corrupción , politica Jueves, 2 agosto 2007

The plot thickens

foto: Fidel Carrillo PERÚ.21El señor que intenta tapar la cámara de Fidel Carrillo, fotógrafo de Perú.21, se llama Walter Vásquez Bejarano, hasta el año pasado fue el Presidente del Poder Judicial y todavía es tío de la congresistas aprista Tula Benítez, más conocida como la «Conchaya del Apra».

Vásquez Bejarano fue captado el 25 de julio en Santiago de Chuco, saliendo del local de una tal Clemencia Ulloa, quien resulta ser la misteriosa mujer que cobraba el sueldo del trabajador fantasma de Tula.

El trabajador fantasma se llama Juan Carlos Cuadros y también es cercano al magistrado. Según la investigación publicada hoy por Perú.21:

Como se recuerda, Cuadros había confesado a Perú.21 que sus vínculos con el magistrado lo llevaron a figurar en la planilla de la parlamentaria trujillana. Incluso, refirió que cuando Benites no le cumplía el acuerdo monetario por haber entregado la tarjeta bancaria, su ‘contacto’ le comentó: «Ya te van a dar».

A ello se agrega las declaraciones de otro ex trabajador de la congresista trujillana, Eli Orlando Barreto Rojas, quien afirma que una vez vio a Cuadros en el despacho de la legisladora y, cuando preguntó por él, se le dijo que «trabajaba para Tula Benites en el Poder Judicial».

Ante la Comisión de Ética del Congreso, el empleado ‘fantasma’ reveló que la persona que «lo ayudaba» con los retiros bancarios en Trujillo era Clemencia Ulloa, quien vive y trabaja en Santiago de Chuco.

La interrogante que no ha podido ser respondida por Benites ni por Cuadros hasta ahora es ¿por qué dicho trabajador ‘fantasma’ no usaba los cajeros electrónicos del Banco Continental instalados en los diferentes edificios del Poder Legislativo en Lima? Según la versión de Cuadros, este iba a Trujillo pero, paradójicamente, no era él quien retiraba el dinero del cajero ubicado en las calles del centro de esa ciudad sino que le encargaba a una mujer, que vivía a seis horas de distancia, para que lo hiciera.

Creo que, a estas alturas, no es exagerado especular que el sueldo del trabajador fantasma era convenientemente reciclado dentro del angurriento círculo de la congresista Tula. Bueno, pues, sentémonos a esperar que el Congreso desafuere a Tula como desaforó a la Canchaya y a Menchola.