Cholo soy y no me complazcas Jueves, 20 agosto 2015

Ni perros babosos ni gatos peludos: por qué un tiburón es la mejor mascota de todas

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).

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Éstas son las diez razones por las que amo compartir mi vida con CECIL JR., el tiburón blanco que adopté y que acompaña mis días desde que me mudé a Miraflores:

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1- Los tiburones no son tontos como los perros: no te vienen a lamer sólo porque eres su amo ni su rol es compensar la ausencia absoluta de amor incondicional hacia ti por parte de una persona racional.

2- Los tiburones no son egoístas como los gatos: un tiburón te adora y lo demuestra continuamente, enseñándote sus fauces y lanzándote innumerables dentelladas con el fin de comerte a besos.

3- Bañarte con tu tiburón siempre es una fiesta, porque le encanta permanecer en el agua todo el tiempo, sobre todo cuando está teñida de rojo.

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4- Un tiburón no se queja si le falta comida: se come al dueño. Es el ser menos hipócrita del mundo y te quiere como eres: un saco de carne de lo más nutritivo.

5- Un tiburón no te deja el cuerpo lleno de babas ni de pelos. Como mucho, de huesos tronzados, tripas sacadas y sangre a borbotones.

6- Un tiburón viene a tu lado cuando tú quieres, no cuando a él se le antoja: para llamarle, sólo tienes que dejar caer una gota de sangre de tu dedo y acude ipso facto, más feliz que unas castañuelas.

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7- No está en peligro de extinción, con lo cual te ahorras atraer a su causa a esos humanos atorrantes que se comportan como alimañas para defender el destino de animales que nunca han visto ni verán (para suerte de ellos, porque si los vieran seguramente acabarían en la panza de alguna de esas criaturas, contribuyendo a la perdurabilidad de su especie).

8- Es muy divertido despertar de una pesadilla en medio de la noche y descubrir la silueta enorme y amenazante de tu tiburón al costado: si eso no te mata, ningún problema, estrés o tragedia del mundo acabará con la fortaleza de tu corazón.

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9- La mayoría de mascotas se pueden ignorar en una visita, su presencia en el hogar no se convierte siempre e ineludiblemente en el centro de atención: pero todo el mundo, absolutamente todo el mundo, es consciente de tu mascota cuando tienes un tiburón en tu casa. Especialmente durante esas fiestas donde se puede beber y comer hasta morir: sobre todo el tiburón.

10- Yo he entrenado al mío para comerse gente de clase alta socialmente concienciada. O sea, Cecil Jr. también está contribuyendo a la mejora del mundo.

Por eso les animo a seguir mi ejemplo: ¡adopten su tiburoncito!

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FOTOGRAFÍAS: Lourdes Beltrán.

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).