MAD Miércoles, 23 diciembre 2015

¿Todavía no hay presidente? Las elecciones españolas para dummies (porque ni ellos mismos las entienden)

Un visitante a la Feria del Cómic de Barcelona fotografía un cartel de la portada de 'Ganar o morir. Lecciones políticas en juego de tronos', el libro coordinado por Pablo Iglesias, el candidato presidencial de Podemos. Foto y leyenda: EFE

Un visitante a la Feria del Cómic de Barcelona fotografía un cartel de la portada de ‘Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de Tronos’, el libro coordinado por Pablo Iglesias, el candidato presidencial de Podemos. Foto y leyenda: EFE

Amigo peruano que no entiendes por qué los españoles reeligieron a Rajoy y tampoco entiendes por qué tus amigos izquierdas celebran el triunfo de Podemos, si es que quedaron en tercer puesto: no te preocupes.

El sistema electoral español es tan enredado que ellos mismos están tan perdidos como nosotros:

Este domingo 20 de diciembre (o #20D) fue la primera vez que los españoles, desde que acabó el franquismo, se acostaban sin saber quién sería su presidente. Vamos a repasar un poco cómo llegamos hasta aquí.

 

Quién es quién

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Genio y figura.

 

A Mariano Rajoy lo deben conocer. Es el actual presidente y pertenece al PP (Partido Popular), la derecha. Postulaba a la reelección y, de hecho, si no consigue ser reelecto será el primer presidente español en no ganar un segundo período.

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Chicas: recuerden que él dice espíderman.

 

Pedro Sánchez, que tiene la pinta de galán de Televisa, es el candidato del PSOE, el tradicional partido de izquierda. Desde hace 40 años, el PP y el PSOE se alternan en el poder, gracias a un sistema que (como veremos más adelante) favorece al bipartidismo, un poco como en Estados Unidos.

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My precioussss.

 

Pablo Iglesias, encorvado, desgreñado y con los dientes chuecos, es el líder de Podemos, la agrupación que surgió como consecuencia de las protestas de los Indignados, del #15m y todo eso. Podemos había venido consiguiendo victorias en algunas elecciones importantes (el mismo Iglesias fue elegido eurodiputado y lograron, nuevamente gracias al enredado sistema español, la alcaldía de Madrid a pesar de haber terminado segundos).

Iglesias (sí, le estoy dedicando más espacio que a los otros) es, como buen populista, un tipo carismático e inteligente. Hay acusaciones de tener vínculos con el chavismo pero, la verdad, el sistema del Estado de bienestar es tan fuerte aquí que, para el peruano promedio conservador, hasta el PP podría parecer medio rojo. El caso es que Podemos había venido perdiendo el impulso que le habían dado las otras elecciones pero una campaña muy eficaz y varias apariciones públicas efectivas, le valieron lo que acá se llama una «remontada» en las encuestas.

Miren, este video, por ejemplo.

Posted by Íñigo Errejón on sábado, 12 de diciembre de 2015

Estas fueron sus palabras de cierre en el debate más importante transmitido aquí. A él le tocó la suerte de ser último y se le ocurrió improvisar. Y le salió esto. Impresionante (por cierto, ese video fue editado por el peruano Javier Corcuera).

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No es un catálogo de moda youppie.

Finalmente, está Albert Rivera, de Ciudadanos, un movimiento político de Cataluña que ya tiene casi una década. Hace casi diez años se convirtieron en la plataforma más importante contra el nacionalismo catalán. Han dado el salto a las elecciones nacionales este año y los medios quedaron fascinados con Rivera, que terminó encuadrándose como una suerte de Pablo Iglesias (es decir, una alternativa al bipartidismo) pero liberal, de derecha moderada y, para colmo, guapo. En cierto momento desplazó a Iglesias en las encuestas. Era la novedad, el verdadero outsider.

Todo esto cambiaría pronto.

