En Cinta Miércoles, 26 octubre 2016

Conversamos con los realizadores de «El choque de dos mundos», completa crónica sobre el Baguazo

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Entrevista de: Alberto Castro (@mczorro)

«El choque de dos mundos» es una completa crónica sobre los detonantes y consecuencias de la tragedia del 5 de junio del 2009, conocida como el Baguazo. Un documento indispensable para comprender los traspiés políticos que hicieron explotar una olla de presión que venía hinchándose desde mucho tiempo antes; una cinta que debería invitarnos a la reflexión y también al debate de sus planteamientos, por supuesto. El documental peruano se estrenó en contadas salas del país hace un par de semanas, luego de sonar muy fuerte en el extranjero: se alzó con el Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance de este año, así como con el Premio del Público y una mención del jurado del Festival de Zurich celebrado a inicios de mes, donde un conmovido Daniel Radcliffe les entregó el trofeo a sus realizadores.

Tuve la oportunidad de conversar con Heidi Brandenburg y Mathew Orzel, los directores del documental, así como con Taira Akbar, productora. 


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De izquierda a derecha: la productora Taira Akbar, los directores, Mathew Orzel y Heidi Brandenburg, así como Jack Weisman, parte del equipo de producción.

Ustedes vinieron al Perú con el plan de hacer cortometrajes y se encontraron con algo que los descolocó y motivó a hacer este documental. ¿Pueden contarme un poco más al respecto?

Heidi Brandenburg: Todo comenzó cuando leí en el periódico sobre el impacto que podría tener el Tratado de Libre Comercio Perú – Estados Unidos en la amazonía peruana y las comunidades nativas. Ya habíamos tenido 40 años de explotación de hidrocarburos sin beneficios para las comunidades, pero sí con bastante contaminación, daño a los animales, con el agua contaminada. Entonces, ¿qué iba a pasar después de firmado este tratado? Entre el 2005 y el 2009, las concesiones petroleras y gasíferas incrementaron del 15% al 78%. En el artículo había un mapa en el que podías observar toda la selva cubierta de lotes petroleros. Yo soy una alemana-peruana que regresaba al país después de años, de un país en el que el cuidado del medio ambiente es importante. Me impactó, porque en Europa se conoce a la selva como el pulmón del mundo. Eso nos impulsó a investigar del tema, lo que significaba para el desarrollo del Perú, especialmente su impacto en la amazonia y las comunidades nativas.

Entonces, originalmente era un documental sobre las consecuencias de ese tratado, pero luego se convirtió en otra cosa.

HB: No queríamos tener nada que ver con política. La idea era entender a los pueblos nativos, cómo era su vida, qué significa la amazonía para ellos y cómo ese supuesto desarrollo estaba afectando su identidad y su forma de ser. Poco tiempo después se dieron los decretos legislativos y en El Comercio se publicó un artículo del Perro del Hortelano que revelaba la visión económica de Alan García. Nosotros empezamos a viajar a la selva, visitamos el Lote 1-AB que ya tenía 40 años de explotación. Nos encontramos con tuberías que estaban deshaciéndose, por todos lados se chorreaba el petróleo y no había una regulación ambiental que exigiera que las renovaran para que no hayan más derrames. Nos impactó porque nadie miraba, nadie hablaba, nadie lo visitaba, pero los nativos sabían que los estaban contaminando. Nadie hablaba de esto en Lima, porque se sentía un boom económico, había más trabajo, el país estaba avanzando. Pero nadie hablaba del costo, algo que queríamos demostrar en un documental. Después de un año, conocimos a Alberto Pizango, quien hizo que nos sometiéramos a pruebas espirituales para comprobar nuestras intenciones. Porque así no más no iba a llevarnos a diferentes partes de la amazonia, porque él es el líder y tenía la responsabilidad de asegurar a su pueblo y que no fueran abusados por periodistas.

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Imagen: La República

Y llegamos al paro. Quería que me comentaran sobre la logística detrás de grabar un suceso que se llevaba a cabo tanto en la Amazonía como en Lima.

HB: El primer día del paro, una comunidad tomó la estación, querían cerrar el oleoducto. Ese día, la policía se llevó nuestros pasaportes, nos amenazó con deportarnos, nos dijeron que estábamos apoyando a terroristas. Ese fue uno de los motivos por los que nos quedamos en Lima y seguimos al señor Pizango en su diálogo con el Congreso. Antes del paro éramos 3 personas grabando: la productora y nosotros dos directores.

