noticias Martes, 30 octubre 2012

Clark Kent, blogger


Publicado en Ya lo pasado, pasado.

Los superhéroes funcionan como nuestra mitología contemporánea. Nacieron en los cómics publicados en los estertores de la Gran Depresión de los 30 y causan un furor ubicuo en plena crisis económica actual: películas, series de televisión, dibujos animados, parodias, millones de webs, validación artística de algunas de sus encarnaciones (los cómics de Moore y su escuela inglesa o la batitrilogía de Nolan), todo tipo de merchandasing, convenciones de fanáticos y hasta series de televisión sobre sus fanáticos.

No es casualidad que ambos apogeos, el inicial y el actual, estén relacionados a crisis económicas, al desempleo y los sueños rotos. Siempre habrá la necesidad de mirar al cielo esperando que eso que pasa por allí no sea ni un pájaro ni un avión.

Sus historias se cuentan una y otra vez. El ciclo necesita empezar fresco, siempre. Sólo desde los años 90, los orígenes de Batman o Spider-Man en el cine y la televisión se han vuelto a mostrar media docena de veces, similares y distintos cada vez. El Batman de Burton es muy distinto al de la serie Brave and The Bold, pero es el mismo. El Iron Man de Robert Downey Jr es inimitable y, al mismo tiempo, inspiración para el del anime japonés. El mito se conserva, pero se actualiza.

Lo mismo ha pasado, recientemente, con el personaje que lo inició todo y que es, al mismo tiempo, el más difícil de renovar: Superman. Hace un año, la DC Comics relanzó toda su línea y eso incluyó a Clark Kent, que ahora es un chico de 27 cuya carrera de superhéroe (y de periodista) empezó hace 5 años.

En las manos del respetado autor escocés Grant Morrison, Superman volvió a sus raíces de los años 30, cuando se inició como un héroe del proletariado que se aterrorizaba a empresarios inescrupulosos y políticos corruptos. Nada más apropiado para los tiempos actuales.

La noticia de esta semana es que Kent renunció al Daily Planet y ha decidido convertirse en blogger. Estaba harto de inflar las noticias sobre Superman, de tener que cubrir una cuota diaria de noticias sobre su alter ego, aunque en realidad no haya sucedido nada. Su renuncia refleja, a la vez, dos tópicos muy contemporáneos: el desencanto generalizado con el rol actual del periodismo en la sociedad y la ilusión utópica de que la información puede impactar al margen de los grandes medios.

“Los hechos han sido remplazados por opiniones. La información, por entretenimiento. Los reporteros se han convertido en mecanógrafos. No puedo ser el único que está harto de lo que se hace pasar por noticias en estos días”, le dice al dueño de la corporación que maneja el Planet, en un momento que recuerda a The Newsroom y a Jerry Maguire a la vez.

Ahora su problema será el mismo de todos los periodistas en Internet: monetizar. La opción más segura (una web con “lo más buscado” en la red) ya está descartada por él mismo. Podría intentar un modelo intermedio, que ofrezca lo más buscado pero privilegie lo importante, como el Huffington Post y sus émulos, como La Mula por aquí. Pero suena que podría optar por el camino en el que suficientes personas estén dispuestas a pagar por la información, algo que solo funciona para medios especializados, usualmente económicos, o con casos de estudio como el sitio francés de periodismo de investigación, mediapart.com. O podría depender de algún financiamiento filantrópico, como pasa con la norteamericana ProPublica o, sin ir muy lejos, IDL – Reporteros.

Ninguno de estos modelos parece suficientemente estable como para pagar el alquiler del departamento de Kent durante mucho tiempo. Dentro de algunos años veremos qué tan bien le fue haciendo periodismo en Internet y si ese éxito tiene algún asidero con la realidad del negocio o si se trata, únicamente, de una historia imaginaria (¿no lo son todas?).