 

¿Qué pasó el día de las elecciones?

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Elaboración: El Mundo.

Es más sencillo de lo que parece: todos perdieron.

Lo que hay que entender de España es que se trata de un sistema parlamentario (y no presidencialista, como en el Perú). Es decir, la gente no vota directamente por un presidente, sino que vota por congresistas y ya son ellos los que eligen, entre ellos, quién será el Jefe de Gobierno.

Obviamente, los partidos desde el inicio le dicen al elector a quién postularán ellos. Además, el sistema electoral español está diseñado para favorecer a los dos partidos que encabecen los votos. Por esto es que la elección solía ser más o menos directa: el partido que ganaba las elecciones ponía al presidente y listo.

Esta vez, Podemos y Ciudadanos cambiaron todo.

Rajoy ganó pero miren el cuadro de arriba: tiene 33 congresistas menos que en su etapa anterior y no llega a los 176 votos que necesita para ser presidente. Por cierto, el PSOE también ha perdido escaños: 20 congresistas menos.

De hecho, las pérdidas de ambos podrían haber sido mayores sino fuera por el sistema electoral. Dice Fernando Tuesta:

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Para mis alumnos de Ciencia Política, en España se puede observar el típico efecto de un sistema electoral (SE), donde se produce una desproporcionalidad entre el porcentaje de votos obtenidos y el porcentaje de escaños ganados, debido al diseño de las circunscripciones y el método D’hondt. De esta manera se ven favorecidos el PP y el PSOE y castigados Podemos y Ciudadanos. No es que exista fraude, como señala un desprevenido o desconocedor de los efectos de los SE, sino que este tipo de diseño premia al ganador. Igual ocurre en Perú, solo que eso no se conoce.

Efectivamente, en Perú esto no es un drama porque 1.) Ya quisiéramos nosotros tener bipartidismo en vez de 20 candidatos a la presidencia, y 2.) El sistema para elegir presidente es mucho más sencillo. Acá pueden leer un buen artículo sobre la famosa fórmula d’Hondt y su retorcida influencia en estos resultados.

De hecho, parte de las propuestas de Podemos y Ciudadanos incluye la reforma del sistema electoral.

 

Recuento de daños

Y aquí volvemos a lo de todos perdieron: el PP, evidentemente, va a tener que hacer alianzas muy costosas si quiere mantenerse en el poder. Pero también ha perdido el PSOE, que ha visto cómo muchos de sus bastiones históricos (como el famoso cinturón rojo de Madrid) han sido tomados por Podemos. Este ha sido su peor resultado histórico desde la transición.

Por su lado, Ciudadanos había sido inflado tanto por los medios que lo que, en otras circunstancias podría haber sido histórico (como, de hecho, lo es), es percibido por la gente y por ellos mismos como un fracaso.

Quizás el menos perdedor de la jornada es Podemos. Este resultado adverso para el PP y el PSOE es justamente la reivindicación de muchas de sus banderas. Incluso El Mundo, que está muy lejos de ser un diario de izquierdas, proclamó, al día siguiente, el fin del bipartidismo (una frase casi copyright de Iglesias) en su portada.

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Sin embargo, la mayor esperanza de Iglesias para tentar la presidencia era quedar segundo en votos (así resultara, por obra del sistema electoral, tercero en escaños). Eso no ha sucedido. Aspirar a la presidencia desde un tercer lugar sería bastante osado y probablemente inútil.

Si quiere ser gobierno tendrá que pactar con alguna otra fuerza. PP y Ciudadanos están descartados porque son de derecha. ¿El PSOE? Eso se tumbaría su discurso anti-bipartidismo. Sería abonar a favor del odiado «turnismo» (el sistema por el cual el PP y el PSOE se turnan la presidencia entre ellos).

