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«Los medios también tenemos nuestro lado podrido», Fernando Vivas escribe sobre Orellana en El Comercio

Diego Pereira

I'm back, bitches » @algunpereira » diego@utero.pe

Este es el artículo de Fernando Vivas que debes leer para sentirte satisfecho un sábado por la mañana. Ayer por la tarde, Rodolfo Orellana, nuestro casero, finalmente tocó suelo peruano (previo sismo) y todos los hilos que llevan a él se estremecieron.

Siendo trasladado. Foto: ANDINA

Siendo trasladado. Foto: ANDINA

Pero no solo la Policía Nacional, el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Congreso de la República y el Gobierno en general han sido corrompidos por el toque de Orellana. Los medios también cayeron y, como dice Vivas, «hay que procesar(lo) hasta las últimas consecuencias».

 

Las revistas de Orellana

Distintas portadas de 'Juez Justo' (vía Terra)

Distintas portadas de ‘Juez Justo’ (vía Terra)

Las pretensiones ‘periodísticas’ de Rodolfo Orellana lamentablemente tuvieron seguidores. Una de estas primeras empresas fue una revista que nunca pasó de su primer número y que tiene una página en Facebook bastante misia:

Para empezar, me sobrecoge haber visto en esta última temporada a Carlos Camacho, ex periodista de investigación y ex reportero de Frecuencia Latina, como vocero de tamaño sujeto. Siempre me llamó la atención su esfuerzo en dar la pinta de periodista serio y chancón. Hasta me sorprendió, hace un año, antes de que se hiciera pública su relación con Orellana, pidiéndome colaborar con “Al desnudo”, una pretenciosa revista editada por él y dirigida por su amigo y colega Pablo O’Brien.

¿El lujo editorial, que quedó en un solo número, fue auspiciado por quien poco después sería el empleador de Carlos, sino lo era ya? Si las investigaciones encuentran a Carlos económicamente beneficiado y judicialmente enmarañado en la red de Orellana, pues que le caiga la ley y ninguna asociación de periodistas chille por él.

Y lo mismo ocurrió con las muchas veces mentada ‘Juez Justo’:

Para continuar, me repugna saber que ha existido en el Perú una revista como “Juez Justo”, concebida para delinquir en un mercado de baja lectoría: el contenido no importaba, toda la infamia se concentraba en la portada, que era colgada en todos los quioscos de Lima, en avisos en combis y coasters, en anuncios en periódicos y leída con acordes sensacionalista en las tandas publicitarias de la televisión.

Vi y oí, alarmado, injurias contra sus enemigos ‘Vitocho’ García Belaunde, la procuradora Julia Príncipe o el empresario Giovanni Paredes.

 

Los disfraces de Orellana (y los que se disfrazaban por él)

De alguna manera Orellana siempre se las ingeniaba para estar presente, como un mensaje subliminal repetido hasta el hartzago:

Sin embargo, cuando ningún medio decente osaba difundir un spot suyo, se las ingenió para enrostrarnos su nombre, esta vez en etéreos spots de la Fundación Rodolfo Orellana. «Por un futuro mejor», «La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla», son los lemas de su entelequia.

El viejo zorro había visto muchas películas y quería tener su lado ‘padrino’ de buen corazón. Como rostro afable de la ONG puso a la actriz Pilar Brescia, enredada una vez más en el lado oscuro por su esposo Ernesto Gamarra, que conducía el programa radial de “Juez Justo” en Radio San Borja (¡Esta emisora acepta todo!) junto a Benedicto Jiménez y Lizeth Orihuela, una de sus abogadas.

Queda claro que nunca usó su rostro, pero su nombre siempre estuvo en el aire.

 

La batalla de los medios

Tuvo su programa propio.

Tuvo su programa propio.

Luego del reportaje de Marco Vásquez en Panorama, transmitido el domingo 23 de enero del 2011, todos los hilos empezaron a romperse. Ese mismo domingo, Diario 16 sacó una entrevista a Benedicto Jiménez defendiendo a Orellana. Pero pasó algo:

En buena hora, en los días siguientes, el diario reculó. Y dos periodistas enrolados en “Juez justo”, César Hildebrandt hijo y Enrique Escardó hijo, renunciaron a la revista de marras, aduciendo que Benedicto manejaba investigaciones e infamias y ellos no sabían hasta donde llegaba la podredumbre orellanista.

¿Y Radio San Borja? y ¿RBC?

Quienes no pueden aducir ese mismo despiste es Radio San Borja, que siguió acogiendo a la versión radial de “Juez justo”, ¡hasta el 2013!. Y quien tampoco podría hacerse el distraído es Ricardo Belmont que acogió a la versión televisiva de “Juez justo”, hasta meses después de que todos los medios decentes se sumaron a las denuncias de “Panorama” y “Caretas”.

Como recuerda Vivas, todos los sábados en la noche, Martha Sofía Salazar, ex conductora en Frecuencia Latina, se sentaba al lado de Benedicto Jiménez para presentar reportajes y entrevistas sobre casos que a ellos les interesaban (obviamente influenciados por Orellana).

 

Los responsables

El canal del trompo diamante.

El canal del trompo diamante.

Este es quizás más incómodamente directo del artículo (y por eso es bueno):

Sí, señores, la miseria moral de Orellana y Benedicto llegó a ser difundida y aireada en la señal abierta. No acuso a Beto Ortiz y Chema Salcedo, los únicos que entrevistaron a Orellana en la tele, de ser concesivos con él. Sus preguntas no tuvieron suficiente agudeza ni investigación previa, pero era obvio que Orellana no estaba dispuesto a admitir nada que lo inculpara. Sí acuso a Belmont de irresponsable y pasible de sanción, a pesar de que replicó, a una víctima que lo llamó indignado, que el canal solo alquila los espacios y no se responsabiliza por los contenidos.

Claro, igual que llena su pantalla de spots sobre hemorroides, monólogos de monos con metralleta que insultan al país formal e infomerciales sin fin, cobró a la mafia de Orellana para que delincan en su frecuencia. De una buena vez, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones tiene que pronunciarse sobre esta práctica de muchos medios, inusual en Lima, pero extendida en el resto del país, de concesionar espacios a delincuentes.

Ahora a esperar los descargos que, probablemente, nunca lleguen.

Puedes leer el artículo completo aquí.

Diego Pereira

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