Una lección para Perú del proceso de paz en Colombia (invitado especial: Rafael Rey)
Andy Livise
Pienso, luego me achoro. @ElcholacoComo ya se habrán enterado, la buena noticia del año es que las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de ese país firmaron el cese al fuego definitivo luego de 52 años de guerra. Sin embargo, hay quienes cuestionan este acuerdo.
Uno de ellos es el exministro de Defensa del Apra y excandidato a vicepresidente de la República con el fujimorismo, Rafael Rey Rey, quien, el 8 de setiembre último, asistió, como parte del público, a la XX Conferencia anual de la CAF en Washington DC, donde un panel expuso sobre los desafíos del acuerdo de paz de Colombia. Según nos contó una fuente amiga, en el panel se encontraba el ministro Posconflicto de Colombia, Rafael Pardo.
Durante la ronda de preguntas, Rafael Rey se presentó como exministro de Defensa e intervino —motivado por su exitosa experiencia en conflictos armados internos, suponemos— con una pregunta:
¿Cómo le van a explicar a los presos por delitos menores en Colombia que los terroristas de las FARC no solo no pagarán por sus crímenes, sino que participarán en la vida política de Colombia, incluso con el dinero del Estado?
Inmediatamente después de su intervención, otra participante preguntó al panel si se había calculado el patrimonio de las FARC. El ministro colombiano contestó esta última pregunta junto con una primera respuesta para Rey Rey:
Como estamos en un proceso de investigación, no puedo precisar detalles del patrimonio de las FARC, pero le aseguro que estamos incluyendo los millones en armas que (Vladimiro) Montesinos de Perú le vendió a las FARC.
Luego, según nuestra fuente, Pardo prosiguió para responder directamente al exministro del Apra:
Este es un tema de justicia. Ni la opinión de los reos, ni la de nadie determinan qué es y qué no es justicia. El pueblo colombiano decidirá en el referéndum lo que se hará respecto a justicia, y no es relevante ni lo que opine usted, ni lo que opine yo.
Consultamos con el propio Rafael Rey la historia de esta discusión y nos confirmó todo, incluso nos señaló que «la respuesta del ministro colombiano fue muy malcriada». Además, reafirmó su posición contraria al acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC. Para él, como para muchas otras personas, los terroristas deben pagar por sus crímenes y no se puede negociar con ellos.
Pero, tío Útero, ¿por qué dices que es una lección de Colombia para el Perú?
La guerra en Colombia contra las FARC tiene décadas sin resolverse. En el desarrollo de esta lucha, miles de familias, entre ellas las de los militares que combatieron la guerrilla, las de los propios guerrilleros y de miles de civiles, han sido afectadas y la autoestima de todo un país fue mellada y atrapada por el miedo.
¿En qué consiste este acuerdo?
Colombia es uno de los pocos países en América Latina que no tuvo reforma agraria. Existe una alta concentración de la tierra en manos de pocas familias. Una especie de persistencia de lo que antiguamente llamábamos feudos.
Las FARC inicialmente luchaba por la democratización del campo y la tierra. Con el tiempo mutó en una especie de agente de seguridad del narcotráfico que intensificó la violencia en ese país.
En los ochenta se intentó un primer acuerdo pero paramilitares de ultra derecha asesinaron a varios líderes de las FARC que estaban decididos a pasar a la vida política bajo el nombre de Unión Patriótica. Después del atentado, se frustró el acuerdo y las FARC retornaron al campo.
Décadas después, tras cuatro años de negociaciones, se llegó por fin a un acuerdo que consiste, básicamente, en:
- Una reforma en la política agraria.
- La amnistía para los guerrilleros con excepción de los líderes cuyos delitos son graves.
- La reducción de los cultivos de coca con un trabajo activo de las FARC (que en los últimos años controló este negocio).
- La incorporación política de las FARC. Esto implica una cuota en el Congreso durante algún tiempo hasta que el proceso de paz se estabilice. O sea que tendrán un distrito especial como los indígenas y los afrodescendientes en Colombia, independientemente del porcentaje que saquen en elecciones del 2018.
(Puedes encontrar más información sobre estos acuerdos en la reciente edición de la revista Poder).
Por tanto, lo que ha logrado el gobierno de Juan Manuel Santos, aparte de salvar la vida de miles de personas, no solo es el cese a la violencia histórica en territorio colombiano, sino un lección de reconciliación para el Perú y el mundo. Existen riesgos, por supuesto que sí, como en toda negociación. Pero es trabajo del pueblo colombiano cumplirlos y respetarlos. Para conseguir la paz, Colombia dejó atrás a Rafael Rey y a todos los que piensan como él.