Le pueden decir la Venecia amazónica, pero este reportaje sobre Belén tiene una opinión distinta

Foto: http://blog.apimages.com/

Muchos conocen a la comunidad de Belén, en Iquitos, como la Venecia amazónica.  Sin embargo, detrás de este nombre romántico que nos hace imaginar góndolas por todo el Amazonas, irrumpe una realidad cruda y distinta.

La agencia AP viajó hasta la comunidad de Belén para conocer la vida de las personas que tienen que pasar la mitad del año rodeadas de agua y lo que encontraron no solo fueron los paisajes hermosos de la Amazonía, también vieron mucha pobreza y desnutrición.

«La comunidad se ve afectada por diversos males. Según las estadísticas oficiales, el 40 por ciento de los niños en Belén sufren de desnutrición y el 66 por ciento de toda la población es pobre. El Ministerio de Salud de Perú dice que los habitantes sufren comúnmente de enfermedades respiratorias, así como de enfermedades diarreicas causadas porque las personas y los animales defecan muy cerca del río».

Los niños son los más afectados por vivir tanto tiempo rodeados de agua. Según AP, muchas de las madres cuidan que los recién nacidos no caminen por los bordes de las casas porque podrían caerse al agua y ahogarse. Y, además, los escolares tienen que usar botes para poder trasladarse hacia sus colegios, que muchas veces ya están inundados.

«Las madres mantienen una estrecha vigilancia sobre los niños pequeños que están aprendiendo a caminar para asegurarse de que no caigan en el agua; la prensa local informa de una o dos ahogamientos infantiles cada año. Niños en edad escolar son transportados a la clase en pequeños botes».

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La vida de las personas de Belén transcurre así de enero a junio, época en la que el río crece y cubre todos los caminos de tierra. Durante este tiempo, la única posibilidad de movilizarse es usando botes, canoas o, para los más avezados, nadando.

La solución podría pasar por reubicarlos, aunque, según AP, la mitad de las personas no están de acuerdo en mudarse porque consideran que el nuevo lugar estaría muy lejos de sus centros de trabajo.

Mientras tanto, a ellos solo les queda esperar la otra mitad del año, cuando por fin podrán volver a correr.

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