Taira Akbar: De la protesta conseguimos grabaciones de los mismos indígenas y de camarógrafos que estaban en la zona. También de los periodistas que fueron desde Lima.

HB: La policía también nos proporcionó material.

Mathew Orzel: Ya habíamos decidido que Alberto Pizango sería el personaje central de nuestra historia, antes de que la protesta comenzara. Cuando comenzó el paro, nos preocupamos por lo que podría pasar y decidimos mantener un perfil bajo. Pero sabíamos que él sería la clave para la historia. Y por eso nos quedamos en Lima, lo más cerca que podíamos a lo que le pasaba a él. Ahí comenzó nuestra búsqueda de material de archivo.

TA: Esto es lo que nos permitió cubrir la protesta desde todos los puntos de vista. No solo desde Lima, sino desde los ojos de la gente que estuvo ahí y que vio exactamente lo que pasó. El material de archivo nos reveló lo que los políticos decían en ese momento. Alan García era un personaje importante y nos tomó años revisar todo el material de archivo que conseguimos suyo. La idea era mostrar aquello que nosotros veíamos en carne propia, pero también aquello que el público peruano veía en los medios en ese entonces.

HB: Nosotros desde el 2007 hemos juntado material de la televisión. Cuando se firmó el tratado de libre comercio, cuando García habló del agua, de la amazonia, de la inversión, de los decretos legislativos, todo para entender su impacto en las comunidades nativas. Pero, luego del 5 de junio, el enfoque del documental cambió: queríamos entender cómo es que se pudo llegar a un conflicto así, afectando a los nativos y a las familias de los policías. Esto lo vemos a través de la viuda Flor Montenegro, quien llama a la unidad en el entierro de su esposo. No es que los policías estaban en contra de los nativos, ni que los nativos estaban en contra de la policía, sino que ambos fueron utilizados como peones políticos. Queríamos entender cómo este conflicto afectaría luego a la sociedad peruana. Queríamos mostrar los hechos tal y como sucedieron. No teníamos la intención de hacer un documental político. El enfoque era realizar un documental histórico, demostrar los hechos tal y como se desarrollaron.

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Es cierto que el documental arma una crónica bastante equilibrada en cuanto a bandos enfrentados. Pero, en medio de todo, aparece Alberto Pizango como una figura casi heróica, mesiánica, sin atisbo de cuestionamiento. ¿En algún momento les interesó indagar más en aquello de lo que se lo acusó luego del Baguazo, así como en el manejo de AIDESEP?

HB: Nosotros habíamos recorrido la selva durante varios meses buscando a un personaje que pudiera darle voz a nuestro documental y nos encontramos con Alberto Pizango, cuando era reelegido presidente de AIDESEP. Cuando hablamos con él, luego de la firma de los decretos legislativos, nos pareció que no estaba muy emocionado de continuar representando a su pueblo, nos dijo que preferiría regresar a la selva y no tener nada que ver con la política, para estar con su familia tranquilo. Sabía que hablar con los políticos iba a ser difícil. Pero se sentía responsable de los pueblos. Esa dedicación a los derechos de los pueblos nativos nos pareció muy interesante, sin importar el costo familiar. Para un líder amazónico, vivir en Lima es otro mundo, otras costumbres, además de que debía dejar a sus hijos y familia lejos. Cuando empieza el conflicto, ya no importaba tanto quién era el señor Pizango, sino que el tema era mucho más grande.

Sin embargo, hacia el final del documental deciden regresar a Pizango y cerrar con él.

MO: Hay que entender que el señor Pizango siempre nos dejó en claro que no quería que el documental fuera sobre él y que simplemente servía como una voz que transmitía el clamor de los pueblos.

TA: La prensa fue la que lo convirtió en una figura política. No fue su decisión. Todo lo que hizo fue porque lo empujaron a hacerlo.

Pero una vez que empiezan a aflorar los cuestionamientos alrededor de su figura, ¿en algún momento dudaron o se animaron a indagar más al respecto? 

MO: Nosotros, como cineastas, lo que intentábamos era acercarnos lo más que pudiéramos a la historia. Podían haber problemas dentro de AIDESEP, pero eso no nos interesaba por el enfoque que tenía el documental. Siempre hubo mala prensa alrededor de Alberto Pizango, pero nosotros no nos encontramos con nada de aquello que la prensa supuestamente estaba exponiendo.

