noticias , politica , sociedad Miércoles, 14 noviembre 2018

YouTube: Este video prueba que el rey de España tuvo que cambiarse las medias después de visitar el Congreso

Hoy en un nuevo capítulo del melodrama «Perú, rumbo al bicentenario de la independencia», su majestad Felipe —el Sexto de su nombre, rey de España y de los Toros, señor del Reino que ya no es Reino, protector del Anacronismo, el que no dimite, padre de sus Hijas— visitó el Congreso y recibió la Medalla de Honor en el grado de Gran Cruz de manos del presidente del Poder Legislativo, Daniel Salaverry, porque el hombre acumula títulos como si fueran Funkos.

Todo bien con la ceremonia y la visita protocolar de una autoridad extranjera, pero las intervenciones de algunos de los congresistas presentes nos dejaron un sinsabor. Y no, no hablamos de Juan Sheput diciéndole a su excelencia que «recibimos de España el idioma, la religión y la educación» (alguien avísele que ya tenemos 24 lenguas nativas oficializadas, porfis, y que ya se vienen los 200 años desde que nos sacamos a los españoles de encima).

Medias empapadas

Foto exclusiva del momento en el que Felipe VI tuvo que salir descalzo del Congreso gritando "¡coño pisha!". Composición: Utero.pe

Foto exclusiva del momento en el que Felipe VI tuvo que salir descalzo del Congreso gritando «¡coño pisha, te lo digo yo!». Composición: Útero.Pe

Empecemos con lo menos grave. Quien empañó el ambiente fue la fujimorista Alejandra Aramayo —sacándose una cita de Roberto Carlos de la nada— al anunciar que España y Perú podrían desarrollar una agenda de interculturalidad «a forma de cóncavo y convexo«. Luego vino Ana María Choquehuanca para anunciar que está gestionando una sede de la Fundación de la Lengua Española en Arequipa «y creo que eso es muy bueno porque ahí se difunde la lengua española«. O sea, ¿hay que difundirla aún más? ¿En serio? ¿EN SERIO?

Ana María no se entera que son las lenguas originarias las que están en riesgo constante de desaparecer. Foto: Captura / Andina

Ana María no se entera que son las lenguas originarias las que están en riesgo constante de desaparecer. Foto: Captura / Andina

¡Eres un resentido y un exagerado!

Aquí las declaraciones de Vitocho García Belaunde:

Acá hay una serie de personajes en las paredes que grafican de alguna manera la lucha de la independencia que fue entre los españoles de la Península y españoles nacidos en el Perú. Es decir… casi una disputa entre hermanos. (…) Nosotros admiramos y apreciamos España, nos sentimos —desde el tratado de Tordecillas— españoles (…). Yo personalmente estoy muy ligado a España. Mi abuelo Victor Andrés Belaúnde luchó mucho por España, fue embajador de España para España después de la Segunda Guerra Mundial. Hay una calle en Madrid que lo recuerda. Hay una vieja tradición de mi familia con España que espero conservar (…).

Vamos: ¿la independencia fue «casi una disputa entre hermanos»? La élite criolla americana a la que se refiere el congresista era un grupo extremadamente reducido respecto de toda la población de ese entonces. Además,  el proceso de independencia no puede solo referir a los años finales del proceso (1821-1824), pues las ideas que le dieron vida al movimiento empezaron desde unas décadas atrás y quienes las alimentaron no fueron necesariamente «españoles nacidos en el Perú».

Escribía Romualdo que a Túpac Amaru "no podrán matarlo", pero Vitocho se está esmerando en hacerlo. Foto: Trome

Escribía Romualdo que a Túpac Amaru «no podrán matarlo», pero Vitocho se está esmerando en hacerlo. Foto: Trome

Y pues sobre qué tan español se sienta Vitocho —que repite la idea hasta tres veces— ese ya es su roche. Lo cierto es que le dio cuerda al congresista Francesco Petrozzi (se pronuncia petrot-si, ¿ok?) para que se mande con un frase digna de meme:

Yo me apellido Petrotsi, así que muy español no soy, pero me siento español por ser peruano. (…) Yo veía siempre y anhelaba profundamente que se nos viera como a Buenos Aires y México. [Ambos] heredaron lo mejor del intelecto español. Nosotros queremos eso aquí. Lo anhelamos porque nos sentimos en el fondo de nuestro corazón parte de un conjunto de naciones que tienen un mismo fin: la hispanidad. A pesar de nuestra diversidad, reconocemos nuestra religión católica, nuestras tradiciones, reconocemos hasta en nuestro pensamiento la presencia de España. Gracias por eso, no nos olviden, el Perú los quiere y los reclama.

Es alucinante que todavía sigamos ignorando que antes de la invasión europea también existía «intelecto» por estos lares. Como la gente que  cree que los incas «no tenían escritura» (jelou, se llaman quipus) y que por eso estaban atrasadísimos como civilización. Esta fascinación por la «cultura» ibérica es en parte producto de la erradicación cultural que vivimos tras la conquista: desde derretir arte indígena para hacer monedas de oro (hola, Cuarto del Rescate) hasta destruir templos y monumentos para implantar el catolicismo y someter a los indígenas.

Que —a estas alturas de la historia— nuestros congresistas se tiren al suelo por la monarquía española hace que nos preguntemos: ¿qué tan independizadas están sus cabezas?

PD: Si tienen Netflix, vean «Latin History for Morons«.

Diego Pereira

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