Apra de 1931, hasta principios del cincuenta, era una organización terrorista que asesinó a un presidente de la República: Luis Miguel Sánchez Cerro. Él puede caerte bien o mal pero fue un presidente constitucional elegido en elecciones libres, como lo dijo Basadre, Roncagliolo y gente de derecha e izquierda. El Apra, desde el primer momento de su mandato o antes, ya estaba conspirando contra Sánchez Cerro porque no aceptaba la derrota en los comicios de 1931. Lo mataron a él, mataron a los esposos Miró Quesada, a Francisco Graña en 1947 y a diversas autoridades. Tampoco olvidemos que Salomón Arancibia fue asesinado por Armando Villanueva, cosa que no es secreto para nadie. Estos son hechos que no los dice José Carlos Yirigoyen, lo dice la historia documentada.

-Primero fue Pequeña novela con cenizas, ahora Orgullosamente solos, ¿Qué viene luego?

Tengo un proyecto que se ubica entre los años ochenta y noventa que intenta mostrar una visión de la clase media de entonces. Me gustaría que empiece en los ochentas y terminara mas o menos en el 98. Va a ser un libro más autobiográfico y el más crudo de los tres. Con eso cierro este ciclo. Tengo la impresión de que es un libro que quiere cerrar muchos cabos sueltos del primer libro porque fue ideado así, como una introducción hacia este último libro.

-Primero fue Pier Paolo Pasolini, después Benito Musollini y Hitler, el que sigue es…

El que sigue es Fujimori. En realidad, la figura sería primero mi padre, luego mi abuelo y al final yo. Así se cerrará el círculo, la santísima trinidad de alguna manera.