ciencia , sociedad Miércoles, 21 febrero 2007

Religión versus ciencia

mi dios, el de monty pythonComo que nos recuperamos de la patinada de Little Luciana, comparto un hallazgo de pospost: un libro que recopila nueve conferencias de Carl Sagan en la Universidad de Glasgow, en 1985, sobre cuestiones fundamentales que (des)vinculan a la ciencia de la religión.

El libro publicado por Ann Druyan, su viuda, se llama «The Varieties of Scientific Experience: A Personal View of the Search for God». De un artículo del Herald Tribune

Since his death (la de Sagan), the public discourse on his favorite issues — the fate of the planet, the beauty and mystery of the cosmos — has not fared well. The teaching of evolution in public schools has become a bitter bone of contention; NASA tried to abandon the Hubble Space Telescope and censor talk of climate change; and religious fanatics crashed jetliners into the World Trade Center, which helped lead to a war in the Middle East that has awakened memories in some corners of the Crusades.(…)

Never afraid to venture into global politics, Sagan warns at one point of the danger that a leader under the sway of religious fundamentalism might not try too hard to avoid nuclear Armageddon, reasoning that it was God’s plan.

«He might be interested to see what that would be like,» Sagan wrote. «Why slow it down?»

But Sagan acknowledges that religion can engender hope and speak truth to power, as in the civil rights movement in the United States, but that it rarely does.

It’s curious, he says, that no allegedly Christian nation has adopted the Golden Rule as a basis for foreign policy. Rather, in the nuclear age, mutually assured destruction was the policy of choice. «Christianity says that you should love your enemy. It certainly doesn’t say that you should vaporize his children.»

Druyan cuenta que el resurgimiento del fundamentalismo la convenció de rescatar y publicar estas conferencias (dictadas como parte de las tradicionales Gifford Lectures, sobre teología natural).

Originalmente, ella y Sagan habían planeado usarlas para una nueva serie de televisión -llamada «Ethos», una secuela de «Cosmos«- acerca de las implicancias espirituales de la revolución científica. Otro extracto del artículo:

Near the end of his book, Sagan parses the difference between belief and science this way: «I think if we ever reach the point where we think we thoroughly understand who we are and where we came from, we will have failed.»

A propósito, Danza Invisible me recomendó varios links sobre la Teoría de las Membranas o «Teoría M«. La verdad, de lo poco que he leído (y entendido) de ella y de la Teoría de Cuerdas, siempre me han parecido intentos desesperados de mistificar las explicaciones de la ciencia: una forma de encontrarle un sentido -un diseño inteligente- a un universo que posiblemente no lo tenga.

Pero ésa es sólo mi opinión de lego.

Si no tienen idea de qué es la «Teoría M», la respuesta es sencilla. Se trata de la evolución de lo que Einstein buscó y jamás encontró: La Teoría de Todo. Pueden encontrar una excelente explicación, paso a paso, en este link de la BBC, que es la transcripción de un didáctico reportaje sobre el tema.

Admito que -en el fondo- a mí también me gustaría que fuera verdad. Así, nuevamente, el Multiverso tendría sustento científico. Y todos mis cómics -mi religión- serían realidad.

Archivo del Útero: Diez años sin Carl Sagan (20/12/06)