comics Miércoles, 7 marzo 2007

La muerte del Capitán SPOILER

La advertencia de spoiler va para mis amigos de España. El resto del mundo se enteró en los diarios de hoy. Esta es la imagen del día:

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Enmarrocado, en las gradas de la corte donde se le juzga por rebelión, Steve Rogers cae bajo las balas de un francotirador contratado por el Cráneo Rojo.

Así muere la encarnación de los mejores valores norteamericanos, equivocadamente visto por la mayoría -ciertos guionistas incluidos- como un símbolo del imperialismo yanqui.

Éste es el epílogo de Civil War. Contra la corriente, la historia es buena (aunque su ejecución no tanto). Un día, un grupo de superhéroes adolescentes buenos para nada están grabando un reality show cuando se topan con un grupo de villanos en serio. Y, para hacerla corta, explota medio pueblo (lean la historia aquí).

Así que el gobierno y su mascota, Iron Man, hacen lo que se suele hacer en estos casos: recortan las libertades de las minorías. Los superhéroes («living weapons of mass destruction») son obligados a revelar sus identidades en un registro y trabajar para la Casa Blanca. Pero un grupo liderado por el Capitán América, prefiere mantenerse en la ilegalidad y enfrentarse al gobierno.

Como también suele suceder en estos casos, la guerrilla del Cap no tiene ninguna posibilidad de ganar ni la batalla física, ni la de ideas y menos la mediática. La opinión pública, absolutamente sensibilizada respecto del descontrol de las peligrosas actividades de los metahumanos, apoya a Iron Man, Mr. Fantastic y el resto de superfachos. Así que en la batalla final, en una súbita revelación -que es el momento más estúpido de una buena historia-, el Capitán simplemente se rinde y es arrestado.

Eso fue la semana pesada. Y esta semana, cuando se iniciaba el juicio, el detestado Capitán fue asesinado.

Cuando, durante la Civil War, Spider-Man se unió al bando de Iron Man (luego -típico en él- se arrepentiría) conté un poco de esta historia y dije que el liderazgo rebelde del Capitán América no era sorprendente si teníamos en cuenta que el personaje era un liberal en el más amplio sentido de la palabra y un demócrata en el sentido militante del término.

Entonces, Ernesto me recomendó leer Truth: Red, White & Black, una controversial historia que vincula los orígenes del Capitán América con los experimentos médicos en la población negra de EE.UU. Muy recomendable para todos los que quieran sacudirse un poco esa imagen patriotera y tontorrona que la mayoría tiene de él.

Steve Rogers era un símbolo poderoso. Encarnaba como pocos la paradoja en la que se ha convertido la Tierra de la Libertad. Como dijo hoy su creador de 93 años, Joe Simon: «It’s a hell of a time for him to go. We really need him now.»

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(Pero lo siento, Morsa, dudo que su regreso sea más triunfal que el de Superman. Las sagas del Funeral y del Reino son insuperables.)