ecología , Lima , noticias Martes, 16 junio 2015

Quise saber qué es lo que se está haciendo para salvar al Río Rímac y lo que descubrí fue terrible

Diego Pereira

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Esta es la versión resumida de una nota más larga que puedes leer completa en Limanatural

Tren de Lima a La Oroya pasando por la laguna Ticticocha (literalmente traducido como “Río Verruga”). Foto: WikiCommons

Tren de Lima a La Oroya pasando por la laguna Ticticocha (literalmente traducido como “Río Verruga”). Foto: WikiCommons

160 kilómetros antes de que el Rímac toque el mar abasteciendo a Lima con el 77% de su agua potable, hay una laguna que se llama Ticticocha y es la madre del río hablador. Hasta ahora mantiene el mismo color que tenía el río Rímac hace 80 años, mas o menos cuando empezamos a contaminarlo.

¿Sabes cuántas veces se ha hablado de “la recuperación” del río Rímac? Si hiciera una lista detallando cada conversación, reunión y acuerdo dado entre las autoridades responsables, terminarías votando viciado por el resto de tu vida.

Presta atención: para este año (2015) no existe ningún proyecto de inversión pública en la Municipalidad de Lima (MML) para hacer algo por él. Y eso a nivel municipal, cuando vamos a nivel del Gobierno Regional de Lima (sí, Lima tiene un gobernador regional) estamos peor. La única mención al Río Rímac por Lima Región es un documento del 2009 donde detalla «sus potenciales hidrológicos para la inversión».

Eso significa que cuando termines de leer esta nota, tus reclamos a cualquier de las dos actuales gestiones no van a servir de nada. Solo para que estés advertido.

 

¿Y ahora, quién podrá descontaminarnos?

El «compromiso» de las autoridades.

Dije que no iba a enumerar todas las veces que nos dijeron que iban a “salvar al Rímac”. Me encantaría mantener la promesa, pero hay momentos de esta historia que tenemos que resaltar porque son de hace más de seis años. Seis fakin años.

En febrero del 2009, el ministerio de Energía y Minas dijo «oye, esto se está yendo al cuerno» y anunció la construcción de un túnel de drenaje en el distrito de San Mateo (que es de donde viene tu agua mineral y también donde opera la empresa San Juan que, adivinaste, se dedica a la minería). Esto se hizo para evitar un desastre ecológico y nos costó casi un millón de soles.

Ese mismo mes, Sedapal, la empresa estatal que gestiona el abastecimiento de agua potable para la millonada de personas que hay en Lima, anunció que un 1% de sus ingresos iría a un fondo para proteger al Rímac.

El aporte fue totalmente voluntario y también le entraron industrias mineras, organismos internacionales, la Autoridad Nacional del Agua (ANA, Anita para los amigos) e incluso ciudadanos. La Municipalidad de Lima brilló por su ausencia. Obvio, estábamos necesitando escaleras en ese entonces.

Esto nos contaba Fabiola Torres, en El Comercio:

La participación de Sedapal es decisiva para el nacimiento del fideicomiso, pero también la más engorrosa de concretar. Humberto Reyes, de control de gestión de esta empresa, y José Salazar, presidente de la Sunass, confirman que actualmente se hacen las adecuaciones legales para posibilitar que la empresa de agua y alcantarillado de Lima y Callao destine un porcentaje (1%) de sus ingresos por facturación a este fondo.

 La palabra a la que por defecto tenemos que tenerle miedo es “engorrosa”. ¿Pero, sabes qué? La concentración de minerales en el Rímac disminuyó. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentó su informe técnico de estadísticas ambientales señalando que en febrero la cosa realmente se fue para arriba. Menos hierro, plomo, cadmio y aluminio en el agua que llega a tus tuberías.

Y, para todos los incrédulos, el INEI confirmó que el Rímac estaba mejorando cuando sacó sus estadísticas ambientales en junio del mismo año y nos dio las mismas buenas noticias. La producción de agua potable aumentaba.

Luego, a mediados del 2011, el ministro del Ministerio del Ambiente Ricardo Giesecke y la alcaldesa de Lima Susana Villarán se juntaron y dijeron «amigo, hagamos algo por el mundo, ambos somos fanáticos de lo verde«. Entonces establecieron una agenda de trabajo para recuperar las cuencas de los dos ríos limeños: el Rímac y el Chillón (además de otras medidas recontra progres).

