ecología , economía , noticias , politica , sociedad Jueves, 10 enero 2019

Le pinchamos el globo al nuevo alcalde de Miraflores (que quiere revivir este problemático proyecto)

Wait, ¿esa bandera siempre fue amarilla? Foto: Manuel Melgar / Gestión

Wait, ¿esa bandera siempre fue amarilla? Foto: Manuel Melgar / Gestión

Lucho Molina —alcalde de Miraflores por el partido del otro Lucho— ya puso el parche. Tras el chongo de los funcionarios reciclados ha pedido una ampliación de su «compromiso» inicial. Ahora no quiere que le exijan que cumpla con su palabra ahorita mismo:

Que [los vecinos] tengan paciencia, que me dejen trabajar y que me pidan cuentas a los 100 días.

Pero hoy tenemos que pincharle el globo por lo que dijo en una entrevista que pasó caleta porque solo apareció en la versión impresa de Gestión (miércoles 9 de enero) y en la que reveló que un proyecto bastante controversial le parece «interesante»:

El terminal de cruceros de Miraflores

Yara, es tridi. Foto: Difusión

Yara, es tridi. Foto: Difusión

— ¿El qué?

Hagamos memoria:

  • Al grito de «¡más turistas para el Perú!», en abril del año pasado, la Autoridad Portuaria Nacional (APN) anunció la construcción de un puerto terminal para cruceros en la bahía de Miraflores —a la altura de la bajada del Cuartel San Martín— como un hecho consumado:
Foto: Captura/ Diario Correo

Foto: Captura/ Diario Correo

  • Sin embargo, el entonces alcalde del distrito, Jorge Muñoz, les hizo el pare y fue claro en decir que esa vaina no era viable. Además, ¿cómo van a planear construir un edificio sin pedirle permiso a la municipalidad? La gente respiró tranquila:
No sean locos pes, dijo Muñoz. Foto: Captura / Twitter

No sean locos pes, agregó Muñoz. Foto: Captura / Twitter

  • Claro, no estuvo solo. La Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV) —organismo que es el único que puede dar luz verde a construcciones en esta zona— señaló que la iniciativa era incompatible con su plan maestro. Esta opinión fue clave para detener el proyecto.

Pero la cosa no quedó ahí

Los inversionistas no se rindieron y «redefinieron» el terminal para cruceros, cambiando sus dimensionesAfirmaron también que la obra se realizaría fuera de la denominada «rompiente de Miraflores», por lo que las olas —y por ende la práctica del surf— no se verían afectadas. Muñoz en su momento, respondió a esto usando el sentido común:

Definitivamente, desde el momento que se pone algo que el mar no está acostumbrado a recibir va a haber un cambio en las mareas, en las olas, arenamientos…

Además está claro que sin los debidos estudios, no se puede afirmar que la playa no se verá afectada pues, para funcionar, se necesita construir un espigón (su nombre técnico es dique de abrigo) en medio del mar para que el terminal puede operar:

El espigón es lo que permite que los cruceros lleguen a la costa sin sufrir por las olas. Foto: Ve-Mas.com

El espigón es lo que permite que los cruceros lleguen a la costa sin sufrir por las olas. Foto: Ve-Mas.com

Resulta absurdo pensar que un dique de estas dimensiones no cambie el litoral ni afecte las playas. Sin embargo, a diferencia de su antecesor, Lucho Molina no rechaza la construcción del terminal y deja la puerta abierta (vía Gestión):

Es un proyecto interesante, pero creo que le falta el estudio de impacto vial. Eso es preocupante, porque se supone que habrá 3,000 turistas que bajan de los cruceros, ¿y cómo los movilizas? La empresa tendría que presentar, en primer lugar, el estudio de impacto vial. Me parece que eso es lo más importante.

Lo gracioso es que no es cierto que el estudio de impacto vial es la única traba y de hecho NO es la más importante. La verdad es que…

Este proyecto tiene muchos problemas

Este es el momento en el que te pinchamos el globo, Lucho, toma nota. Composición: Utero.pe

Este es el momento en el que te pinchamos el globo, Lucho, toma nota. Composición: Útero.Pe

En su momento, Actualidad Ambiental publicó una nota con siete puntos claves sobre por qué es problemático. Como seguro Molina no lo leyó, vamos a resumirla:

  • Tendría que cambiarse la zonificación para que el proyecto sea viable. De hecho, el lugar más adecuado para hacerlo en la Costa Verde —según el Plan Maestro— es en el «litoral sin playas existentes» entre Magdalena y San Miguel, no en Miraflores.
  • 2,000 turistas llegando por la Costa Verde incrementará la congestión vehicular, la contaminación marina (por los combustibles usados por las embarcaciones) y desplazará la pesca artesanal.
  • No se puede construir un hotel de 35 pisos donde se pretende porque —por ley— las playas son «áreas no edificables».
  • Los turistas que vienen en cruceros llegan con paquetes comprados y rara vez generan un impacto económico significativo. Mejores son las cifras de visitantes que tenemos por el surf: más de 40,000 visitantes.
  • No existe una autoridad que pueda realizar una adecuada y efectiva fiscalización ambiental durante la ejecución y funcionamiento de este proyecto.
  • La Costa Verde es una tragedia: no hay acceso para personas con discapacidad motora, los estacionamientos son insuficientes, no hay paraderos temporales para taxis ni buses.

¿Por qué meterías un hotel a ese desastre?

La Costa Verde es visitada por miles de bañistas todos los veranos. Foto: Andina

La Costa Verde es visitada por miles de bañistas todos los veranos. Foto: Andina

A esto tendríamos que agregar que las rutas de evacuación en caso de un tsunami (que, por cierto, se llevaría de encuentro ese hotel) no van a ser suficientes.

En resumen

Lucho, el terminal de cruceros de Miraflores es una mala idea y tendría que modificarse el Plan Maestro de la Costa Verde para ejecutarlo. La buena noticia es que la APCV es presidida por un representante de la Municipalidad de Lima (y la integran funcionarios designados por alcaldes de seis distritos), cuyo actual alcalde —Jorge Muñoz— ya ha dicho que esta vaina no va. 

Igual, no nos confiamos. Te estamos observando, Lucho.

Diego Pereira

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