La criollada literata
Marco Sifuentes
tú lee nomás
El último escandalete en el mundillo literario peruano es la acusación de plagio que enfrenta Alfredo Bryce Echenique.
Según un tal Herbert Morote, Bryce copió extractos de un artículo suyo sobre la educación peruana y los publicó en un artículo de El Comercio titulado La educación en ruinas.
Bryce, of course, ha negado la inmoralidad. Y los escuderos de siempre han recordado las malas costumbres del tal Morote, usual puñalero por la espalda de «sus amigos escritores».
Hasta aquí no hay nada que escape de lo usual en ese Liliput de envidias que es la literatura peruana. Envidias cuyos destinatarios suelen ser los «criollos», la famosa argollita de regios de «talento irregular pero fama constante».
Hasta aquí, decía, nada nuevo.
Acá lo nuevo: un grupo de periodistas de un medio nacional acaban de reconocerse en las páginas de un libro de reciente publicación. Esto podría ser más grave que lo de Bryce porque estos coleguitas -a diferencia de Morote- sí tendrían cómo probar la autoría previa de esos textos.
No puedo publicar ningún dato más; en parte porque no estoy autorizado y en parte porque ni los periodistas ni su medio aún han decidido si denunciarán el plagio o no. Pero ya ven que cunde la criollada. ¿Saldrán los mismos escuderos a defender el nuevo plagio?
UPDATE: La foto de arriba es la única que he podido encontrar de un tal Faverón, que es muy picón, y que, desde su blog, me dice «chusma, chusma». Según él, este post es una muestra de que la televisión me ha convertido en algo tan deleznable como, qué sé yo, el hijo de Oswaldo Reynoso con la Vaca Profana. Para saber más sobre el tal Faverón, haga clic aquí.
Link: Comunicado de Alfredo Bryce Echenique
Blog: El problema del sujeto tácito (por un tal Faverón)
Blog: Faverón: Un compte occitan (en el blog de Reaño, 16/02/06)
Archivo del Útero: Respuesta al tal Faverón (17/02/06)
Más procrastinación