En ese momento se hablaba de 256 agentes contaminantes en el río.

Todo lo que te acabo de contar en este apartado lo puedes verificar leyendo todas las notas que contienen la etiqueta “Río Rímac” en la página de Actualidad Ambiental. Anda, dale click.

 

Y ahora tu dura dosis de realidad

Ilustrativo reportaje de Panorama que debería conmoverte más que el final de La Vida es Bella.

Para junio del 2014, el 85% de la biodiversidad del Rímac había muerto.

¿Qué pasó? En marzo del año pasado, la ANA reportaba que el Rímac tenía en ese momento 700 puntos contaminados producto de la actividad minera y por el arrojo de desperdicios por parte de las personas que viven cerca a él.

Si te parece una fecha muy lejana, aquí algo de este marzo: el Rímac recibe 173 descargas contaminantes a lo largo de su recorrido. Incluso, en el Día del Agua, el 22 de ese mes, Francisco Dulmer, viceministro de Construcción y Saneamiento, hablaba de lo importante que es sensibilizar a todos para que no arrojen basura al río.

Esto es GRAVE (así, en mayúsculas, con negritas y subrayado). ¿Por qué? Pues porque Lima no solo fue construida en la única porción de tierra del Perú que tiene un clima depresivo, sino que también está ubicada en el medio de un desierto. 

Cuando te dicen que el río Rímac es la principal fuente de abastecimiento de agua, es porque ES LA PRINCIPAL FUENTE DE ABASTECIMIENTO DE AGUA QUE TENEMOS. Y disculpa que te grite, pero no hay nada que interpretar en esa oración. Si te llega un recibo (o si te cortan el servicio bastante seguido) ahora ya sabes por qué es.

En julio del año pasado la periodista Graciela Villasis preparó un reportaje para Cuarto Poder en el que podíamos ver cara a cara la realidad del Rímac. Esto es lo que averiguó: cada segundo, 300 litros de aguas residuales provenientes del río Huaycoloro (que debería estar seco, pero que está lleno de vertimentos) contaminan el Rímac a nivel químico y biológico. De hecho, es la principal fuente de contaminación del Rímac en estos momentos.

Y sí, esta porquería en el agua te cuesta. Como cuenta en el reportaje de Cuarto Poder, Juan Moreno, jefe del equipo de Gestión Integral de Sedapal, para contrarrestar esta contaminación hay que usar insumos químicos para la potabilización del agua. Esto se traduce en el 40% del costo de producción de agua y eso es lo que SEDAPAL te cobra en el recibo. 

Esta información queda confirmada cuando nos enteramos hace unas semanas que la contaminación en el Rímac le cuesta 30 millones de soles anuales a Sedapal.

 

Mientras tanto, en el Rímac

Gracias, Yisus.

Gracias, Yisus.

Tenemos nuevas noticias sobre gente diciendo que recuperarán el Rímac, la ANA suscribió una vez más un acuerdo, esta vez un «memorándum de entendimiento» con la Cooperación Coreana de Recursos Hídricos. ¿Qué es eso y cómo se come?

Pues según Juan Carlos Sevilla, jefe de la ANA, esto sirve para implementar un plan maestro para cristalizar recomendaciones y bla bla blaTodos nos quedamos dormidos.

La verdad de la milanesa es que lo que estás comiendo no es pollo: después de este memorándum faltan acuerdos vinculantes específicos y varios pasos más antes de lograr algo. ¿Te suena familiar?

Hace demasiado tiempo que se quiere hacer algo por el río Rímac. Esto nos plantea una pregunta interesante: si existen tantas iniciativas, pero ni una sola se concreta, ¿quién es el incapaz que está gestionando todo esto? Pues nuestras autoridades. Nosotros las escogimos.

Por eso ahora, solo queda informarte, cuestionar todo y esperar que la destrucción que a diario afronta nuestro río no llegue al punto de ser irreparable. 

Todas las fuentes de este artículo están citadas en el texto, solo tienes que darle click a las frases enlazadas.

Para más noticias sobre el medio ambiente en Lima entra a Limanatural.

Diego Pereira

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