reinadecapitada Sábado, 31 octubre 2015

Día de la canción criolla: Lucha Reyes y los amores marginales

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada
Lucha Reyes. Imagen vía www.deperu.com

Lucha Reyes.
Imagen vía www.deperu.com

Dice la leyenda que aprendió a cantar por comida. De hecho, su vida tiene las características de muchas leyendas pop: origen pobre, vida sufrida y una voz conmovedora. Probablemente sea gracias a ella que composiciones como “Regresa” o “Como una rosa roja” se hicieron populares entre el público.  A pesar de esto, la mayoría de nosotros sabe realmente muy poco de su vida, y entre lo poco que sabemos no hay muchos datos precisos. Será una de las cantantes más evocadas en este día, pero, cuarenta y dos años después de su muerte, aún nadie le ha escrito una biografía documentada. Existen, apenas, algunos documentales y una serie (transmitida en los años noventa). Apenas, digo, para su aura de mito de la cultura popular. Ídolas afro estadounidenses como Nina Simone, Ella Fitzgerald o Billie Holliday tienen, por lo menos, cinco o diez biografías escritas. Nuestra tierra ha sido ingrata con sus artistas. No existe ninguna biografía documentada sobre Lucha Reyes. 

El enigma Lucha Reyes. Foto: El Comercio.

El enigma Lucha Reyes.
Foto: El Comercio.

Incluso, Lucha podría haber trascendido hasta nuestros días como ícono gay. También lo tenía todo para serlo. Canciones como “Tu voz” o “Como una rosa roja” son la banda sonora perfecta de los amores fallidos o imposibles. Pero básicamente los íconos gays en Perú son todos importados. Los transformistas de los ochentas imitaban a Madonna o Liza Minnelli. Hoy, cualquier cantante pop tiene lugar en el imaginario gay. No recuerdo que en el repertorio de alguna drag queen estuviese alguna estrella de la canción  criolla.

¿Nos han faltado aspirantes a íconos gays? Creo que no. Según la Wikipedia y el sentido común, un ícono gay no es necesariamente homosexual, basta con que haya luchado contra la adversidad o  que sea un modelo de elegancia y glamour. Sin embargo, en muchos casos, también comparte con la comunidad LGTB algunas características como  la pertenencia a un grupo marginal o históricamente  discriminado (ser mujer ya cumple este requisito, así que la mayoría de íconos gays son mujeres), o tener una vida sufrida o trágica. Por eso, Lucha Reyes pudo haber sido nuestra Judy Garland.

La leyenda dice que padeció tuberculosis (nadie se pone de acuerdo en esto, incluso se dice que su propio médico lo desmintió). Lo cierto es que su salud sí fue frágil la mayor parte de su vida. Sufrió maltratos de niña y, debido a su poca instrucción, hubo gente que se aprovechó de su talento. Después de sus fracasos amorosos y, pese a todo, la Morena de Oro logró superar la adversidad y convertirse en ícono de la canción criolla, cantando sobre amores trágicos o perdidos, canciones escritas por grandes compositores como Chabuca Granda o Modesto López Otero. De hecho, la misma Lucha convenció a la poeta Gladys María Pratz, contra lo que la escritora creía, de que componga una canción de amor comercial. De ahí nació “Como una rosa roja”, cuya letra e interpretación no tienen nada que envidiarle a las canciones de Adele. 

 Pero Lucha se fue temprano. Murió a los 37 años, de un infarto producto de la diabetes que padeció desde joven. Dicen que Lucha conocía el sino que la esperaba, y que por ello le pidió al compositor Pedro Pacheco que le creara un tema de despedida. Y ese tema fue «Mi  última canción”.

Mi interpretación favorita de la Reyes es «Tu voz». La letra es autoría del poeta tacneño Juan Gonzalo Rose, a quien le gustaban los hombres y probablemente también sabía de amores fallidos. Esta canción, en esta precisa versión, compuesta por un hombre homosexual e interpretada por una mujer negra, tenía que haber sido un himno gay o, al menos, la banda sonora de los amores marginales. La letra recuerda al ser amado, evocándolo metonímicamente por su voz. Lucha la interpreta con el suave y vibrante tono que la caracterizaba. La tristeza es serena y se transmite en una vibración limpia, pero fuerte. Lucha Reyes cantaba como si sus cuerdas vocales estuvieran detectando un sismo. 

 

*Esta post es una versión aumentada de un artículo que escribí para Revista Nexos.

 

 

Documental de Javier Ponce Gambirazio


Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada