corrupción , noticias , sociedad Jueves, 19 febrero 2015

Esta es la historia de los dos marinos acusados de traición a la patria por espiar para Chile

Diego Pereira

I'm back, bitches » @algunpereira » diego@utero.pe
Ellos son. Foto: La República

Ellos son. Foto: La República

Anoche, un reportaje de América Noticias reveló un suceso extraño, preocupante y que el gobierno hasta ahora no aclara: dos suboficiales de la Marina se encuentran recluidos en la Base Naval siendo juzgados por el delito de traición a la patria.

 

Así es la cosa

Uno de los suboficiales involucrados y el que único que quiso hablar con la prensa. Foto: América Noticias

Uno de los suboficiales involucrados y el que único que quiso hablar con la prensa. Foto: América Noticias

Uno de los suboficiales se llama Alfredo Dominguez y, según cuenta, tenía un sueldo deficiente, quería ganar un extra y apareció la oportunidad para lograrlo.

Alfredo, quien es analista de información de inteligencia de la Marina desde hace 20 años, fue contactado en el 2011 por unos supuestos empresarios italianos quienes le ofrecieron el «extra» que necesitaba a cambio de los reportes de pesca del Perú. 200 dólares por informe entregado.

Él dice que nunca sospechó, pero el reportaje nos deja en claro que esta es información clasificada y Alfredo la guaneó terriblemente al soltarla así nomás. Otra cosa: el suboficial no recuerda cómo se llamaba esa empresa.

El otro suboficial se llama Johnny Philco Borja y también cayó por el mismo problema, solo que él fue reclutado por «los italianos» en el año 2006. Sin embargo, Johnny tiene algo más que decir, según El Comercio:

«Voy a decir cómo fue la cosa. Van a ser afectados, tendrán que asumir su responsabilidad»

Pronto, dice, dirá quienes más han están metidos en este problema. Tiemblen, marinos.

 

La verdad de la milanesa

Como imaginarás, los empresarios italianos no eran empresarios ni eran italianos. Eran oficiales militares chilenos. ¿Ninguno de los dos oficiales se dio cuenta que estas personas no eran italianos o realmente tenían un acento muy convincente?

Como fuere, toda la operación fue detectada por agentes de contrainteligencia, quienes fueron alertados por los constantes viajes al extranjero de los suboficiales. Si bien Philco no quiso entrar en detalles de su caso, Dominguez reveló que sus viajes a Brasil (donde se contactaba con «los italianos») fueron entre julio del 2011 y junio del 2012.

 

Se tiran la pelota

El ministro de Defensa, Pedro Cateriano, sacando la cara por el gobierno nos aclara algo que no nos deja muy tranquilos:

Así lo cuenta Wilber Huacasi en La República:

“Actualmente existe un tercer caso en investigación”, señaló Cateriano, al tiempo de precisar los periodos en los que se habrían efectuado los actos de filtración: “En el caso del investigado Philco, (fue) entre los años 2005 y 2012; en el caso del investigado Domínguez, entre 2011 y el 2012, y el tercer caso, el de Gonzales, entre 2010 y 2012”.

Según fuentes de La República, los investigados formarían parte de una red de personal militar dedicada a estas prácticas de filtración de información castrense.

Insistimos en caso se les haya pasado: HAY UNA RED MILITAR DEDICADA A ESTO, así que fácil son más de tres.

Cateriano obviamente aclaró que el problema «viene del otro gobierno». Classic Cateriano. Según Ántero Flórez-Araóz, quien fuera ministro de la misma cartera (y a quién podría caerle el guante), Cateriano está queriendo politizar la situación.

Pero lo cierto es que el ministro ya pidió ir al Congreso para explicar todo, madrugando a los parlamentarios que todavía no pedían nada.

Por otra parte, no hay evidencias que estos suboficiales hayan seguido filtrando información luego del fallo de La Haya, lo que indicaría que esto es un rezago de las tensiones que se vivieron hasta diciembre del 2013 (recordemos que en La Haya los informes de pesca fueron claves).

Sin embargo, de ser culpables, sí merecen la condena.

Ojo: traición a la patria no es pena de muerte, dado que no estamos en un caso de guerra externa, por lo que en este caso amerita únicamente una pena entre 25 a 35 años de cárcel.

Diego Pereira

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