Alonzo Chauca es profesor de secundaria en un colegio de Lima, es estudiante de arqueología en la San Marcos y ha publicado su primer libro, Tatiana prisionera de la oscuridad, con la editorial Perro Ciego. Es un texto lleno de descripciones gráficas muy aberrantes. Recuerdo que en algún momento de la lectura me dije “Esto es escritura del diablo” y cerré el libro. Es algo así como una clase de  literatura sexual- criolla. Con diálogos llenos de jerga peruana, con mucho barrio y realidad, que muchos llamarán “sucio”.

¿Cómo surgió la idea de escribir esta historia?

La perversión ha sido un tema que me ha interesado desde la adolescencia. Y un día decidí escribir una historia erótica, pero fácil de leer. En mi relato, eliminé ese cliché de la mujer sumisa.

¿De qué trata Tatiana prisionera de la oscuridad?

Es la historia de una chica que está decepcionada del amor y decide experimentar el sexo perverso. Se escapa de su casa en Trujillo y se va a Lima a buscar a una dominatriz muy famosa.

Has firmado el libro como “El obispo de Sodoma”. ¿Por qué?

En el mito bíblico, Sodoma es la ciudad de todos los pecados, ahí donde la depravación se hizo costumbre. Pero, si apelamos al mito, tal vez sea el último lugar donde el hombre fue libre. Tatiana prisionera de la oscuridad iba a conducir a los lectores por un mundo de perversión y libertad, y quién mejor que un sacerdote de esta ciudad mítica para guiarlos… pero no sería cualquiera, sería el mismísimo Obispo de Sodoma quien guiaría a las almas puritanas a bañarse en ese mar de voluptuosidad que es el erotismo.

Tú fuiste el encargado de todo el proceso creativo. ¿Cómo fue la experiencia de la autogestión?

Tenía dos opciones: me quedaba con la novela en un archivo de la PC o me autogestionaba. Por suerte conté con el apoyo de mis amigos. Me apoyaron con la diagramación, corrección y diseño. Es una chambaza, pero al final te queda la satisfacción de no dejarte vencer por el sistema.

En tu relato podemos observar varias escenas de vejaciones. ¿Tú has vivido algo así?

En mi relato he intentado mezclar mis propias vivencias con mucha imaginación.

¿Qué problema encontraste al momento de escribir tu novela?

Al ser un libro autogestionado no podía excederme con el número de páginas, porque elevaría los costos.

¿A qué escritores admiras?

Al Marqués de Sade, Charles Bukowski, Oswaldo Reynoso, Julio Ramón Ribeyro y Gabriel García Márquez. Del Marqués de Sade me gusta la crudeza. No tuvo reparos en criticar a los poderosos y retratarlos como los más grandes viciosos de la sociedad francesa del siglo 18. Eso nos queda muy claro en su libro 120 jornadas de Sodoma.

¿Qué es lo que más te gusta del BDSM?

Creo que no existe algo que me guste más del BDSM, considero que es una filosofía de vida. No cualquiera puede adentrarse en ese mundo, tienes que sentirlo. Si eres un curioso seguramente empezarás a asustarte ante las prácticas perversas.

¿Qué te dicen tus amigos cuando te leen?

¿La novela cuenta parte de tu vida? También hay gente que se horroriza con la vulgaridad sexual.

Aparte de tu oficio como escritor, ¿a qué te dedicas?

Trabajo como profesor de educación secundaria, además estudio arqueología como segunda carrera en la UNMSM.

¿Qué aporte trae Tatiana prisionera de la oscuridad a la literatura peruana?

Augusto Lostaunau, historiador y catedrático, dijo en la presentación de la novela: la literatura erótica en el Perú ha sido olvidada, nadie se atreve a escribir erotismo, esta novela es una bocanada de aire para esta temática. Concuerdo con él, la literatura erótica ha sido dejada de lado.

¿Qué le dirías a la gente para que lea tu novela?

Que no tengan miedo de experimentar con la literatura erótica. Abran su mente. A veces leer lo que nos escandaliza nos ayuda a superar nuestros propios miedos. El sexo es algo natural, como comer o respirar. Y la única forma de quitarnos los tabús es visibilizando el tema.

 

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¿Te gustaría escribir tu primer libro?

El “bloqueo” es un estado peligroso, en el cual podemos entrar quienes nos dedicamos a ocupaciones creativas. En todos nuestros talleres de escritura escuchamos a los alumnos decir lo mismo: que se sienten “bloqueados” y no saben qué hacer. De hecho, es más común oír hablar del bloqueo del escritor que del bloqueo del músico o del pintor. Hay una razón para eso. Escribir, a diferencia de ocupaciones como la música o la pintura, requiere un gran trabajo de pensamiento analítico. No solo debemos traer el material en bruto desde el inconsciente y hacerlo consciente (nuestros recuerdos, sensaciones, imágenes, emociones) sino que debemos poner ese material en palabras. Y luego debemos ordenar esas palabras para crear algo que se sienta “vivo”.

Cuenta tu historia.

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