noticias Jueves, 29 octubre 2015

«Selfies Otoñales», por Renato Cisneros

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La modelo condenada y el descondenador. Foto: La Mula

 

Escribe Renato Cisneros

Una foto no siempre es incriminatoria. En muchas ocasiones pone más en evidencia los propósitos de quien la difunde que el supuesto delito de quien aparece en ella. En nuestra sociedad, sin embargo, una fotografía suele ser una prueba irrefutable de algo, aunque no sepamos de qué. La denuncia del «selfie» que una ex burrier se tomó con Alan García es una clara muestra de nuestra propensión a ver hechos condenables en todas partes.

Ahora bien, tampoco es gratuito que padezcamos esa hipersensibilidad. Por un lado, es secuela del asco visceral que nos produjera aquella no tan antigua temporada de vídeos que acompañó el descalabro del fujimorismo; y, por otro, es producto de la descarada inequidad que emana de un sistema judicial corrompido, tradicionalmente benévolo con los peces gordos. Eso explica nuestro trauma, nuestro estado de alerta y suspicacia, nuestra injustificable pero comprensible necesidad de dictar sentencia mediática ante el primer indicio aparente.

Está probado que el vicioso sistema de otorgamiento de indultos carcelarios puesto en marcha durante el segundo gobierno de García fue resultado de una política de impunidad que benefició a miles de narcotraficantes. El ex presidente no se ha librado del todo en ese proceso y es allí donde debe respuestas al país, donde debe sentir la presión periodística.

Soy de los que piensa que García no debe gobernar el Perú por tercera vez. Hay suficientes temas alrededor suyo que siguen judicialmente pendientes como para darle una nueva oportunidad de blindarse con el fajín presidencial. Por eso, cuando se le examina hasta por las fotos que le toman en un restaurante, se produce un ruido innecesario que acaba por trivializar lo verdaderamente grave.

La foto con Gia Rogers no dice nada concreto del «narcoindultador» al que debemos vigilar en la campaña. En el mejor de los casos, tan solo confirma su aburrida fama de galán crepuscular.

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Publicado en la edición de hoy en La República.