El ministro, su hermano, la campaña y la estafa
El miércoles me di una vuelta por el kilómetro 22 de la avenida Túpac Amaru en Carabayllo y me tropecé con lo que parecía ser un local de Projoven (un programa del ministerio de Trabajo que capacita y da empleo a personas entre los 16 y 24 años).
Delante de la casa, casi un centenar de jóvenes hacía cola, sin saber que el local era falso y sólo servía para los fines proselitistas de Marco Antonio Almerí, el hermano del actual ministro de Trabajo.
La historia sigue el patrón de otras que ha prodigado este gobierno: el hermanito de Carlos Almerí quiere ser alcalde de Carabayllo en el 2006 y utilizó los recursos del Ministerio de su hermano para empezar su campaña con el cuento de «Almerí nos dio chamba» o «Almerí le dio trabajo a mis hijos».
Como se ve en el reportaje (otra vez dividido en dos: hagan clic aquí para la primera parte y ahora hagan clic aquí para la segunda), el falso local de Projoven fue desactivado. Sin embargo, Marco Antonio Almerí sigue siendo una amenaza dentro del ministerio de Trabajo.
Mientras averiguaba sobre el tema, funcionarios de Trabajo me dijeron que, hasta la semana pasada, el hermanísimo despachaba en el hall del quinto piso del Ministerio: recibía gente, documentos y decidía quién se iba y quién se quedaba. Ha tejido una red de funcionarios chakanos que han regresado luego de haber sido expulsados por ministros como Neves o Sheput. Incluso se cambió al broker de seguros de la cartera. ¡Y eso que su hermanito tiene menos de un mes como ministro!
Tal vez el ampay en Projoven haga recular a Marco Almerí. O tal vez no. Ya saben: cualquier información, sólo enciendan la batiseñal.