narcotrafico , politica , violencia Lunes, 19 noviembre 2007

Dame tu nombre

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La última del Anticristo, vía Andina:

El presidente de la República, Alan García, anunció hoy que dará a conocer al país la lista de mil 800 acusados por terrorismo que han sido liberados en los últimos años, para que la población conozca su identidad y sepa cuál es su actividad actual.

“Voy a entregar al país la lista de los mil 800 terroristas para que todos sepan exactamente vecinos de quién son y qué cosa están haciendo cada uno de los liberados. No podemos caer en la candidez de decir que se han transformado absolutamente y porque juraron sobre la Biblia ser demócratas, son realmente demócratas”, expresó. (…)

“Hay que someter a toda esta gente a restricciones porque no puede ser que salgan de las cárceles los acusados por terrorismo para estar agitando nuevamente las calles, para estar radicalizando protestas, para volver a crear generar núcleos semiterroristas o terroristas, tanto en la sierra como en algunas universidades”, subrayó.

Por ello, anunció la entrega de una lista con el nombre de todos aquellos sentenciados por sedición y que han obtenido su libertad por diversos conductos.

Dejando de lado consideraciones cívicas -como, por ejemplo, la pesadilla inagotable de los cientos de inocentes encarcelados durante el fujimorismo, liberados por la Comisión de Hubert Lanssiers y ahora vueltos a marginar-, esto demuestra que el Gobierno no tiene la más sampepina idea de qué hacer luego de Ocobamba y Tayacaja.

O sea, a) los nombres de los liberados -inocentes y culpables- son manejados hace rato por los servicios de inteligencia, que son precisamente los encargados de la desconfianza estatal, y b) como que no es tan difícil cambiarse de nombre, ¿no?; ¿hace cuánto que Alan no pisa Azángaro?

Esto es lo más perversamente inútil que le he escuchado a Alan desde que quiso implantar la pena de muerte. No se conseguirá nada. Lo que está pasando en el VRAE tiene muy poco que ver con el SL orgánico que ha salido de los penales.

Francamente, a estas alturas lo que sí resultaría provechoso para la sociedad sería publicar –como lo prometieron– el padrón completo de apristas.

Eso sí sanearía el país.

Link: Cómo combatir a un viejo enemigo (Diego García Sayán)