corrupción , denuncia , noticias , politica , violencia Viernes, 26 agosto 2016

¿Qué carajos está pasando en el Ministerio del Interior con el ‘escuadrón de la muerte’?

Su mal manejo en un tema tan delicado puede convertirse en el primer dolor de cabeza del gobierno de PPK. Foto: andina.pe

Su mal manejo en un tema tan delicado puede convertirse en el primer dolor de cabeza del gobierno de PPK.
Foto: andina.pe

ACTUALIZACIÓN

Al término de su presentación en el Congreso ayer, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, tuvo que aclarar que el supuesto ‘escuadrón de la muerte’ no existía en toda la magnitud de lo que esa denominación significa, sino que había un grupo reducido de policías que cometió algunas irregularidades. Si hacemos un rápido recuento de sus declaraciones, el esquema queda así.

  • Primero dijo que había 97 policías implicados.
  • Después que había demasiados indicios como para negar que sí hay un escuadrón de la muerte.
  • Luego dijo que eran nueve y que ya estaban identificados.
  • Ahora aclara que no se trata de un escuadrón sino de un grupo reducido que cometió irregularidades.

A continuación, la triste historia de un ministro un poquito mal informado.

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Hace rato que está pasando de manera sigilosa, silenciosa y comoquiennoquierelacosa un megachongazo en el Ministerio del Interior. Los protagonistas son el propio jefe de la cartera, Carlos Basombrío y algunos integrantes de la Policía Nacional. Todo comenzó con la denuncia de un supuesto grupo dentro de la PNP que creaban falsos operativos en los que mataban a presuntos delincuentes con el fin de hacerse con recursos de inteligencia, cobrar recompensas y, sobre todo, ascender.

En el camino hubo varios implicados pero principalmente todos apuntaban (y apuntan) al comandante Enrique Prado Ravines, de la división de Inteligencia (DIRIN) ¿por qué contra él? pues porque un colaborador eficaz de la Fiscalía lo nombró como el cerebro de estas operaciones.

Todo este chongo tiene enfrentado a dos grupos de la PNP junto con el ministro Basombrío. Por un lado unos acusan a otros de organizar ficticios operativos y, por el otro, el grupo acusado se queja porque el ministro Basombrío y el viceministro, Ricardo Valdez, adelantaron opinión acerca de los resultados de la delicada investigación que se sigue al interior de la Policía. Pero iremos por partes para entender este problemón que es muy grave y tiene muchas aristas.

1. ¿Qué fue con el «escuadrón»?

Un reportaje de Cuarto Poder despertó la alarma. Inspectoría de la PNP, a cargo del coronel Edgardo Aybar y del mayor José Santillán, había preparado un informe acerca de un presunto «Escuadrón de la Muerte» dentro de esta institución. Como los supuestos «falsos operativos» dejaron víctimas mortales, el caso fue presentado también ante el Ministerio Público. Lo malo es que esta oficina no le notificó al principal acusado, Prado Ravines.

Pero ¿quién denunció primero? La denuncia principal la realizó el comandante de la DIRINCRI, Franco Moreno Panta, pues su hermano menor, el teniente Israel Moreno Goyeneche, murió en un tiroteo en Puente Piedra durante uno de los operativos.

2. La alharaca mediática

Después de esto, el 2 de agosto que pasó, el ministro Carlos Basombrío anunció que se investigaría el caso y que tendría los primeros resultados en tan solo 10 días (12 de agosto), además agregó que había un total de 97 efectivos comprometidos. Lo cierto es que no se cumplió el plazo pero el 16 de este mismo mes, el titular de la cartera adelantó que los integrantes del «escuadrón» ya estaban identificados.

Lo que este Útero pudo conocer es que, a las nueve de la mañana del lunes 15 de agosto, un día antes de que el ministro asegure que estos efectivos ya estaban identificados, llegó un fax dirigido al general José Lavalle, en donde solicitaban de manera urgente y reservada, de parte del ministro, la copia de los atestados policiales con las manifestaciones de los sobrevivientes de seis casos señalados como «operativos bamba».

