historia , internacionales , noticias , violencia martes, 3 febrero 2015

No solo a Monseñor Romero: Papa Francisco también declara mártires a sacerdotes asesinados por Sendero Luminoso

La hermana Virginia junto a las madres que acompañaron al padre "Sandro" en la parroquia Señor Crucificado, en Santa. Foto: La República

La hermana Virginia junto a las madres que acompañaron al padre «Sandro» en la parroquia Señor Crucificado, en Santa. Foto: La República

La noticia del día entre los católicos latinos es que Bergoglio ha declarado mártir a Monseñor Romero, el legendario sacerdote asesinado por un escuadrón ultraderechista en 1980, en plena misa, con la hostia en la mano. Su proceso de beatificación estaba estancado desde los 90, muchos especulan que por razones políticas (Romero estaba muy vinculado a causas de izquierda). Con esta declaración, su camino a los altares entra en fast track.

Todo esto está muy bien pero ha ocurrido esto, hoy también, en el mismo proceso, que merece incluso más atención en nuestro país. Dice el Vaticano:

El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia al cardenal Angelo Amato S.D.B, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y ha autorizado a ese dicasterio a promulgar los decretos relativos a:

-MARTIRIO

-Siervos de Dios Michal Tomaszek (Polonia, 1960) y Zbigniew Strazalkowski,(Polonia, 1958) sacerdotes profesos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, así como de Alessandro Dordi (Italia 1931) sacerdote diocesano, asesinados por odio a la fe el 9 y el 25 de agosto de 1991 en Pariacoto y Rinconada (Perú).

Un reportaje de Carlos Contreras, de La República, cuenta el contexto de sus muertes:

El obispo de Chimbote, monseñor Luis Bambarén Gastelumendi, también había recibido el ultimátum senderista. Casi semanalmente recibía escritos y en su andar por la ciudad pesquera observaba pintas rojas en las paredes de las casas. Sabía del inminente riesgo para él y los sacerdotes que predicaban su fe en diferentes puntos de la región. Hasta que una amenaza más llegó, pero esta vez mucho más específica: «Si no renuncia mataremos dos sacerdotes por semana«, decía un mensaje escrito a mano que incluía otras tantas frases de odio que caracterizaba a Sendero Luminoso.   

Ante esta nueva arremetida, monseñor Bambarén, presuroso, no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias bajo su influencia para informarles y advertirles de las amenazas. «Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países«, recuerda haber dicho en una reunión con los sacerdotes. Presentes estaban los padres polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Alessandro Dordi. Aquella vez, los dos primeros que trabajaban en el poblado andino de Pariacoto y el último en Santa manifestaron su intención de no mudarse.

La Comisión de la Verdad dedicó un capítulo entero al asesinato de los tres sacerdotes. Aquí un extracto de la narración de la ejecución de Tomaszek y Strzalkowski:

Los miembros del PCP-SL buscaron directamente a los sacerdotes

La noche del 9 de agosto de 1991, alrededor de 15 miembros de el PCP-SL, con el rostro cubierto con pasamontañas y armados con escopetas y armas cortas, atacaron el distrito de Pariacoto, ubicado en la provincia de Huaraz, departamento de Ancash. Al llegar a dicha localidad los subversivos se dispersaron en busca de las autoridades.

Un grupo se dirigió a la casa del alcalde Justino León Maza y luego de detenerlo lo llevaron al local de la Municipalidad; mientras que otro enrumbó a la casa parroquial, donde detuvieron a los sacerdotes de nacionalidad polaca Miguel Tamaszek y Zbigniew Strzalkwski, quienes también fueron conducidos al local edil. El padre Strzalkwski acababa de celebrar la misa y los feligreses aún no habían terminado de salir de la Iglesia, cuando los sediciosos llegaron a la parroquia “Señor de Mayo”, diciendo: “somos compañeros y deseamos hablar con los padres.”

En ese momento salió el padre Strzalkwski, quien se identificó como tal. Ante su respuesta los terroristas le atan las manos y preguntaron si había otros religiosos en el lugar. Al enterarse de la presencia del padre Tamaszek, también lo tomaron prisionero. En ese instante intervino la hermana Berta, intuyendo lo que podía ocurrir preguntó: “¿Por qué atan a los padres, que van hacer con ellos, por qué se los llevan? Uno de los terroristas le contestó: “No se preocupe, volverán, los necesitamos para una acción, por las dudas los atamos”.

Posteriormente, al inspeccionar el local parroquial, los terroristas descubrieron que había dos camionetas, que eran de propiedad de la parroquia. Cuando los subversivos preguntaron de quién eran los vehículos, el padre Strzalkwski les contestó que se los había donado la orden a la que pertenecían. Entonces uno de los subversivos le retrucó: “Es un regalo del imperialismo de los yanquis”. (…) 

Al llegar al paraje llamado “Pueblo Viejo” asesinaron a los dos sacerdotes polacos Miguel Tamaszek y Zbigniew Strzalkwski y al alcalde Justino León Maza, dejando los cuerpos en plena carretera. Sobre sus cuerpos dejaron letreros de cartón con los símbolos de la hoz y el martillo e inscripciones que rezaban: “Así mueran los servidores del imperialismo. ¡Viva el PCP”6 , “Así mueren los servidores del viejo Estado. ¡Viva el presidente Gonzalo!

El padre «Sandro» Dordi, por su lado, fue cobardemente emboscado en una carretera y asesinado casi de inmediato. El proceso de beatificación se inició cuatro años después, en 1995, y hoy se dio el primer gran paso. Seamos creyentes o no, todo reconocimiento a las víctimas de Sendero es una gran noticia.