Habla Sonia Luz

Sonia Luz Carrillo fue uno de los mejores acontecimientos de mi adolescencia.

Durante tres años, los últimos de la secundaria, Sonia Luz fue la Beatriz que me guió por el Cielo de las letras.

Ella me presentó a Quevedo, Santa Teresa, Azorín, García-Lorca, Vallejo, Arguedas, Salazar Bondy, Vargas Llosa, Victor Hugo, Baudelaire, Hesse y quién sabe cuántos más. A algunos ya los conocía, pero nunca me había atrevido a acercármeles.

Hasta que llegó Sonia Luz.

¿Qué hacía ella allí, enseñando Literatura en ese colegio olvidado de Pueblo Libre? Un apostolado, estoy seguro. Porque nosotros, los alpinchistas alumnos del Agustiniano, no estábamos a la altura de sus clases, apasionadas y cautivadoras.

Porque nosotros, unos mocosos chongueros, no teníamos ni idea que ella era una de las más importantes poetas de la generación del 70, que además era periodista y profesora en San Marcos. Como ven, cada hora que ella nos dedicaba era un lujo inadvertido.

Diez años después, Sonia Luz nos brinda otro lujo: su blog. Habla Sonia Luz es una bitácora con reflexiones personales sobre política y periodismo, con algunos de sus trabajos, y, faltaba más, con algunos de sus poemas. 

Habla, Sonia Luz, que yo siempre te escucho.

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(PS.: Claude Couffon seleccionó dos poemas de Sonia Luz para su antología Poésie péruvienne du XXe. siècle. Los dejo con el que más me gusta.)

INSTANTÁNEA

Las frutas sobre la mesa

smog

y mucho ruido.

Las frutas sobre la mesa

y una melodía

conmovedoramente simple.

Alrededor

sol  y motores.

Las frutas sin tocarse sobre la mesa

debajo de los ojos.

De pronto

todo se calla,

se nubla

todo

salvo los ojos

sobre la mesa

sobre las frutas

y esa cómplice melodía.