GCU Martes, 30 septiembre 2014

INÉDITO: el conductor de GCU sale del clóset en vivo y no podrás creer lo que hace con sus medias rosadas

En el ensayo satírico titulado “A Modest Proposal” de 1729, el escritor Jonathan Swift propone que para lidiar con los excesivos impuestos y la pobreza los campesinos irlandeses deberían ofrecer sus hijos a los terratenientes para que se los coman. Muchos contemporáneos, sin darse cuenta de su intención paródica, criticaron el texto por ser “de mal gusto”.

“Cuando te ríes de algo que está mal, esto pierde mucho de su poder”, escribió Kirk Honeycutt reseñando la sátira de Sacha Baron Cohen.

Después de 9 episodios y un tráiler, ha terminado la primera temporada de Gente como Uno (GCU). Hemos tenido alrededor de 30 mil visitas hasta el día de hoy. Durante las 10 semanas en que se publicó un episodio nuevo en Utero.pe cada miércoles, no hemos respondido las muchas críticas ni las valiosas felicitaciones por el programa. Aquí algunas reflexiones.

¿Qué carajo es GCU?

me has hecho reflexionar

GCU es, en principio, una parodia de un programa periodístico de entrevistas. Resaltamos el carácter paródico a través de un aspecto visual “home made” y mal hecho que lleva al ridículo los clichés de programas televisivos y delata su carácter artificial. Las imágenes sensacionalistas, los disfuerzos del conductor y los abruptos cortes de edición apuntan también a las malas prácticas periodísticas y a la imposibilidad de un honesto intercambio de ideas en los medios de hoy.

 

¿Quién es ese imbécil?

El entrevistador es un personaje que encarna algunos de los peores vicios de nuestra sociedad y del discurso en los medios peruanos: es sexista, homofóbico, racista, clasista, conservador y, sobre todo, cree en el “progreso”, cueste lo que cueste. Es, además, ignorante y mal informado. Sus preguntas absurdas están cargadas de premisas erradas. Sin embargo, están basadas en una realidad podrida: son la exageración ridícula de los prejuicios silenciados o “encaletados” que mucha gente demuestra en la vida diaria y en los medios masivos.

deal with it

Yo he encarnado al entrevistador. No me fue demasiado difícil, aunque no tengo formación actoral. Desde hace más de 15 años me he dedicado a hacer entrevistas de política, artes y entretenimiento para medios locales e internacionales. Conocer el género era algo indispensable para parodiarlo. Se trataba de exacerbar hasta el ridículo aquello que vemos a diario en señal abierta. Por otro lado, he vivido buena parte de mi vida en Lima. Así que, como diría un ex-presidente, conozco a mis pescados. Los 10 años que he pasado fuera del Perú me han dado la distancia crítica para confirmar qué tan cagados estamos.

 

El humor peruano

Desde que tengo memoria, el humor audiovisual peruano consta de chistes de mariconcitos, la explotación de estereotipos raciales, étnicos y de género, y de slapstick y tortazos en la cara. Los medios y la prensa, especialmente durante la época de Fujimori, convirtieron este humor incluso en arma política. Y lo peor, consolidaron una audiencia que dura hasta hoy. Quizá por eso alguna gente que vio GCU creyó que era un programa “de verdad” y que el entrevistador era un mal periodista y no uno de ficción. “Este es un perfecto imbécil. No sabe ni el nombre de Alan García”, escribió con ternura la colega Patricia Del Río. Y centenas de ustedes.

Buena parte de los comentaristas encolerizados jamás captaron la ironía. Aquellos están desahuciados. Otros—los bienpensantes, políticamente correctos y quizá formalmente más educados en las “ciencias” humanísticas y sociales— vociferaron indignados que esto era impresentable, incluso como sátira. Quizá hayan críticas que tengan alguna cabida, pero ustedes se toman demasiado en serio y qué aburridos con sus textitos pontificadores. Para el resto, de ustedes es el reino de los cielos.

 

¿Por qué no me da risa?

La primera vez que vi “Da Ali G Show”—el mítico programa de Sacha Baron Cohen en el Reino Unido y luego en Estados Unidos que popularizó a Borat, Ali G y Bruno— no me reí. Me sentí incómodo (aunque nunca tanto como las personalidades y agrupaciones que lo denunciaron por homofóbico, antisemita, racista y denigrante, sin saber que era un judío practicante y progresista que atacaba las mismas raíces de estos problemas). Entonces confirmé que la carcajada fácil no es el único tipo de humor. Andy Kaufman ya había explorado estos territorios. Así descubrí que Baron Cohen era un genio y, de hecho, una de las principales influencias de GCU, a la que sin duda, por nuestra ineptitud, no le hemos hecho justicia.

Pero de Da Ali G Show tomamos el tipo de acercamiento con las preguntas. De Stephen Colbert un poco de la configuración ideológica del personaje. De In-between-Two-Ferns (con Zach Galifianakis) esos momentos absurdos e incómodos. Vimos también a Liniers, a Cualca y, por supuesto, a Capusotto. Los rollos de George Carlin y Louis C.K. también dieron vueltas por ahí. Pero sobre todo, nos dedicamos a inventarnos algo propio y bizarro.

Guste o no, este experimento de sátira periodística políticamente incorrecta explora áreas que, al menos yo, no he visto en los medios audiovisuales peruanos.

Por fin alguien que nos entiende

Es cierto que este tipo de humor no será masivo en nuestro país por mucho tiempo. Pero, como decía el escritor argentino Martín Caparrós, “saber que uno no va a conseguir algo, no debería ser una buena razón para dejar de hacerlo”.

Después del tercer o cuarto episodio, un amigo me escribió: “Ya entendí, más o menos, el rollo de tu programa. Así que no eras tan imbécil como el entrevistador”. Le respondí de inmediato: “No soy ESE tipo de imbécil”. Tampoco es cuestión de negar mi talento natural para la imbecilidad.

 

¿Todo tiene su final?

¿Irá Perú a Rusia 2018? ¿En realidad Mick Jagger se tiró a Monique Pardo? ¿Será Marco Sifuentes el verdadero conductor de GCU? ¿Saldrá Alan García elegido en el 2016? ¿Es en realidad Susana Villarán la versión marihuanera de Lourdes Flores? ¿Seguirá Castañeda manteniendo una relación sentimental con su asesor Martín Bustamante? ¿Cuántas drogas se consumían durante las grabaciones de GCU?

Las grandes preguntas del Perú persisten, pero ha terminado nuestra primera temporada. Y es el momento de agradecer. Primero, a los entrevistados, a quienes siempre les dijimos de qué iba el programa. Y tuvieron la correa de soportar las preguntas del entrevistador y, en la mayoría de los casos, de entrar al juego con buena onda.

Gracias también a todos los que participaron en la producción y a los amigos que nos apoyaron. Como cantaba Charly García: “El más cuerdo es el más delirante”.

GCU ha sido creado y escrito por mí, y por mi amigo y productor Luis Alejandro Delgado.

Y parafraseando a Fidel (¿o fue Fujimori?), la historia nos exculpará. Pero por ahora agrego que fue divertido y puro rocanrol. Literalmente, de garaje.

gcu1

Nos verán volver. O no.

Por ahora, les dejamos aquí los tres episodios más vistos y comentados.

1) Carla García: “Nunca he masturbado a un perro”

2) Le preguntamos a un rockero peruano sobre el k-pop y su respuesta te hará fumar coca. Entrevista al músico Walter Cobos

3) ¿Son los artistas más especiales que usted? Entrevista con la artista Luisa Fernanda Lindo

Gracias Útero, gracias Perú.

(Paul Alonso)