Quedar fuera del sistema tampoco les conviene, Podemos es, en realidad, un sistema de alianzas más bien frágiles entre varias agrupaciones. Fuera del gobierno, Iglesias podría no tener la muñeca suficiente como para mantener unida a su bancada (de hecho, ya tiene problemas ahora mismo). Feo dilema.

 

Juego de Tronos

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Algunos piden que ellos tres se junten, pero parece improbable.

Hay tiempo hasta la quincena de enero para establecer alianzas. Aquí el nuevo deporte es apostar a porras electorales (nadie dice «polla electoral», por obvios motivos). El País tiene un divertido y muy ilustrativo simulador de pactos, que incluye un análisis de qué tan viables serían políticamente.

Las cifras frías nos dicen que lo más fácil para alcanzar los 176 votos es una alianza PP – PSOE pero eso no va a suceder. Este cuadro nos explica qué pasaría si se alían unos y se abstienen otros pero la política va más allá de números:

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Ahora bien: hay una salida. Para la primera ronda, el presidente necesita ser ungido por esos 176 votos que nadie tiene. Pero si no se elige a nadie allí, la segunda ronda solo necesita una mayoría simple. Y Rajoy se la está jugando por eso.

Mientras escribo esto Rajoy se reúne con Pedro Sánchez para plantearle una salida caleta: que el PSOE se abstenga en la segunda votación. Es decir, que no vote ni a favor ni en contra. Eso le permitiría al PP alcanzar la mayoría simple. Rajoy está apostando por esta salida, alegando que cualquier otra alternativa sería condenar a España a una situación de ingobernabilidad (ya sea por la incertidumbre de lo que sucederá o, peor para ellos, el fortalecimiento de Podemos).

Pero, la verdad, si el PSOE jugara para el PP estaríamos hablando de una traición a su electorado del nivel de Susana Villarán o Lourdes Flores. Y aquí están mal, pero nunca tanto. El debate entre Sánchez y Rajoy, en el que el líder del PSOE, mirándolo a los ojos, le dijo al presidente que no era una persona decente, aún está muy fresco.

Hay una carta: Soraya Sáenz de Santamaría, la joven y guapa vicepresidenta de Rajoy, que incluso participó en un debate contra los candidatos presidenciales de los otros tres partidos. Rajoy podría darle el pase a ella, como una figura neutra.

Pero Pablo Iglesias no lo va a permitir. Acaba de publicar un artículo que dice:

…tal vez sea el momento de que una figura independiente de prestigio, asuma dar los pasos necesarios para intentar que en España deje de gobernar el Partido Popular y pongamos fin al tiempo de la corrupción y la desigualdad. Nosotros no permitiremos, ni por activa ni por pasiva, que el PP (con o sin Rajoy) siga gobernando y nos parecería una estafa democrática que el PSOE (con o sin Sánchez) lo permitiera…

Mientras todo se tambalea, el resto de Europa ya entendió el mensaje. Esta es la tercera elección del año (junto a Portugal y Grecia) en la que los votantes le dan la espalda a gobiernos aliados de Merkel. Esos serían tres gobiernos de izquierda contestataria (en países, por cierto, con pésimas experiencias con el fascismo), pero la insatisfacción actual con las políticas de austeridad de la Unión Europa liderada por Alemania también está permitiendo el resurgimiento de alternativas de extrema derecha: el Partido de la Libertad de Austria está encabezando las encuestas y Marine Le Pen sigue siendo la política más popular de Francia.

tl;dr: Rajoy tiene mayoría, pero no la suficiente. Probablemente no sea reelecto por el Congreso pero nadie –pero nadie– tiene la más mínima idea de qué pasará ahora. 

Este ha sido un resumen apretado y muy superficial de la situación actual por aquí. Como siempre, les recomiendo seguir los enlaces del texto para tener más información. Gracias por leer y gracias a Andrés Paredes por dejarme entrar en sus fueros, esta vez como corresponsal. La sección regular de temas internacionales de Útero se llama Tierra Uno y se la recomiendo ampliamente.