Lima , noticias Jueves, 23 enero 2014

¿Y si eliminamos los municipios distritales en Lima?

A propósito del niño que quedó en coma en la Costa Verde y el cambio vial en la avenida Arequipa, se ha revelado un alto grado de descoordinación entre la Municipalidad Metropolitana y las comunas distritales. Por supuesto, lo fácil es echarle la culpa a la indefendible gestión de Villarán. Pero el problema va más allá.

Patricia del Río ilustra bien el tema de fondo del caso de la Costa Verde:

…a la hora que cae una piedra venimos a descubrir que la pista es responsabilidad de la Municipalidad de Lima, pero los acantilados sí son responsabilidad de los distritos (en este caso de la Municipalidad de Miraflores, donde ocurrió el accidente). También nos damos con la sorpresa de que los alcaldes de los cinco distritos de la Costa Verde están descontentos con el manejo “integral” que se viene desarrollando desde el la Autoridad del Proyecto Costa Verde y nos los hacen saber vía furibundo comunicado. La alcaldesa Susana Villarán aparece desencajada diciendo que la culpa no es suya pero que no es momento de estarse tirando la pelota (¿total?). Para completar el laberinto escuchamos de boca del mismo gerente de la Autoridad del Proyecto Costa Verde que tal como están diseñadas las funciones y atribuciones de la entidad que preside el trabajo conjunto resulta inviable.

Le preguntamos al experto en planificación urbana, Mateo Stiglich, sobre el caso de la avenida Arequipa:

Se trata de municipalidades con recursos y poder, con capacidad de presionar a la Municipalidad de Lima para que no implemente reformas que benefician a la mayoría de los limeños pero pueden perjudicar a algunos residentes de estos distritos. En este caso, tres municipios han convertido en un tema polémico una reforma bastante moderada y justa: darle un poco más de prioridad a los usuarios de transporte público (más del 60% de Lima) que a los de autos privados (menos del 15%). En principio, parece justo que representantes locales intercedan por sus representados ante niveles superiores de gobierno. La pregunta es si ese poder está distribuido de forma equitativa entre distritos con más y con menos recursos y poder.

Este punto nos lleva a un tema aun mayor: la desigualdad institucionalizada a través de la división en distritos. Los municipios distritales con más recursos pueden ofrecer mejores servicios, lo que a su vez les permite competir por atraer a residentes más ricos. Esta desigualdad, legitimada porque cada distrito responde por una serie de servicios, no sería legítima si es que todos los servicios de la ciudad fueran responsabilidad de una sola jurisdicción.

Y aquí llegamos al punto central de este post. ¿Es viable una ciudad dividida en 50? Ayer, algunos en redes sociales proponían que una capital sin municipios distritales. Stiglich responde:

 ¿Qué alternativa hay a este sistema? Una forma de mantener representatividad local pero dentro de un gobierno “central” provincial sería que los distritos (o zonas) de la ciudad elijan representantes (regidores) en el concejo metropolitano en lugar de alcaldes distritales. De este modo, los conflictos podrían ser mediados dentro de este ámbito deliberativo, y todos los distritos -al menos en teoría- estarían representados en la discusión.

Sí hay casos de ciudades así de grandes administradas por una sola alcaldía: Bogotá, Rio de Janeiro, Sao Paulo (tiene «subprefecturas» pero no con el poder de los distritos limeños), México (igual que Sao Paulo, delegaciones con menos poder que los distritos limeños), Nueva York, Londres.

El problema no es necesariamente que exista un nivel debajo de la provincia, sino qué tanto poder tiene ese nivel.

Aquí tienen un excelente tema para preguntarle a los candidatos de las elecciones municipales de este año. Si es que se atreven a enfrentar el problema de fondo, claro.