noticias , violencia Miércoles, 12 noviembre 2014

Matan a un periodista de Cañete y Urresti decide resolver el caso… peleándose en Twitter

Fernando Raymondi estaba en el último ciclo de Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Martín de Porres. Tenía 21 años y su graduación hubiera sido en dos semanas. Empezó trabajando como practicante en el archivo de la revista Caretas y después pasó al área de investigación con Américo Zambrano.

El asesinato

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Era de Cañete y todos los fines de semana visitaba a su padre Hilario Raymondi. Era hijo único y en su casa de la avenida 28 de julio, en esta provincia de Lima, tenían una bodega. Precisamente fue en este lugar donde el domingo –justo cuando ya iban a cerrar la tienda y Fernando estaba por volver a Lima– dos delincuentes lo asesinaron. Aparentemente, intentaron asaltar la bodega. Aparentemente. Porque pese a que Fernando les indicó el lugar donde se guardaba el dinero de la tienda, le dispararon en el pecho para matarlo. Así lo explicó su padre:

“De un momento a otro, el ladrón le apuntó de arriba hacia abajo. Mi hijo estaba medio inclinado y le disparó” 

Los delincuentes escaparon en una mototaxi.  El periodista no resistió y murió cuando ingresaba a Emergencias del Hospital Rezola de Cañete. Las pericias han determinado que recibió dos proyectiles con armas calibre 9 milímetros.

¿Quiénes y por qué lo asesinaron ? Según ha declarado su editor, estaba investigando –por su cuenta– el sicariato en Cañete, una provincia donde los crímenes por encargo son cada vez más frecuentes. ¿Qué dice la Policía? ¿Qué dice Urresti? ¿Por qué tanta alerta, porque es periodista? Tafur responde muy bien estas dos últimas preguntas:

Que alguien sea capaz de asesinar a un periodista para evitar que haga su tra­bajo de investigación, implica, primero, que la gravedad del delito que se iba a denunciar es enorme, y, segundo, que su auto­percepción de impunidad es tan grande que no le interesa en absoluto la repercusión que el crimen pueda tener. Y ambas circunstancias lo que revelan es un inmenso grado de crecimien­to del crimen organizado.

Por ello la alarma, no porque los periodistas nos sintamos ciudadanos de primera categoría y creamos, en consecuencia, que lo que nos ocurra merece mayor atención respecto de lo que le pueda suceder al resto de ciudadanos.

Esto es lo que está pasando con el caso de Fernando Raymondi, el segundo periodista asesinado en Perú este año.

 

1. Para la PNP, fue un robo frustrado

Foto: El Comercio

Foto: El Comercio

Las investigaciones recién han iniciado, pero el director general de la Policía, Jorge Flores Goycochea, parece que la tiene «clara». Rápidamente ha descartado que Fernando haya sido asesinado por sicarios. Ha dicho que esto se trata de un «intento de asalto con consecuencia de muerte«. ¿No escuchó lo que contó el padre? ¿Sabe que no robaron nada pese a que les dijo dónde estaba la plata? Sí, los «asaltantes» no se llevaron nada.

«(Fernando Raymondi) estaba en la puerta de la bodega de su padre con un amigo cuando llega un motocar con dos individuos que lo apuntan con un arma de fuego. Los hacen ingresar a la tienda. En ese momento sale el padre y se origina una confusión porque el compañero ingresa al domicilio, cierra la puerta y ahí se produce el disparo. La hipótesis que maneja la policía no es sicariato, sino un intento de asalto frustrado con consecuente muerte«, comentó Jorge Flores Goicochea, director de la Policía.

Sin embargo, según una alerta del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys), cuando Fernando reconoció a uno de los delincuentes, este le disparó. Eso y el testimonio del padre, testigo del asesinato, evidenciarían que no solo se trataba de un robo y genera la sospecha de que fue asesinado por encargo del crimen organizado. Y no solo porque los criminales huyeron sin llevarse ni un sol ni nada de la tienda.

 

2. Investigaba el sicariato en Cañete

Foto: La República

Foto: La República

¿Por qué matar a un joven universitario de 21 años? ¿Qué hizo este practicante de Caretas para que quieran desaparecerlo? En un primer momento, circuló la versión que Fernando estaba investigando sobre el sicariato en Cañete por encargo de la revista donde trabajaba. No es del todo cierto.

Así lo cuenta La República:

Compañeros del referido periodista, de 21 años, contaron que este les confió hace unas semanas su interés por desentrañar a las mafias de construcción civil que lucran extorsionando a constructoras en el llamado ‘sur chico’.

Sin embargo, representantes de la revista en la que laboraba Fernando señalaron no haberle encomendado una investigación de ese tipo. No obstante, no descartan que haya estado desarrollando dicha labor por cuenta propia en sus días libres.

En los principales distritos de Cañete (San Vicente, Imperial, Mala, Chilca y hasta Asia) las bandas de sicarios han asesinado a más de 60 personas en los últimos dos años. Incluso, un día después del asesinato de Fernando, sicarios mataron a tres personas en esa provincia. Dos de ellos fueron ejecutados en Imperial y el otro en Mala. ¿Por qué tanta violencia? Por el control de las obras de construcción civil, así como ocurre al norte, en Barranca.

Este es, digamos, el segundo elemento para que la Policía pueda descartar que es un simple asalto a mano armada. Aún así, para el director de la PNP, no cuenta y tendría todo resuelto.

 

3. Urresti se pelea en Twitter

Foto: Perú21

Foto: Perú21

Ahora sí, ¿qué ha dicho Urresti de este caso? Apenas se supo del asesinato, envió a un destacamento de la Dirección de Investigación Criminal encabezada por el general Lavalle. No obstante, él estuvo al lado de Goycochea cuando dijo que la Policía está tratando el caso como «un intento de robo con consecuencia de muerte». ¿También está de acuerdo con esto pese a varias sospechas?

Por esto, la periodista Rosa María Palacios y el ministro, se pelearon en Twitter. Porque al parecer pelearse en Twitter es una nueva obligación ministerial:

Paradójicamente, como ha escrito Augusto Álvarez Rodrich en su columna,  es curioso que Urresti esté a cargo de la indagación porque el ministro «está acusado de haber participado en el asesinato de otro periodista de la revista Caretas, hace veintiséis años«.

Por si se olvidaron, Urresti está procesado por el asesinato de Hugo Bustíos en Ayacucho, también periodista de esa revista.