¿Por qué hay que ir a ver la nueva película peruana «Magallanes»?

Magallanes, opera prima de Salvador del Solar, ha entrado a cartelera comercial este fin de semana con una taquilla aún pequeña (13,500 espectadores, según cifras oficiales). Es una lástima, dada la calidad de una película peruana con algunos buenos argumentos a su favor.

1) Magaly Solier

Voy a decirlo sin tantos aspavientos: Magaly Solier es probablemente la mejor actriz de cine actualmente en el Perú. Su actuación en esta película lo confirma. La cantidad de matices que su personaje – una mujer que guarda un secreto muy vinculado a un pasado oscuro, que desea esconder a como dé lugar – aporta se magnifican con su presencia. Solier es como una figura demasiado poderosa, la cámara la ama y ella sabe lo que debe hacer. Extraordinaria actuación. En lo personal, creo que es lo mejor de Magallanes. Merecido premio a mejor actuación femenina en el Festival de Lima.

2) El cast de actores

Bastante sólido. La presencia de Damián Alcázar brinda solvencia a un personaje complejo, cínico pero cobarde, incapaz de moverse por sí mismo, constantemente tentado al fracaso, condenado a ser segundón. A través de él, se sigue el relato de idas y vueltas que afirma, con cinismo, que el único perdedor. Un Federico Luppi cuyo personaje demacrado, deteriorado por el tiempo y la enfermedad parecen ser solo el preludio de una comedia de equivocaciones. Mención especial a la participación de Bruno Odar, atormentado por el alcoholismo y los fantasmas de la guerra sucia.

Damián Alcázar se pone la película en sus hombros. El resultado es notable.

3) Un trabajo muy interesante de producción

Las búsquedas de detalles en la película son siempre bienvenidos (salvo por ahí algún montaje fotográfico insuficiente). Un trabajo pulcro y eficiente, que ayuda acompañando con calidad el desarrollo de la trama. Puntos bonus para las placas de los carros que se usan.

4) La narrativa

Me parece muy paja el desarrollo de las escenas de tensión y de suspenso en Magallanes. A pesar de su componente dramático mayoritario, hay un uso adecuado de la musicalización y de las atmósferas para crear expectativa, angustia y desazón por el destino de los personajes. La búsqueda de un estilo visual propio lleva en varios momentos a darnos increíbles escenas (hay una crisis de pánico de una de los protagonistas que la hace correr hacia la cima de un cerro, de noche, con la ciudad iluminada abajo, demoledora e inolvidable escena).

Magaly Solier, la mejor actriz de cine en el Perú. Con «Magallanes» lo corrobora.

5) Abordar de modo inteligente un drama nacional

A estas alturas ya es sabido que Magallanes aborda como tema central el espinoso y doloroso tema de los abusos cometido por miembros de las fuerzas armadas contra algunas mujeres de las zonas de emergencia durante la guerra contra el terrorismo. Acá, el tema es directo y crudo, sin ser panfletario. Hay una crítica, sí, pero también un recordatorio. La sutileza, que descansa en las imágenes antes que el discurso machacón y muy obvio (que he visto en algunas otras películas nacionales) permiten que la historia agarre su curso, libre de la treta y la trampa, y permita que el espectador encuentre respuestas, por más dolorosas o desoladoras que puedan ser.