En el documento a continuación se puede ver que la fecha de recepción fue el 15 de agosto a las nueve de la mañana, el pedido lo querían para una hora después.

dsfsdg Imagen: Útero.Pe

Broder, esto pasó un día antes de que el ministro declare que los tenían identificados.
Imagen: Útero.Pe

dsfsdg Imagen: Útero.Pe

Se entiende la premura pero ¿una hora para entregar toooodos los atestados?
Imagen: Útero.Pe

¿Cómo es que el ministro puede declarar si aún están solicitando para su despacho la información de los implicados en el caso?

3. Broncaza entre periodistas

Enfrentados.

Enfrentados.

Team Uceda

Hay una especie de partición de opiniones sobre este caso entre los periodistas más influyentes del medio. Por un lado están Ricardo Uceda, Cecilia Valenzuela, Doris Aguirre y el exministro del Interior, Fernando Rospigliosi. Los cuatro coinciden en hacer una investigación exhaustiva y que se mande a la hoguera a los culpables. No, no tanto, pero sí están de acuerdo en apuntar más allá de Prado Ravines como cabeza del supuesto escuadrón. Ellos ponen en la mira al general Vicente Álvarez, jefe destacado en el Vraem y al ex viceministro del Interior, Iván Vega. La hipótesis es que Prado operaba bajo el manto protector de estas dos autoridades.

Uceda refuerza la teoría que llega hasta Álvarez, con una historia que data del 2009, sobre un supuesto secuestro al empresario Néstor Quispez-Asín, director del Grupo Deltron, vendedor de equipos informáticos. Así lo explicó en su columna titulada «Noticia de un secuestro«, en la que cuenta que Vicente Álvarez dio aviso del posible secuestro al entonces ministro Octavio Salazar, alertado por un joven teniente de nombre Enrique Prado Ravines. Para Uceda, desde esa época ya se habría generado un vínculo para las operaciones del ahora principal acusado.

Team Gorriti

El periodista de investigación, director de IDL-Reporteros, Gustavo Gorriti, escribió dos sendas columnas de opinión colocando paños fríos a toda la horda de desesperados por rodar las cabezas de Vicente Álvarez e Iván Vega. En «Investiguen a fondo, pero bien«, mi tío Chuck Norris del periodismo llamó la atención a todos aquellos que están haciendo un pedido de linchamiento público contra ciertos comandantes y generales de la Policía sin que las investigaciones siquiera estén a la mitad.

También cuestionó los adelantos de opinión del ministro Basombrío, advirtiendo que estas prácticas, que responden más a una portada que a una verdad, pueden alterar el curso normal y objetivo en una pesquisa.

El mismo argumento es el que mostró el jefe de la Unidad de Investigación de La República, Ángel Páez, haciendo un llamado a la mesura y al buen periodismo antes que al linchamiento mediático.

Imagen: captura Twitter

Fuerte. Imagen: captura Twitter

 

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En las últimas semanas, el ministro del Interior ha rebajado la cifra que dio al principio (dijo que había casi 100 policías implicados en el caso del «escuadrón de la muerte») a tan solo nueve. El descontento ha sido tal en la PNP que un oficial de la Sub unidad de Acciones Tácticas (SUAT) encaró al ministro Basombrío por haber adelantado opinión y dar a entender que su grupo también estaba comprendido en la investigación. Este acto de protesta fue grabado en video (para roche del ministro).

¿Por qué pasó esto?

Pues la hipótesis es que el comandante Prado Ravines, de Inteligencia, daba aviso a los oficiales de la DIRINCRI y la SUAT, entre otras unidades, sobre actos delictivos que iban a ser cometidos, para que actúen en su prevención. Por eso es que se sobreentendía que los operativos eran armados y que había una organización que implicaba a varios policías de distintas unidades. De ahí a que un oficial de la SUAT le reclame al ministro la ligereza de acusar a todos sin una investigación exhaustiva.

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Las investigaciones aún continúan y no solo dentro de la Policía Nacional sino a nivel de la Fiscalía, con el fin de determinar si existen culpables en las muertes registradas durante ciertos operativos policiales o si estas se produjeron durante un enfrentamiento. La verdad aún está muy lejos y este es un tema tan delicado que adelantar opinión resulta ser un despropósito solo funcional a intereses distintos a los de los familiares de las víctimas mortales que solo buscan justicia.

*Al cierre de este post, el ministro Carlos Basombrío declaraba ante el Congreso sobre este particular.