periodismo , politica , violencia Domingo, 27 enero 2008

Mirko Lauer y los efectos del juicio a Fujimori

fuji.JPG¿Estoy perdiendo capacidad de síntesis o esta columna de Lauer es realmente tan buena que no me queda otra que robármela completa? Por ahí enfatizo y linkeo un poco:

Camino de su séptima semana, el juicio a Alberto Fujimori sigue bastante fuerte en la atención de los medios. Muchos (incluido este columnista) pensaron que el interés se desinflaría en muy poco tiempo, como sucedió con el juicio de Vladimiro Montesinos. Pero un ex presidente suena más que un asesor, y Fujimori además tiene una claque paralela de parientes y contratados que animan mucho la fiesta.

El juicio a Montesinos viene siendo sombrío, en buena medida por el personaje y su disciplinado silencio. En cambio la presencia misma de Fujimori ha tenido desde el inicio ribetes de picaresca. Esto ha mantenido a los medios en fa y ha producido algunos efectos políticos, sobre todo entre los propios fujimoristas, si todavía es posible referirse a ellos como un solo bloque.

La topografía del fujimorismo se ha dividido claramente entre la familia con su entorno y quienes creían estar llevando la antorcha de un movimiento político de los años 90. Además el factor japonés (esposa, gobierno, políticos de extrema derecha) ha tomado perceptible distancia frente a Fujimori y las dos formas de fujimorismo realmente existente sobre el terreno peruano hoy.

Otro efecto importante ha sido poner en evidencia los alcances del entendimiento gobierno-fujimoristas. Hoy se ve que no eran tan fuertes como parecía. Sobre todo cuando se hizo evidente que los famosos 13 votos en el Congreso no eran realmente tan necesarios en un contexto de convergencias universales hacia un sentido común de derecha. Además el fujimorismo aun no tiene otra dirección hacia la cual votar.

A la gran mayoría de los fujimoristas que circulan en cargos o situaciones expectantes ya el gobierno de Alejandro Toledo les había lavado la cara, por las más variadas razones. El actual gobierno recogió a muchos de ellos, pero hoy ninguno está expresando simpatías públicas por Fujimori. Lo cual es notorio en el caso de los líderes empresariales que fueron afectos a «la dirección correcta».

Las semanas del juicio también han echado por la borda la leyenda urbana de la capacidad de movilización con que amenazaban los equipos de Fujimori. Todo ha terminado en el tempranísimo pedido de indulto (léase reconocimiento de culpa) que hace el hermano Santiago Fujimori, mechado con su amenaza de guerra civil, un papel que hasta aquí parecía reservado al musculoso hijo Kenyi.

Pero el telón de fondo del juicio ha sido una recuperación del prestigio del Poder Judicial en la conducción de un juicio delicado. Los propios fujimoristas reconocieron hasta un momento que el procedimiento viene siendo llevado con la necesaria imparcialidad.

Vamos, pues, cuando la hija regrese de sus nuevos estudios, a encontrar un panorama completamente diferente.

Esto último es increíble. La hija se lanza con un nuevo partido político y luego se larga y deja todo a medias, ¿¿para terminar los estudios que inició con NUESTRA plata?? Disculparán la metáfora fácil, pero eso en mi barrio se llama tacto de elefante.