La engordadera en Máncora
Cuando vayas a Máncora recuerda que no sólo puedes tostarte, mojarte y drogarte. También puedes empacharte.
Y para empacharse a la altura de las otras actividades mancorinas, aquí tienen un par de recomendaciones simplemente imprescindibles. Una para almorzar y otra para cenar. Apunten.
Durante el día se pueden empujar esta maravilla que ven en la foto. Un rico majarisco (para los lectores off-Peru: una especie de paella marina hecha de plátano verde machacado con salsa de mariscos).
Sin lugar a dudas, el mejor majarisco de Máncora -y que me perdonen todos los demás- es el de Las Gemelitas. Es el típico restorancito de provincias, cerca del mercado. No recuerdo la dirección pero es facilísimo de llegar: todos los mototaxistas conocen el lugar.
Tienen que ir. Como el majarisco de Las Gemelitas no hay otro. Y el resto de platos están a la altura: cocina casera piurana hecha arte.
Por la noche pueden irse al otro extremo: La Sirena, un local más bien in, que ofrece a la vez cocina de autor y ropa de diseñador. Está en la avenida Piura, la principal, sobre la mano derecha. Si les alcanza la plata, pueden probar sus jugos y sus piqueitos, que son una delicia.
Pero que ni el Fenómeno del Niño les impida probar su Lasagna con conchitas.
Cómo les explico… ¿Les gustan las Conchitas a la parmesana? Ya. Ahora imaginen toda una lasagna con ese sabor potenciado. Yo me morí.
(Sí, Harry, me faltó tu langosta. Pero ése es otro post.)