La nota de portada de la edición de noviembre de PODER es mía y de Laura Grados. un reportaje largo, desapasionado y —quizás por eso mismo— polémico desde dentro de la campaña de Keiko Fujimori. Harta carnecita. Desde el asesor extranjero de su campaña hasta detalles desconocidos de su invitación a Harvard.

Acá te dejamos algunos extractos de la nota:

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El Secretario General de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez. Imagen: Peru21

Entonces llega una camioneta Land Cruiser Prado perteneciente a Ofisoft, una de las tantas empresas de quien es el principal financista del partido: el congresista Joaquín Ramírez. Él también es Secretario General de Fuerza Popular pero es más conocido como presidente del club de fútbol UTC, de Cajamarca, y por sus vínculos por la Universidad Alas Peruanas. Unas semanas antes de ser despedida, la procuradora Julia Príncipe había pedido que Ramírez sea investigado por lavado de activos pero ahora, aquí en Pachacútec, nadie hablará de eso.

De la Land Cruiser baja primero la candidata, vestida, como es su costumbre, de blanco. Mientras el esperable alboroto dirige a Keiko Fujimori dentro de La Bella Durmiente, otras dos personas, más discretamente, descienden de la camioneta.

Una de ellas es Pier Paolo Figari. En el organigrama fujimorista, es el Secretario de Ética y Disciplina, pero en la práctica se ha convertido en el Jefe de Campaña. Asesora a Keiko desde que ella era congresista, le escribe los discursos y fue personero legal del partido durante la elección del 2011. Los pocos que han tenido acceso al círculo de más confianza de la candidata, lo describen como el ideólogo de Keiko.

La última en bajar de la camioneta, enfundada en un hábito morado del Señor de los Milagros, es la persona de mayor confianza en la vida de Keiko Fujimori. Su nombre es Ana Herz Garfias pero casi todos la llaman por el apellido de su esposo: Ana Vega. Conoce a la candidata desde hace 20 años —fue su asistente y soporte cuando Keiko cumplía el rol de Primera Dama— y es la única que ya pasó la base 4 en ese grupo hermético que también integran Figari, Ramírez y la candidata misma.

Ana Vega se encuentra en el centro de una tormenta que aún se está gestando dentro de Fuerza Popular pero que, en la próximas semanas, amenaza con redefinir no solo el rostro sino también el significado mismo del fujimorismo.

Pier Figari. Imagen: LinkedIn

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Sin embargo, como la misma candidata ha admitido ante su círculo privado: “lo peor todavía está por venir”.

Y es que la incertidumbre sobre quiénes serán los candidatos al Congreso es tal que, de hecho, ni siquiera el mismo Kenji Fujimori está seguro de que conseguirá ir a la reelección.

— Hay una clara animadversión hacia mí y hacia mi padre, desde hace mucho, por parte de Ana Vega y su grupo —ha dicho el congresista en privado—. Y esto va más allá de la mera estrategia.

En su círculo de confianza Kenji deja claro, siempre, que no se trata de un asunto de su hermana, sino de Ana Vega, a quien le atribuye, incluso, el que algunos asesores “tengan miedo” de visitar su despacho en el Congreso.

Pero la confianza de Keiko en Ana Vega (a quien ha descrito como “muy ética y muy apasionada”) es absoluta.

Ana Vega con Keiko Fujimori. Imagen: Diario16

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