HB: Cuando se habló del mal manejo de fondos, de que le habían dado dinero a Pizango, de que robó y esas cosas, claro que uno empieza a cuestionarse. Uno se pregunta si la persona a la que está filmando es realmente como dice ser. Hemos pasado mucho tiempo con el señor Pizango y con su familia y nunca nos encontramos con una casa grande o lujosa, para nada. Él tenía solo lo necesario.

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¿Y alguna vez se lo preguntaron directamente?

HB: Obviamente. Muchas veces. Le preguntábamos: ¿Qué está pasando? ¿Por qué están diciendo esto sobre usted? «Con las justas puedo pagarle a mi abogado». Él todavía tiene una deuda bien grande, porque nadie lo ha apoyado durante su juicio de años.

TA: Cada dos semanas él y los indígenas en juicio han tenido que viajar. Y a veces tocaba que empezara el juicio y a los 10 minutos no más los dejaban ir. Ha sido todo un costo el que han asumido.

HB: Lo único que puedo decir es que cada organización tiene sus problemas. La AIDESEP es una organización que alberga más de 1500 comunidades y tiene 30 federaciones. Imagina la política que tienen que manejar entre ellos, siempre habrá desacuerdos.

¿Creen entonces que la prensa lo convirtió en un villano mediático?

HB: Es posible. Cuando se estrenó el documental en el Festival de Lima, volvió a salir el tema. Pizango ya estaba harto, sentía que tenía suficientes problemas con su juicio como para pronunciarse sobre más problemas que le ponían encima.

MO: Todo lo que salía en las noticias, ya sea positivo o negativo, todo lo cuestionábamos. No aceptábamos lo que nos decía como verdad, sino que también investigábamos al respecto. Y si hubiera sido verdad, definitivamente no era evidente.

En todo caso, sentían que no afectaba la tesis que ustedes querían defender.

TA: Sí, era importante siempre mantenernos con nuestro enfoque y no desviarnos hacia esas tonterías que los medios difundían: quedarnos con el gran cuadro. Este documental pudo haberse ido por tantos lados, ya que estaban pasando tantas cosas ahí.

HB: Era importante cuestionarlo, porque era nuestro protagonista. No hemos filmado una historia de siete años con una persona que ha robado, que ha abusado del movimiento indígena para su beneficio personal, eso hubiera sido un desastre.

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Taira Akbar, Mathew Orzel y Heidi Brandenburg estuvieron presentes en el Festival de Sundance de este año, donde se alzaron con el Premio Especial del Jurado.

Supongo que un documental de este tipo debe haberlos sometido a todo tipo de presiones, para no grabar, para que no estrenen, etc. Quería que me cuenten un poco más al respecto.

HB: El primer incidente en el Lote 1-AB fue bien chocante, porque la policía se llevó nuestros pasaportes y nos amenazaron de deportarnos porque decían que estábamos apoyando a terroristas. Teníamos mucho miedo, porque podían habernos puesto en una lista de vigilancia.

TA: Luego cuando grabamos en Inglaterra una conferencia de Perúpetro, nos llevaron a una oficina, nos cuestionaron y nos tomaron fotografías. Desde ese momento decidimos no comentar el tipo de documental que estábamos haciendo.

HB: No manejábamos ningún Facebook. Muchas veces los teléfonos dejaban de funcionar, se cortaban las llamadas. Por el teléfono de la casa a cada rato escuchamos cosas.

TA: Otro problema que tuvimos es que no nos querían dar los archivos originales del canal del Estado. Años antes nos habían dado unas copias para que podamos elegir el material que necesitábamos, pero a último momento el canal del Estado decidió no darnos los originales, justo antes de que vayamos al Festival de Sundance.

HB: Todo el material que tenía que ver con Alan García, nos lo negaron.

MO: Por eso en el documental final todavía puedes notar vídeos de muy baja calidad. Esos son los que no querían darnos.

TA: TV Perú, al ser un canal público, debería darte el material. Nosotros teníamos el derecho de mostrarle a todo el Perú lo que había pasado, pero ellos nos negaron el permiso. Nos decían que era muy sensible lo que estábamos haciendo, porque estábamos en año de elecciones y Alan García estaba tratando de ser reelegido. Los mismos canales privados nos decían que teníamos todo el derecho de conseguir esos archivos y al negarse iba contra la ley.

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